Las aventuras gays de Steve

23. Pacto satánico Parte 1

Los chicos llegaron a la casa de Noah, estuvieron viendo películas y jugando videojuegos hasta que se aburrieron pero ninguno se podía dormir, incluso era la 1:34 am.

—¿Qué quieres hacer ahora Steve?

—Hagamos un pacto satánico.

—Ya en serio.

—Estoy hablando en serio.

Lo que hace el aburrimiento, un ejemplo claro: yo escribiendo esto.

Investigaron un pacto satánico bien chido en la deep web pero necesitaban varias cosas para hacerlo.

-Velas negras.
-Espejos grandes.
-Sangre de virgen.
-Agua bendita.
-Un dildo.
-Espinacas.

Un momento... ¿espinacas? ¿acaso a satanás le gusta las espinacas? Pues está bien, que rarito...

Fueron al super o a la comer. Por suerte había una que abre las 24 horas del día, 7 días a la semana, los 365 días del año.

—¿Seremos los únicos aquí?—preguntó Steve mientras empujaba el carrito.

—No lo sé, pero al menos estamos solos, podríamos hacer muchas cosas.

—Como que te bajas del carrito, ¿no?

—Nel, caminar es para ancianos.

—Actúas como un niño, ¿cuándo dejaras de ser tan inmaduro?

—Cuando te quite tu virginidad—le guiñó el ojo y el mayor estaba que se moría de la vergüenza.

—¿Ah sí? ¡Pues fíjate que yo... que yo... Te daré mi virginidad cuando seas maduro!—ambos se miraron impactados.

Cuidado con lo que dices Steve.

—¡Trato hecho y derecho!—Noah le tendió la mano feliz a su amigo para hacer el trato.

—¡LO DECÍA DE BROMA NOAH!

—Ay, pero no me grites.

—Yo digo que nos separemos para buscar las cosas más rápido—dijo olvidando lo de hace un rato, aún tenía los cachetes rosados.

—De acuerdo—se bajó del carrito—pero sí pasas por donde hay comida compras porque no tengo en mi casa.

—Si voy a comprar tu comida entonces compraré lo que yo quiera. Necesitas comer más vegetales.

—¡No! ¡Todo menos eso!

—¡He dicho!—el menor sólo cruzó los brazos inflando los molletes enojado.

Un dato curioso: esa es la debilidad de Steve.

—¡N-No me pongas esa cara!

—Al menos dame un beso.

—Ni loco.

—Como sea.

Noah tomó de la cintura a Steve y se acercó a él para darle un tierno beso.

—Maduraré pronto por ti.

Se fue a buscar lo que le tocaba de la lista.

"Estúpido Noah, sabe muy bien cual es mi debilidad y se aprovecha de eso" pensó Steve.

Pinche Steve parece nariz de payaso.

Él siguió con sus compras normales, llevaba carne, lechuga, zanahorias, sangre de virgen corriendo por sus venas y espinacas.

Todo bien pero el pendejo no se miró por donde iba y terminó chocando con otro carrito de compras.

—¡Oh, lo siento mucho! No miré por donde iba—se disculpó con la persona que conducía el otro carro.

—No te preocupes, estoy bien—dijo la chica moviéndose el cabello de la cara viendo a Steve de los pies a la cabeza—,  eres lindo.

—¿Perdón?—el chico no la escuchó.

—Digo... Pensé que era la única que salía a comprar la despensa a estas horas.

—También había pensado lo mismo.

—Ambos somos raros—dijo riéndose—, por cierto, soy Catherine.

—Steve, un gusto.

—Perdón por preguntar pero ¿qué hace alguien como tú comprando a estas horas de la noche?

—Bueno, en realidad nosotros teníamos insomnio y estábamos aburridos. Una larga historia.

—Claro, nosotros ¿eh? Así que vienes con alguien más —dijo algo decepcionada.

—Sí, vengo con mi...

—¡Stevie~! ¡encontré las velas!—llegó Noah con cinco velas negras—espera, ¿quién es ella?—preguntó viendo a la chica.

—Se llama Catherine y hace rato choqué por accidente con ella.

—Un gusto, por un momento creí que venías con una chica.

—¡Ja! Ni que vinieras con Karen—Noah se burló.

—Uy no, ya estuviera muerto de tantos gritos —Steve también se burló.

—Veo que estás ocupado con tu amigo, mejor me voy.

—Espera, ¿no quieres venir con nosotros a hacer un pacto satánico?

—¿Qué? Bueno, está interesante así que sí.

—Pero Steve, ¿y nuestra noche?—mencionó Noah.

—Ya será otro día.

Al final Catherine se les unió y compraron todas las cosas menos algo pero no es de mucha importancia.

Si quieren saber lo que pasará con el pacto, esperen actualización.