Los cuatro sabios

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Squall y su grupo una vez dentro de la tienda vieron a 4 tiermanns sentados en un banco de madera de izquierda a derecha eran un hombre-serpiente,  una mujer-águila, un hombre-león y un hombre-bisonte.

La mujer-águila se levantó.

-somos los cuatro sabios tiermanns, yo soy Zabi,  nos han dicho que queréis hacernos una petición. - dijo

-yo soy Alborei, un dragón. Los dos jóvenes que me acompañan son Squall y Shilena también dragones. - el veterano dragón se presentó

-yo soy Aenor, subordinado del Seplet,  rey de los centauros

-nosotros somos Dan y Taki portavoces del consejo de ancianos de los elfos- dijo el elfo

-yo soy Doltan- el enano se identifico

-es un honor conoceros viajeros, yo soy Kuro- dijo el hombre-león

-mi nombre es Ogiv - dijo el hombre-serpiente

-pues yo soy Flet- dijo por último el hombre-bisonte

-es un honor estar ante vosotros, pero no es una visita de placer, tenemos una petición que haceros- dijo Alborei

-pues no le deis más vueltas, ¿que es lo que os trae aquí? - dijo Kuro

-iré al grano, Squall el joven que nos acompaña es el dragón elegido por la profecía, seguro que la conocéis. Nació de un huevo dorado y su elemento es el tiempo, estamos seguros de  que su destino es derrotar al emperador, pero para ello necesitamos vuestra ayuda, al igual que la del resto de razas.- dijo Alborei

-conocemos la profecia, pero es una petición osada, los tiermann no solemos relacionarnos con otras razas, nos ven como bichos raros, engendros de la naturaleza, pero eso a nosotros nos da igual mientras nos dejen vivir tranquilos- dijo Zabi

-para nosotros no sois bichos raros ni engendros, sois una raza valiente, fuerte y sabia. El Emperador nos oprime a todos, él seguro que no os deja tranquilos. Os pedimos que os unais a nosotros para luchar por un mundo libre - dijo Alborei

-un mundo libre.. dudo que nuestros ojos vean eso- dijo Ogiv

-es cierto que el Emperador nos acosa, como a todos. Tenemos que entregar como tributo a tres de cada diez jóvenes,  cosa que no nos agrada- dijo Kuro

-sabemos que es un riesgo, pero el consejo de ancianos también lo sabia cuando acepto ayudar al joven Squall y compañía, para ganar hay que arriesgar, mucho peor de lo que ya estamos no podemos estar- dijo Dan

-nuestra gente tallará equipamiento runado para las demás razas para así potenciar la capacidad ofensiva de estas. Tendréis armaduras de cuero tan resistentes como una de metal, armas que queman, paralizan o congelan. Estaréis bien armados- dijo Taki

-todo eso está muy bien, pero si perdemos el imperio atacará a nuestra gente, la raza tiermann podría llegar a extinguirse- dijo Flet

-ese riesgo lo corremos todos... si nos quedamos quietos y no hacemos nada el Emperador será cada vez más fuerte. Pero si nos unimos todas las razas no podrán hacernos frente, es más es posible que muchos de sus soldados deserten al ver que se enfrentan a los de su misma raza- Alborei ponía todo de su parte para intentar convencer a los cuatro sabios

-puede que tengáis razón, pero no es una decisión que deba tomarse a la ligera.. un error en los cálculos y todos estaremos perdidos- dijo la mujer-águila

-pues haremos los cálculos lo mejor posible.. los mejores estrategas de todas las razas se unirán y trazará un plan de ataque. -intervino Squall pese a que solía quedarse callado mientras Alborei convencía a los líderes

-eso es muy bonito así de palabra pero no es tan fácil,  ¿si hay división de ideas sobre el plan a seguir cual será el elegido? ¿Quien liderará los ejércitos? Y se me ocurren más preguntas - dijo Kuro

-los ejércitos los liderarán los enanos, fue una condición de su rey para unirse a nuestra causa- dijo Squall

-y el plan de ataque se decidirá por consenso, mientras no estén todos de acuerdo no se acatará ningún plan ni empezará el asedio- dijo Alborei

-los enanos comandando los ejércitos, son bravos guerreros pero algo cortos de miras- dijo Ogiv

Doltan le lanzó una mirada asesina pero se abstuvo de decir algo.

-debemos meditar sobre la decisión que tomaremos, dejadnos solos un rato, cuando hayamos tomado una decisión os haremos llamar- dijo Kuro

-esta bien tomaros vuestro tiempo, se que es una decisión difícil,  arriesgamos demasiado con cualquiera de las opciones- dijo Alborei

Todos se despidieron de los líderes tiermann y salieron de la tienda. Afuera estaba el hombre-cabra que los habia escoltado hasta alli.

-los sabios necesitan tiempo para tomar la decisión, volveremos a la tienda a esperar allí- dijo Alborei al guardia

-os escoltaré hasta allí - dijo el tiermann

Realizaron el camino de vuelta hasta la tienda en la que habían estado esperando. El hombre-cabra los acompañó hasta allí y después se marchó.

El tiempo pasaba y cada instante parecía una eternidad, mientras esperaban intercambiaron opiniones sobre como había ido la reunión. El más pesimista era Doltan que defendía que los tiermann eran unos cobardes que no se iban arriesgar a unirse a ellos. Los demás no sabían por que decantarse.

El sol ya se estaba poniendo y la luz del día era tenue, pero por fin vinieron a buscarlos.

-los sabios han tomado una decisión,  venir conmigo.- era el hombre-toro que estaba de guardia cuando llegaron

Todos se pusieron en marcha detrás del hombre-toro. Cuando llegaron a la tienda de los líderes el tiermann hizo lo mismo que su compañero quedándose fuera mientras Squall y su grupo entraban en la tienda. Se acercaron a los líderes.

-hemos tomado una decisión- dijo Flet

-no ha sido fácil..- dijo Zabi

-aceptaremos la decisión sea cual sea - dijo Alborei

-pues la decisión es la siguiente, aceptamos ayudaros, pero no es una ayuda incondicional, si vemos que la cosa se complica los tiermann nos retiraremos de combate, al igual que si la estrategia no nos parece la adecuada- dijo Kuro 

-nos parece bien, es comprensible, es mejor que un no rotundo. Os agradecemos este voto de confianza- dijo Shilena

-vemos que tenéis representación de todas las razas con las que habéis hablado, nosotros no seremos menos, dos de nuestros mejores soldados os acompañarán en lo que os resta de viaje. Mañana los conoceréis. Ahora podéis retiraros a descansar.- dijo el hombre-león

Todos salieron de la tienda, contentos por la nueva alianza, ya solo faltaban los humanos y que Aenor convenciera a su rey.

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