capítulo 24

324 18 0
                                    

Zuko's POV:

Todo estaba relativamente listo para partir a la Nación del Fuego, pero aún me falta decirle adiós a Mai. Odiaba la idea de alejarnos otra vez y sinceramente tenía miedo. Miedo de que a alguno de los dos nos pudiera pasar algo. Miedo de que esta vez nuestro adiós fuera para siempre…

Comencé a caminar hasta la tienda donde sabía que ella estaba, cuando me encontré con Ryu. Nuestras miradas se cruzaron y como si él me hubiera leído la mente, se acercó a mí.

- ¿Listo para terminar esta guerra? – me preguntó.

- Listo – contesté soltando un suspiro. – Pero antes, necesito pedirte un favor.

- ¿Y es…? – me preguntó el ex-alcaide con el ceño levemente fruncido.

- Promete que cuidarás a Mai una vez más. No me puedo ir tranquilo sin saber que va a haber alguien más que la cuide como si yo mismo lo hiciera – dije viendo a Ryu con fuerza. Él también me miró con fuerza, pero me dirigió la primera sonrisa que le había visto hacia mí.

- Lo haré, Zuko. Ni siquiera tienes que pedirlo. La protegeré con mi vida – contestó con seriedad.

- Gracias Ryu…

- Pero… - comenzó a decir, provocando que lo viera extrañado – No puedo cuidarla para siempre, entonces trata de que no te pase nada, ¿de acuerdo? Si algo te llegará a pasar, Mai no podría con ello.

- Lo haré, y no sólo por el mundo, sino por ella – afirmé con seguridad.

- Eso espero, Zuko. Eso espero…

Mai's POV:

Estaba terminando de arreglar mis cuchillos para salir a encontrarme con los demás, cuando Zuko entró a la tienda de Ty Lee.

- Hey – me saludó cerrando detrás de él.

- Hey…- le respondí con una sonrisa. - ¿Ya estás listo?

- Lo estoy, pero no quería irme sin despedirme – me dijo con leve nostalgia. Fruncí el ceño con enojo.

- No hagas eso, Zuko. No te despidas como si fuese la última vez que te voy a ver en mucho tiempo ni como si te fuera a pasar algo… - dije con preocupación. Él me miró y se acercó a mí, tomando mi barbilla una vez que estuvo cerca.

- No importa lo que pase el día de hoy, sólo asegúrame que sabes que te amo – contestó él. Yo lo vi directamente a los ojos. Zuko tenía un brillo de valentía en la mirada y estaba decidido, pero también sabía que iba a ser peligroso y quería prepararnos a ambos para lo peor. Solté un suspiro.

- Lo sé, Zuko. Yo también te amo. Siempre lo he hecho y siempre lo haré – aseguré. – Prométeme que no harás nada estúpido y que te cuidarás mucho.

- Lo prometo, Mai… - contestó, rodeándome con sus brazos. Cerré los ojos mientras estaba recargada en su pecho, disfrutando el calor que emergía de su cuerpo. En verdad lo amaba tanto y odiaba que, una vez más, tuviéramos que separarnos.

- Si todo sale bien, espero estar mañana temprano en Ciudad Palacio – le dije mientras rompía el abrazo.

- Todo saldrá bien, Mai – afirmó mi novio. – Tengo algo para ti…

- ¿Qué es? – pregunté con curiosidad.

- No es mucho – comenzó a decir Zuko revelando una cadena dorada que hasta ahora había estado guardada en su puño. – Es la cadena que mi madre me dio cuando niño.

Zuko se colocó detrás de mí y puso la cadena de oro alrededor de mi cuello. Vi la placa dorada que colgaba de ella y tenía el nombre de Zuko con su fecha de nacimiento. Ursa había mandado hacer esas cadenas para Zuko y Azula cuando eran niños. Por supuesto que él la usaba, pero ella no. No pude evitar sonreír, pero sentirme nostálgica al respecto. Era algo que significaba mucho para él, ya que era una de las pocas cosas que tenía de su madre.

¿Cómo Rebelarse por Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora