Epilogo.

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Estefan

Oh amada y preciada cama, como te anhelaba, eres tan suave, linda y cómoda que ansiaba con ganas lanzarme entre tus lindos edredones tan suaves como tu. Si, se que estoy exagerando, pero ustedes harían lo mismo si hubieran pasado un día como el mío, no me mal entiendan, la pase bien.

Hoy fui a un partido de fútbol americano con Luka y Alejandra, tuve que soportar a la feliz parejita demostrándose todo el tiempo su amor y claro, a eso se le suman los distintos golpes que recibí en mi tórax, brazos y espalda que me proporcionó Alejandra cada vez que interrumpía algo, mañana tendré diferentes hematomas, estoy seguro.

Por eso mi cama me parecía lo más cómodo del mundo en estos momentos, no me importaba exagerar, sólo quería estar cómodo y descansar. Al menos Alejandra no me podrá golpear en mi propio cuarto y menos a la hora de dormír.

Me levanté de mi cama, decidí tomar una ducha para relajar un poco el cuerpo y la mente, estoy algo dolorido, pero quizás con el agua tibia recorriendo mi cuerpo se disipe un poco el dolor, claro si tengo suerte. Al salir de la ducha seque mi cuerpo y me puse el pantalón de la pijama para finalmente lanzarme a dormir en los cómodos brazos de Morfeo.

Para los que no saben o no conocen la referencia, les puedo explicar un poco. Morfeo es el dios de los buenos sueños, por eso cuando se ve a alguien durmiendo plácidamente se le atribuye que está en los brazos de este dios, lo que no saben es que Morfeo tenía dos hermanos, fobetor y fantaso. Claro Morfeo resaltaba más que estos dos, ya que fobetor era el encargado de las pesadillas y fantaso era el encargado de introducir objetos inanimados a los sueños o pesadillas.

Comienzo a dar vueltas en mi cama, no podía concebir el sueño y ya era de madrugada lastimosamente, es injusto estar tan cansado y no poder dormir, mi mente reproducía miles de escenarios de estos últimos meses, recordaba buenos y malos momentos.

La verdad es que todo iba marchando bien, seguíamos unidos y eso era lo que mas importaba. Mi tía ya no vivia con nosotros, pero se mudó demasiado cerca y pasa mucho tiempo aquí haciendo toda clase de cosas o con cualquier excusa, ya que se aburre en su apartamento viviendo sola, pero ella no lo quiere admitir.

Mi padre me había comenzado a inducir en el mundo de los negocios, tanto como a mi hermana, pero a ella no le interesa tanto. Ella ha estado muy activa en cuanto a sus estudios, dice que por fin está en una escuela competente en la cual puede explotar todo su ser, si ella es un tanto sádica.

Rendido por no conciliar el sueño me levanté de mi cama con pereza y su esposo cansancio invadiendo todo mi cuerpo, camine por el pasillo y escuche unos ruidos provenientes s la habitación de papá, no le di mayor importancia porque se detuvieron a los segundos. Todo en la casa estaba a oscuras, ya que al único que se le ocurre seguir despierto a esta hora es a mi.

Baje con cuidado de no tropezar las escaleras y arrastre mis pies por el frío suelo, no me fijé que cerca de mi había una mesita y mi dedo pequeño del pie sufrió las consecuencias. tropecé la mesa con mi pequeño dedito, un lágrima brotó de mi ojo y apreté fuertemente los labios para reprimir una maldición y no despertar a nadie, mi dedito latente del dolor adquirió un aspecto rojizo, pobre.

Entro a la cocina y enciendo la luz que está encima de la isla, logrando iluminar la mayor parte de la cocina. Mi estómago hizo ruidos extraños dándome a entender que necesitaba comida y yo no soy nadie para negarle algo a mi pancita.

Me acerqué a la nevera con un vaso en manos, lo llene por la mitad y tome las cosas necesarias para preparar un sándwich. Al terminar mi pequeño, no tan pequeño bocadillo nocturno, decidí regresar a mi habitación con las esperanzas de este vez poder conciliar el sueño.

Los Hermanos Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora