06. Calor

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Los tiempos calurosos han comenzado y eso ha provocado que nuestro Steve esté cada día más insoportable. Pobre Noah, cada cosa que sufre por culpa de su amigo hulk.

¿Como que digo mucho el nombre de Steve, no creen? Pues de eso trata la historia, ¡de Steve y sus aventuras homosexuales! Pero gracias a la nueva chica en su vida puede que en realidad Steve sea heterosexual...

Nah.

¿Steve heterosexual? ¡Ja! No me hagas reír.

¿En qué estábamos? ¡Ah, sí! En la cafetería ahora venden frappés y helados de diversos sabores ya que el café caliente no es muy bueno en este tiempo.

—¿Crees que Mary vuelva?—nuestro amigo dió un gran suspiro.

—Espero que no—dijo malhumorado el menor—, no me cae muy bien que digamos.

—¿Sigues con eso? Recuerda en lo que habíamos quedado tiempo atrás —en eso el rostro de Steve se tornó rojo al recordar aquel día.

Las hojas revoloteaban de un lado a otro, ¿qué mejor época para confesarse que otoño? Es por eso que estamos en esta situación, Steve cruzado de brazos y temblando, ya que es muy friolento, en frente de Noah quién era un simple chico de secundaria confesando, o un intento de éste, hacía un chico amado de preparatoria. No sólo eso, Noah cuenta con trece años mientras que Steve con diecisiete. Son pocos años pero marcan una gran diferencia.

—Habla de una vez que me muero de frío—se cubrió la boca y nariz con su bufanda.

—Es algo difícil de decir...

—¡No tengo tiempo para esto!—hecho una ira comenzó a retirarse del lugar pero fue detenido por aquel puberto.

Steve, me gustas—el silencio se hizo.

Ambos se miraron frente a frente sin decir palabra alguna hasta que Steve decidió hablar.

—Eso es 'raro', nunca antes se me ha confesado un chico... De hecho nadie se me ha confesado antes —murmuró lo último para no ser escuchado—. Lo siento, pero no soy gay y mucho menos siento algo por ti—creyó que eso lo lastimaría para poder safarse de esto.

—No importa, yo sólo quería decirte lo que siento. Incluso ya tenía por hecho que iba a ser rechazado—vaya, este chico que lo arriesgó todo—. Pero si no podemos ser novios entonces sigamos siendo amigos—sonrió mostrando aquellos dientes tan blancos como perlas, entre cerrando los ojos y enseñando esos hoyuelos que lo hacían ver tan lindo.

Steve no podía negar que ese chico era bello, pero no quería ni siquiera imaginar tener algo más que amistad con él, así que aceptó ser su amigo pero con la condición de que nunca serian más que eso.

Sin embargo, Noah tiene otros planes.

—¿Entonces seguiremos siendo amigos por siempre?—suspiró Noah.

—He soportado siete años contigo, supongo que puedo aguantar más.

Ambos se miraron por un momento y rieron al recordar todas las cosas por las que han pasado.

Una bella amistad, dulce para Steve pero amarga para Noah.

Las aventuras gays de SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora