Solo con su soledad, nuestro protagonista llora en una esquina de un cuarto el cuál, su única luz es aquella abertura entre la puerta.
Lo había perdido todo. A su amigo quién también resultaba ser su gran amor, su perro quién a pesar de haber estado poco tiempo con él, tenían una conexión especial.
Todo estaba acabado, era el final de Steve el tsunderoso.
A no ser...
La puerta se abrió de golpe dejando ver una silueta algo similar, posó sus brazos en su cintura y frunció el ceño.
—Ay mijo, ¿todavía sigues llorando? Ya madura por favor. Además, tienes tu propia casa, no vengas a ensuciar el piso con tus lágrimas ¡caray!—era su mamá.
—Déjame aquí, madre. Ya no tiene sentido seguir
—Stevie, no te pongas ta...
—¡Ah no mames, él me llamaba Stevie! ¡Aaaaaah!—una cascada de lágrimas salían de sus ojos como si se tratase de un río rápido.
Su mamá evitó el rodear los ojos—Hijo, sé que duele que te rompan el corazón —se sentó a su lado—, tuve novios antes que tu padre...
—Mamá, sin ofender pero no me interesa.
—Ugh, sólo trataba de ayudarte—se cruzó de brazos—. Lo que quiero decir es que me preocupa que mueras virgen y que mejor te vayas buscando a alguien más que se anime a hacerlo contigo.
—Eso no ayuda en nada.
—Como sea, lo intenté —se levantó del suelo—. Mejor vuelve a tu casa, tu papá y yo saldremos de viaje.
Antes de poder preguntar acerca del asunto, su madre lo corrió a patadas de la casa.
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Las aventuras gays de Steve
HumorSteve es gay. Fin. -¡Eso no es cierto! Es un maldito tsundere. ❥ #489 en Humor - 09/10/17 Junio 2017 ©