Adara
– ¿alguien me quiere cargar?–le cuestione a los presentes y no obtuve ninguna respuesta.
–vamos deja de ser tan floja y camina que se no hace tarde para ir al internado– me apresuro Ale tirando de mi brazo.
Hoy por fin nos iremos al internado, todo ya está listo y tenemos todo empacado con nuestras maletas en el auto, lastimosamente en el internado no aceptan que los estudiantes dejen sus autos guardados y si lo hacen es con un permiso del director Junto con la autorización de los padres, cosa que no tengo en estos momentos.
Los gemelos, Luka, Estefan y mi persona salimos de mi casa en dirección a nuestros autos, teo se iría con Estefan, mientras Ale va conmigo y Luka se iría sólo con su guarda espaldas, claro que nosotros también iríamos con los nuestros, papá nos recalcó que no íbamos a salir a ninguna parte si no era con ellos, aparte de que ellos serán los que devuelvan nuestros autos a la casa.
–buenos días señorita Adara, ¿ya nos vamos? – saluda Dean, mi guarda espaldas.
–Hola Dean, si, ya nos iremos – le contesté, el rodea el auto para abrirle la puerta trasera a mi amiga quien sube gustosa y se queda esperando a que yo ingrese– eh… Dean, yo conduciré, gracias.
–señorita, su padre me dio órdenes estrictas de que yo condujera– protestó el.
–Dean, por favor, mira que pasaré una semana sin conducir mi auto, déjame hacerlo por está vez– pedí.
El pareció considerarlo, al girar mi cabeza me di cuenta que mi hermano estaba tratando de convencer a Samuel, su guarda espaldas. Este se negaba de igual manera que lo hacía Dean, pero Samuel es más serio que Dean.
–vamos Dean, sólo por hoy, aparte que papá no se dará cuenta.
–Esta bien señorita, pero maneje con prudencia por favor, a cualquier exceso de velocidad inmediatamente tomaré el lugar del conductor –exigió el a lo que yo accedí.
Saltando de felicidad ingrese en el asiento del conductor y Dean al del copiloto, encendí mi auto y al pasar por el de mi hermano, este todavía trataba de convencer a Samuel quien no accedía. Baje la ventanilla del auto y con una salude a mi hermano que me mostró su dedo del medio con el ceño fruncido, una sonrisa triunfante salió de mis labios y seguí con mi camino.
Al pasar las rejas de la entrada salude al portero y casi de inmediato una aglomeración de periodistas impedía mi pasó, con cuidado de no atropellar a ninguno iba avanzando despacio y con calma, pero ellos no se quitaban y me estaba desesperando, cosa de la que Dean se percató.
–Calma Adara, tenga paciencia, ya se quitaran, mejor toque el claxon hasta dejarlos sordos– recomendó divertido.
–tiene razón amiga, sólo dale tiempo para que superen tu fabulosa llegada– bromeó Alejandra.
Sus comentarios lograron hacerme sonreír y como lo recomendó Dean toque el claxon hasta que me dejaron la via libre, con las indicaciones de Dean logre llegar a las afueras de la ciudad, ya que aún no conozco casi nada y me pierdo con gran facilidad.
Dean es una persona muy amable y linda, también es guapo, con un gran físico y tienes unos treinta y tantos años, su cabello es Castaño claro, piel morena y ojos miel; también es divertido y los pocos días que he tenido para conocerlo me he dado cuenta de que tiene una gran personalidad.
–Oye Dean, ¿tienes novia? – pregunté sin pensarlo.
–¡adara!, eso no se pregunta– me regaño Alejandra.
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Los Hermanos Black.
Ficção AdolescenteTodo inicia bien, una linda familia que es feliz y calida, una vida plena y completa. ¿en qué momento los problemas tomaron vías para arruinarlo todo?, ¿en qué segundo todo comenzó a derrumbarse?, ¿Cuando todo quedó en ruinas?, ¿Como no pensar en de...