capítulo 40

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Adara

Los días pasaban y la duda e incertidumbre se abrían pasó en mi mente. Día tras día, semana tras semana Los regalos continuaron algunos más ostentosos que otros, cada uno con una carta diferente y con un motivo del porque se fue, en cada una de ella nos explicaba un poco acerca de cómo fue su vida y de cuanto nos quería.

Cada vez que alguno de esos detalles llegaban mi corazón se hacía añicos, el quería estar con nosotros, pero no se si nosotros quéramos volver a tenerlo en nuestras vidas. En algún momento me encontré imaginando como sería volver a tenerlo cerca, sentir ese cariño y tranquilidad que me transmitía cuando era tan solo una niña.

Mi mente no paraba de imaginar su estado y por algunos momentos quisiera verlo. Estoy algo confundida, no lo puedo negar. Mi corazón una vez estrujado con su partida combinado con la desilusión de una llegada tan esperada por tantos años que al final no significó nada, para luego el parecerse así, sin previo aviso derrumbando lo que yo creía de el, porque después de todo el si está cumpliendo con su promesa.

Quisiera que las cosas fueran de otra manera, más sencillas y con menos problemas, que todo estuviera más tranquilo y que mi mente pudiera acentuarse en una sola realidad.

Últimamente mis divagaciones no han hecho más que hacerme reflexionar, ¿quiero volverlo a ver?, si. ¿quiero saber como esta?, si. ¿le daré un buen golpe?, también y uno muy doloroso.

–¿Qué haces luni? – pregunta Luka que esta a mi lado.

Le sonrió y apenas me percató de que soy la única sentada en mi silla, dirijo la vista en mi cuaderno en donde hay una pequeña y delicada flor dibujada.

–al parecer dibujaba – respondí de manera descuidada.

–¿Qué te sucede?, últimamente estas algo perdida en esa malévola cabecita – me da pequeños golpecitos como si fuera un perro.

–quita que perro no soy – quitó su mano – no me ocurre nada, sólo estoy algo revuelta y me duele la cabeza – miento un poco, aunque no tanto porque en realidad me siento así.

–¿Es por lo de tu padre? – asiento – Adara tienes que tratar de organizar tus ideas, yo se que el no es un mal hombre, el los quiere, aunque se equivocó al abandonarlos si, pero todo el mundo se equivoca y comete errores.

–¿Cómo estas tan seguro de todo eso? Si no lo conoces – interrogó de brazos cruzados.

Sus hombros se tensan y rasca un poco su barbilla –pues, porque si no lo fuera, no estuviera tratando de recuperarlos – trata de parece natural.

–Ajá – dije sin creérmelo del todo – ¿Cómo se llama tu tio? – cambié de tema.

–son preguntas que no puedo responder ahora hermosa rubia – evade.

–¿Por qué?, tu ya sabes prácticamente todo de nosotros y nosotros ni siquiera donde vives – fije mi mirada en sus ojos aguamarina.

–lo siento bonita, pero son preguntas que por ahora no puedo responder, te prometo que pronto todo se aclarara y sabrás todo de mi, lo juro – anunció de manera rápida.

–Esta bien – me di por rendida – pero sólo dime el nombre de tu padre – pedi.

–oh, no hace falta, espera a la salida para que lo conozcas en persona – me regala una dulce sonrisa – de seguro te caerá muy bien, se parece mucho a mi, sólo que sus ojos son azules – explica.

–Esta bien, si tu lo dices entonces yo lo creo – le reste importancia.

Comenzamos a caminar por los pasillos de la escuela, ya sólo faltaba una hora y seríamos libres por fin, lástima que tenía tarea. Sabrina Pasó por nuestro lado y al ver que Luka tenía la vista puesta en mi por nuestra conversación, se dispuso a molestar.

Los Hermanos Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora