Las aventuras gays de Steve

28. Crisis existencial

—Necesito que relajarme un poco—dijo mientras se acostaba en el piso.

No sólo fue ese recuerdo, también fueron varios. Digamos que Steve está en una crisis existencial junto con varios sentimientos encontrados.

Ahora no sabe lo que realmente desea. Ni siquiera su verdadero objetivo en la vida.

No seas marica Steve, pasado pisado.

—¡Callate maldito subconsciente!

Callame ésta.

Rodeó los ojos y miró a la nada.

Oh no, otro recuerdo más.

—Pensé que tal vez podríamos jugar un rato...

—¡Te he dicho que no! ¡no quiero volverte a ver!—gritó causando que los ojos del menor se llenaran de lágrimas.

—¡Eres malo Steve!—gritó apretando los puños—¡En verdad te odio, tonto insensible!—golpeó el pecho de éste y estalló en llanto—. Lamento querer ser tu amigo—secó sus lágrimas y corrió lejos de ahí.

—¡Espera... Noah...!

¿Otro recuerdo malo? Tú nunca aprendes ¿verdad?

—Ah, ni me lo digas. Fui bastante cruel con él en ese entonces—se sentó abrazando sus piernas—, aún no entiendo como se pudo haber enamorado de mi.

Que buena pregunta.

Eras bastante feo, toda una abominación para la humanidad.

Feo por dentro y por fuera.

Pero mira el lado bueno, ahora eres bastante guapo que hasta la zorra de Catherine te quiso ligar.

—Como digas—suspiró—, necesito algo.

Se levantó y salió del lugar.

Iba camino a casa de Noah.