⟮ las crónicas de alaska ryddle: libro 3 ⟯ siguientes libros disponibles en mi perfil.
Una herencia no deseada y el temor y rechazo por parte de la mayoría de la población mágica no es lo que Alaska hubiera imaginado que obtendría al conocer de su p...
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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑂𝑁𝐸 ) 𝚕𝚊 𝚌𝚊𝚕𝚖𝚊 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚝𝚘𝚛𝚖𝚎𝚗𝚝𝚊.
Era un día fresco de verano. La segunda semana de Agosto estaba por acabar pero el ambiente aún era relajado en el orfanato, nadie allí se preocupaba por el comienzo de la escuela hasta un par de días antes, aunque aquel año había ocurrido un suceso que tenía a los adultos un poco nerviosos.
A comienzos de mes en todos los noticiarios del país informaron de un recluso fugado, y hasta entonces seguía sin ser atrapado. Alaska recordaba bien lo que uno de los presentador en la televisión dijeron de él: «Tenemos que advertir a los telespectadores de que Black va armado y es muy peligroso. Se ha puesto a disposición del público un teléfono con línea directa para que cualquiera que lo vea pueda denunciarlo». También había logrado ver su aspecto por unos segundos antes de que apagarán el aparato, su rostro estaba demacrado y tenía una larga y desordenada cabellera que le llegaba hasta los codos, era una imagen perturbadora.
Fue un desfortunio que ella no fuera la única en ver el aspecto de aquel criminal, desde que Tim Evans lo había visto sus pesadillas se dispararon, y Alaska lo sabía porque el chico no se apartaba ni un segundo de su lado desde que había vuelto de Hogwarts. En ese mismo momento el niño estaba teniendo una nueva crisis nerviosa, su gato había desaparecido.
—¿Qué tal si... Qué tal si ese criminal encontró a Apolo? —Repetía Tim, a gachas buscando al gato blanco por todo el jardín—. ¡No quiero que nada malo le pase!
La rubia suspiró cansada, sin poder concentrarse en su lectura por los quejidos del niño.
—¿Los gatos no tienen siete vidas? Si algo llega a pasarle aún le quedarán seis más, no te preocupes tanto.
—¡Eso es cruel! —Siguió quejándose—. Y son nueve, los gatos tienen nueve vidas, no siete.
—De todos modos, ¿por que creerias que ese delincuente quiere tener a tu gato?
—¿Has visto a Apolo? Una persona estaria loca de no querer a mi gato, es el mejor de todo el mundo.
—No estoy segura de eso —Murmuró la chica, quien no era una fanatica de aquel gato blanco—. De lo que si estoy segura es que ese hombre esta loco.
Alaska continuo con la lectura de su libro, se había pasado la tarde leyendo "Una Historia de la Magia", sobre la quema de brujas y lo distintos metodos que utilizaban para salvarse de la muerte, lo que les resultaba bastante facil. Pero una vez más tuvo que detenerse, bajo unos centimetros el libro y observó a Tim, el chico acababa de soltar un grito y miraba hacia unos arbustos cercanos con los ojos bien abiertos. Algo parecía moverse allí.
—¿Por qué te quedas para allí? Ve a revisar —Lo alentó Alaska—. Puede ser que Apolo este escondido tras los arbustos, ¿no quieres perderlo para siempre, o sí?
