capítulo 5

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Mai's POV:

Me quede dormida en el catre, estaba demasiado cansada por la golpiza que me habían dado y no desperté hasta que unos golpes en mi puerta lo hicieron. Vi a mi alrededor algo aturdida y descubrí que ya era de noche, creo que pasaban de las 11.

-¡Abre!- escuché que me ordenó un guardia, me levanté rápidamente y sentí mi rostro hinchado y tocarlo me producía dolor. Abrí la puerta y descubrí a un guardia que no traía puesto el típico casco de los guardias, tenía el cabello castaño claro, algo ondulado y con ojos color miel. Era alto y tenía la piel algo clara. -El Alcaide quiere verte...

-¿No sabe que ya es de noche y que las personas necesitan dormir?- pregunté con mi habitual tono sarcástico

-Yo sólo sigo órdenes- explicó el nuevo guardia y con eso salí de mi celda y nos dirigimos a la oficina del Alcaide.

Una vez que llegamos a la oficina entramos sin preguntar.

-¿No te enseñaron a tocar Ran?- preguntó Ryu, él nos estaba dando la espalda y parecía que ordenaba algo

-Emm... No- dijo el guardia que me tenía sujetada, al parecer se llamaba Ran

-Trae a la princesa más noche, aún no estoy listo- creo que nuestro querido Alcaide no se había percatado de que ya estaba en su oficina... Y al parecer, el apodo que me había puesto Kenta se había vuelto popular en poco tiempo

-Demasiado tarde...- dijo Ran con tono nervioso. El Alcaide Ryu se volteó rápidamente hacia nosotros con cara de sorpresa, yo sólo tenía el ceño fruncido y el guardia se reía nerviosamente.

-Este... Bueno Ran te puedes retirar...- dijo Ryu mientras le hacía una señal que no pude entender, el guardia sólo asintió

-Con permiso- dijo Ran y salió de la oficina.

Nos quedamos en un silencio incómodo como por 5 minutos.

-Siéntate y ponte cómoda, créeme querrás estarlo porque y tenemos una larga noche por delante- dijo Ryu mientras señalaba a un sillón en la oficina. Mi corazón empezó a latir algo rápido, ¿por qué decía que teníamos una larga noche por delante? ¿Qué planeaba hacer? Pero aun así obedecí y me senté en el sillón

-¿Qué planea hacer?- pregunté mientras trataba de ver que hacía. Ryu se volteó y comenzó a caminar hacia mí. Vi que en la mano traía algo que parecía una bolsa o un pañuelo blanco. Una vez que llego al sillón, se sentó y comenzó a acercar su cara a la mía, yo bajé la mirada, pero el Alcaide tomó mi barbilla y me obligó a mirarlo. Comenzó a acercar su cara aún más y mi corazón comenzó a latir mucho más fuerte. Sentí como su mirada escaneaba mi rostro y justo cuando pensé que iba a acercar sus labios, se alejó y yo solté un suspiro.

-Toma- extendió la cosa extraña que traía en las manos, la tomé y me di cuenta de que si era un pañuelo y que adentro traía hielos

-¿Para qué?- pregunté viendo el extraño pañuelo con hielos en mis manos, él se rió un poco

-Bueno, eso es obvio, ¿no? Ponlo en tu cara, evitará que se siga hinchando- explicó el Alcaide, me ruborice un poco, por un segundo pensé que me iba a besar o algo así

-Gracias... Pero, puedo preguntar, ¿por qué la amabilidad? Se supone que soy su esclava- pregunté mientras ponía el hielo en mi mejilla izquierda

-Puedes preguntar- respondió Ryu, el alcaide volteó hacía a mí y me sonrió. -Bueno, no planeó tener a unaesclava herida e hinchada. No servirías como debes y... arruinas mi apetito- dijo con tono burlón y con su sonrisa intacta mientras señalaba un plato con un filete que reposaba en su escritorio

¿Cómo Rebelarse por Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora