Las aventuras gays de Steve

33. Universidad

Estaba todo tranquilo para Steve, no había ruido alguno excepto que alguien llegó gritando.

—¡Adivina, adivina!

—¿Qué tengo que adivinar?

—¡NO LO VAS A CREEEEER!

—¡YA DIME NOAH O TE PARTO LA MADRE!

—Quisiera ver eso en la cama—lo dijo con una voz seductora mientras el mayor puso los ojos en blanco cruzando los brazos.

—A ver...

—A ver al cine puto.

Volvió a rodear los ojos—¡Eres un idiota!

—Pero me amas.

—¿Qué era lo que tenías que decirme?—dijo sonrojado.

—Ah, sí. Decidí el volver a mis estudios y dejar estos años sabáticos, así que dentro de cuatro meses entraré a la Universidad del Este.

—¿Enserio? ¡Felicidades Noah! Estoy tan orgulloso de ti.

—Gracias mi amor—lo abrazó dándole varios besos en la cara pero después se separó de él con la mirada perdida.

—¿Sucede algo? —Steve notó que ese tipo de comportamiento era raro, Noah nunca se hubiera separado así de fácil sin que Steve usará la fuerza bruta.

—Oh, bueno —suspiró—. Es sólo que cuando entre a la universidad tendré que dejar mi trabajo en la cafetería y ya no podríamos vernos seguido. Con suerte nos veríamos una vez al mes—bajó la mirada —, no quiero estar separado de ti.

Noah estaba completamente triste, podrían suceder muchas cosas estando separados los dos. Nunca antes se habían separado antes. Steve también se sentía triste, no podía pensar que sería de su vida sin él pero sabia perfectamente que era algo que tenía que pasar.

—Noah, no tienes porque estar triste. Sólo serán unos cuantos años, además podremos estar juntos en vacaciones—intentó animarlo—. Cuando termines tus estudios tendremos más tiempo juntos porque quisiera que viviéramos juntos, claro, sí aceptas eso.

Noah lo miró a los ojos con un tenue brillo en ellos—es obvio que sí quiero vivir contigo—volvió a abrazarlo—, espero que esos años se pasen volando.

—Espero lo mismo.