( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑆𝐼𝑋 )
𝚞𝚗𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊𝚍𝚊 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚌𝚊𝚖𝚒𝚗𝚘.La lluvia arreciaba a medida que el tren avanzaba hacia el norte; Alaska ya había vuelto al compartimiento con Cedric y las ventanillas eran ahora de un gris brillante que se oscurecía poco a poco, hasta que encendieron las luces que había a lo largo del pasillo y en el techo de los compartimentos. El tren traqueteaba, la lluvia golpeaba contra las ventanas, el viento rugía y todos estaban en silencio.
—Qué extraño —Dijo Alaska mientras observaba a Cedric inclinarse hacia delante para mirar a través de la ventanilla, ahora completamente negra—. Creí que aún faltaba tiempo para llegar a la estación.
Dijo aquello luego de que el tren empezó a reducir la velocidad.
—No podemos haber llegado aún —Aclaró Cedric mirando su reloj—. No es la hora.
—Entonces, ¿por qué nos detenemos?
El tren iba cada vez más despacio. A medida que el ruido de los pistones se amortiguaba, el viento y la lluvia sonaban con más fuerza contra los cristales.
Alaska era quien estaba más cerca de la puerta, por lo que se levantó para sacar medio cuerpo por la puerta y observar lo que ocurría en el pasillo. Por todo el vagón se asomaban cabezas curiosas como la de la chica. Entonces, sin previo aviso, el tren se paró con una sacudida y Alaska perdió el equilibro, cayó dentro del compartimiento y uno de los baúles que se encontraban en el portaequipajes cayó sobre su cabeza, distintos golpes testimoniaron que no fue el único baúl que había caído.
La chica soltó un aullido de dolor y de inmediato se llevó una mano a su cabeza, donde el baúl había impactado. Sintió un tibio y espeso líquido brotar de la herida.
—¿Te sientes bien? Déjame ayudarte con eso.
Heidi volvió a poner el baúl en su lugar y Cedric, de manera cuidadosa, la ayudó a ponerse de pie sin prisa y la sentó a su lado. El castaño iba a observar que tan profunda era la herida que Alaska tenía en su cabeza pero se apagaron todas las luces y quedaron sumidos en una oscuridad total.
—¿Qué está sucediendo? —Murmuró Alaska.
—Quédate quieta y no hagas movimientos bruscos. —Le pidió Cedric, colocando una mano sobre su hombro y empujandola para que reposara el cuerpo.
—¿Será que el tren se averió? —Volvió a murmurar.
—No estoy seguro...
Se escuchó el sonido que produce la mano frotando un cristal mojado, y se pudo apreciar la silueta negra y borrosa de Malcolm, que limpiaba el cristal para intentar mirar hacia afuera.
—Algo pasa allí. Creo que está subiendo gente...
Nadie dijo nada al respecto. Alaska, aunque sin poder ver mucho, notó que Cedric a su lado movía una de sus manos lentamente hacia su mochila y de ella extraía su varita, manteniéndola en riste hacia la puerta del compartimiento. Ninguno sabía que podía pasar en los siguientes minutos y Alaska sabía que no iba a quedarse sin hacer nada, imitando las acciones de su amigo agarró su varita y espero a que algo pasara.
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fugitivo de azkaban ³ ━━ harry potter saga
Фанфик⟮ las crónicas de alaska ryddle: libro 3 ⟯ siguientes libros disponibles en mi perfil. Una herencia no deseada y el temor y rechazo por parte de la mayoría de la población mágica no es lo que Alaska hubiera imaginado que obtendría al conocer de su p...