capítulo 43

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Estefan.

–¡Buenos días rubia hueca! –grite en el oído de Adara.

– quítate que tu pesas – dijo con dificultad mi hermanita.

Estoy encima de mi querida hermana ya que ella no se quería levantar de la cama, se supone que se iba a despertar temprano para ayudarme con el desayuno, soy un asco en la cocina.

–¡Que crezca la pila! – vocifero Luka lanzándose encima de mi.

–a-aire n-no res-piro– formuló Adara.

–Luka, ¿Qué te dan de comer? – pregunté tratando de tomar aire.

Joder, este chico si pesa. Me remuevo un poco debajo de el, pero no logró sacarlo de encima, puedo sentir a Adara moverse un poco debajo de nosotros con dificultad.

–¿Por qué?.

–pesas como una tonelada– exagere.

–¡párense ya los dos, Adara se está poniendo morada! – exclamó alarmada mi tía desde el umbral.

Mi tía se acerco rápidamente a nosotros y en un rápido movimiento nosotros ya estábamos en el suelo dejando libre a Una Adara sofocada. Mi hermana estaba pálida y respirando con dificultad, poco a poco su rostro fue recuperando el color tornando sus mejillas rosas y sus labios de un rojo algo intenso e hinchados un poco.

–¡les dije que no podía respirar ineptos! – grito y se nos abalanzó a golpearnos.

Lanzaba patadas a nuestras costillas y puñetazos a nuestros rostros, no media la magnitud de sus golpes y mucho menos tenía presinción así que se podían esquivar algunos, pero eso no significa que no generán mucho dolor los que llegaban a tocar nuestra piel.

–¡¿No tenías fuerza para quitarnos de encima de ti, pero si para golpearnos?! –ironizó aún con ella golpeándome.

–Ya, Esta bien. Basta de golpes – la paro mi tía.

–¡casi me matan estúpidos! –exalto Adara una vez estuvo alejada de nosotros.

–¡Pero no pasó, estas viva! – respondió de igual manera Luka.

–¿Quién quiere desayunar? – inquirió mi tía en frente de nosotros.

–Yo quiero panqueques de chocolate – Adara hizo un puchero y su estómago rujió.

–Si que tienes hambre hermanita – me mofe.

–Haré de vainilla – respondió simple mi tía.

–pero quiero de chocolate – se quejó la rubia.

–¿tu los harás? – mi hermana negó– ¿saldrás a comprar el cacao? – luna volvió a negar–entonces no opines y te comes lo que yo haga, ¿entendido? –la rubia asintió –así me gusta, que seas obediente–dicho eso se dio media vuelta y comenzó a caminar a fuera de la habitación.

–tu tía a veces da miedo – comentó Luka a mi lado viendo en dirección a donde se fue mi tía.

–lo se, ¿Por qué más creías que siempre le hacía caso?.

–Caminen que el último en salir le toca lavar los platos – informó la rubia echándose a correr por el pasillo.

Luka se quedó a dormir este fin de semana con la excusa de pasar tiempo con nosotros y me agradaba ya que mantenemos una buena relación entre nosotros, aparte de que su compañía te hace sentir bien, no se como lo hace, pero siempre quieres mantenerlo a tu lado.

Mi tía Tamara no tenía problema en que Luka se quedará con nosotros, ella lo quería como un sobrino más. Además que ella dice que es un excelente muchacho y que si no fuera nuestro primo haría que Adara fuera su novia, por suerte es nuestro primo, yo no permitiría que pasará eso; también esta el hecho de que Luka está con Alejandra.

Los Hermanos Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora