El comienzo

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Squall y Garret estaban sorprendidos. Los dos desconocidos encapuchados que estaban a sus espaldas habían dicho algo que los perturbada, por lo que se pusieron a la defensiva.

-¿quien sois vosotros?- pregunto Garret con tono serio.

-oh si, perdona nuestra mala educación, las presentaciones deberían ser lo primero, yo soy Alborei- dijo el más alto de los dos mientras se quitaba la capucha.

Era un hombre de avanzada edad con barba y pelo grisáceo claro, casi blanco, arrugas en la cara bien marcadas, y ojos de un color parecido a los de Squall pero un poco más claros.

El otro encapuchado hizo lo mismo que el primero y mostró su cara que en este caso era femenina. Una joven y bella muchacha de piel clara y cabello castaño, bastante largo que se ocultaba bajo la capucha. Los ojos eran oscuros pero también tenían un brillo púrpura.

-mi nombre es Shilena- la joven alzó la mano en señal de saludo

A Garret le dio buena sensación la manera en que se presentaron ambos, y se sintió tranquilo pues se veía capaz de enfrentarse a ellos en caso de que las cosas se torcieran,  pero siguió serio.

-yo soy Garret y este es Squall, mi hijo - por cortesía también se presentó

-sabemos quienes sois - dijo Alborei de forma pausada.

Garret y Squall se miraron el uno al otro sorprendidos.

-llevamos mucho tiempo buscandoos- dijo Shilena

-¿que queréis de nosotros? ¿por que nos estabais buscando?-Squall entro en la conversación medio enfadado pues con cada palabra de los desconocidos estaba más confuso.

-No te alteres Squall, no somos enemigos. Ella os ha visto durante mucho tiempo y llego el momento de que nos conociéramos. - dijo Alborei para causar mayor confusión en Squall.

-Soy una visionaria, mi elemento me manda visiones y en ellas puedo ver el presente, pasado y futuro, y en muchas de ellas os he visto a vosotros.- Shilena intento dar luz al asunto.

-¿tu elemento? ¿Que significa eso?- pregunto Squall al que se le estaban pasando muchas más preguntas por la cabeza pero esas dos fueron las primeras que le salieron por la boca.

-la tierra, es mi elemento -dijo Shilena.

-somos como tu - dijo Alborei al tiempo que se levantaban las mangas para mostrar brazaletes como los de Squall.

Garret no daba crédito, dos dragones los habían interceptado y decían que los habían visto en visiones. Squall desconfiado se fijó en los brazaletes y comprobó que las runas eran las mismas que las del suyo.

- sin duda sabéis demasiado de nosotros, pero ahora lo que me pregunto es que queréis - Garret estaba nervioso, si eran de verdad dragones no iba ser facil hacerles frente pero si era verdad lo que habían dicho no eran enemigos.

-tu ya has echo tu trabajo cazador, has criado bien al joven Squall,  pero ahora es momento de que comience su camino, tiene una misión y es ahora cuando empieza.- Alborei miraba a Garret mientras decía las palabras

-¿y cual es el camino que debo seguir? No tengo ni idea de cual es mi misión.

-Según la profecía tu traerás la paz al mundo, en mis visiones te he visto recorriendo el mundo haciendo aliados para enfrentar a un gran enemigo, el Emperador Xangar, que tiene esta tierra sumida en la oscuridad, ya sabe de tu llegada a este mundo y ya te está buscando, quiere matarte por que sabe que seras tu quien le haga frente y libere todos los reinos de su dominio.

Squall agachó la cabeza pensativo, ahora sabía algo más de su misión pero dudaba de tener éxito en tan ardua tarea, había escuchado historias del emperador de boca de su padre y sabia que dominaba a todas las razas con mano de hierro, que no dudaba en ejecutar a quien se le opusiera y a toda su estirpe. Tenía miedo.

-¿que debo hacer?- le pregunto a la persona que lo había criado durante 15 largos años.

-la decisión es tuya hijo, no puedo decirte que vayas o que no, sabíamos que eras alguien especial y que en algún momento tendrías que tomar una decisión y ese momento ha llegado. Yo te apoyaré decidas lo que decidas.- Garret siempre sincero le dijo lo que pensaba a Squall

-esta bien, iré... pero no os voy mentir tengo miedo.. no se si seré capaz de hacer lo que me estáis pidiendo.- confesó squall.

-No te preocupes pequeño, ahora somos pocos y aun tienes que aprender muchas cosas como controlar la transformación en dragon y dominar tu elemento.- le dijo Alborei en tono cariñoso consolado al joven dragón

-¿mi elemento? ¿Yo también tengo uno?- pregunto Squall.

-claro todos los dragones estamos marcados por un elemento, agua, fuego, tierra, aire.. y el tuyo es el tiempo.- aclaro Shilena

-¿el tiempo?- dijo Squall sorprendido.

- Así es, según la profecía traerás la paz al mundo con el don del tiempo y creemos que ese es tu elemento. Pero no sabemos muy bien cuales son sus efectos.- le aclaro Alborei a Squall

-me gusta- Squall sonreía mientras lo decía

-entonces esta decidido mañana emprenderemos nuestro periplo aprobecha hoy para descansar y despedirte de tu padre, nuestro primer destino es el reino de Quiros, la tierra de los centauros que no se llevan muy bien con los humanos, y podría estar en riesgo su vida. ¿Lo entiendes verdad?- Alborei sonó más apenado que en ocasiones anteriores

-bueno.. si esta en peligro será mejor que no venga.. ¿pero cuando volveré a verle?- pregunto Squall

-quien sabe chico.. quizás no podáis volver a veros nunca.- las palabras de Alborei no le gustaron a Squall.

-entonces no...- empezó a decir el joven dragón pero fue interrumpido por Garret.

-No te preocupes por mi.. estaré bien. Seguro que volvemos a vernos cuando hayas acabado tu misión y seas todo un héroe.-

Squall volvió a agachar la cabeza, para acto seguido levantarla y asentir.

-Mañana al alba estaremos en vuestra cabaña con caballos. Partiremos temprano así que no te acuestes demasiado tarde. Nosotros nos retiramos ya a la posada. - Shilena parecía algo triste.

-esta bien, hasta mañana- se despidieron Squall y Garret.

Shilena y Alborei se pusieron sus capuchas y tomaron otra dirección distinta a la de Garret y Squall.

Cuando llevaban un poco andando Squall miro a Garret y de repente se abrazo a el.

-te voy echar mucho de menos.. -dijo squall con una lágrima recorriendo su mejilla.

-¿que crees? ¿Que yo a ti no?- dijo Garret conteniendo el llanto para que eso no se convirtiera en un drama.

-va ser lo más duro del viaje, que no estés conmigo..- confesó squall

-tienes que ser fuerte. Ya eres mayorcito.. ya nos volveremos a ver.- le pidió garret

-claro - Asintió el joven dragon

Por fin llegaron a casa y en lo que resto de día Squall no se separó de Garret. Le cocino le cambio el vendaje del pie e hizo todo lo que pudo y más por el. Sabia que iba pasar mucho tiempo hasta que volvieran a verse. Llego la noche y ambos se acostaron. Mañana seria un día duro, el de las despedidas. Squall se durmió con lágrimas en los ojos y Garret en la soledad de su habitación también.

El Dragón Elegido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora