Ceguera «Yoonmin»

16. ¡No te rindas Hyung!

Después de tres días en el hospital Jimin y Yoongi regresaban a casa en un Taxi. El menor miraba por la ventana mientras meditaba las duras palabras que el Doctor le había dicho antes de salir.

"Lamento decirte esto pero es probable que su vista jamás regrese. Ya han pasado tres días y si para el viernes aún no da indicios de mejora el será ciego para siempre." 

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Mientras entraban lentamente en el ascensor Jimin tomó la mano de Yoongi con fuerza para decirle 

— Hyung,... Este yo... Emm.. Ya tengo el permiso en la galería y la universidad — se quedó en silencio y volteo a mirarle buscando alguna expresión en su rostro. La puerta del ascensor se abrió y con delicadeza lo guió  al apartamento.

Al entrar le agarró de la cintura con torpeza llevándolo hasta el sofá. Se sentó a su lado y continuó

— Co-como le decía Hyung... Emm ... Yo .. Yo tengo permiso para faltar. Así que voy a cuidarlo — dijo con seguridad y a pesar de todo con una sonrisa.

Yoongi simplemente se sentía muerto en vida. Extrañaba la luz,  ya no habría planos que terminar, maquetas que construir y proyectos que admirar. Se limitó a decir 

— Aja —. 

Jimin no esperaba que fuera tan fácil así que con los nervios a flor de piel y una seguridad inexistente habló — Hyung, viva conmigo por favor. Sé que podría ser incómodo pero prometo que lo cuidaré muy bien. Yo ... Yo lo quiero mucho por favor no se aleje de mi lado — finalizó agachando la cabeza. 

El mayor se sorprendió, tardo un poco en responder pues un leve shock cruzó por su cuerpo. No esperaba que el menor dejara todo por lo que había luchado pensando en él. Eso conmovió su corazón. Lentamente se abrazó a Jimin para llorar en silencio recostado en su regazo. 

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Ya habían pasado tres días desde que Yoongi había llegado a casa. En todo este tiempo no se había movido de la cama sino para ir al baño, ni siquiera comía bien.  Entonces Jimin llamó a Jin con una idea en mente.

— ¿Jin Hyung?
— ¡Jiminie! — exclamó con entusiasmo al otro lado de la línea — ¿Cómo estas? — su voz tembló un poco — ¿Cómo está Yoongi? 

Pensó en mentirle, pero al final decidió que la mejor opción era la verdad.

— Hyung, para ser sincero Yoongi Hyung, no se mueve de la cama — algunas lágrimas amenazaron con salir — A duras penas logro que coma y no ha querido hacer nada más. Duermo en el sofá por qué temo molestarlo. Pero ya no sé qué hacer — ahora la tristeza salía a flote.

— ¿Han tratado de hablar? — preguntó genuinamente preocupado.
— Dice que está bien en esas dos palabras muere toda la conversación — hizo una pausa — Hyung, pu-puedes venir a cuidarle hoy necesito comprar unas cosas. Estaría muy agradecido.

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Era tarde y el viento golpeaba fuertemente los edificios. Caminaba por el centro de la ciudad en búsqueda de artículos que le permitieran animar a su Hyung. Lo amaba, no lo iba a dejar rendirse, simplemente no podía. Entró a una vieja tienda que tenía algunos acetatos en la entrada. 

— Buenas tardes — saludó una joven atractiva y sonriente — ¿En que te puedo ayudar?
— Emm .. Estoy buscando un... Radio...

Ella soltó una risita pícara — ¿Radio? ¿Gramófono o tocadiscos ? — volvió a reír — Perdona era molestando. ¿Quieres que sea electrónico? hay unos muy bonitos por aquí ... — la mujer se silencio al ver la expresión de Jimin.

— Busco un radio viejo, de esos que puedes sentir los botones, con estas ranuritas para sintonizar.
— ¡Oh! — ahora le observó curiosa — Emm creo que hay uno... Ni siquiera sé si sirve ... pero tal vez sea lo que necesites.

La sonrisa de Jimin se coló en su rostro — Gracias.

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Camino a casa Jimin iba lleno de cosas. Llevaba un viejo radio color gris, un pequeño banquito de madera, un rollo de esponja áspera al tacto, varios tipos de punzones y un libro de hojas en blanco ultra gordo. Al entrar al apartamento percibió el leve olor a comida casera.

Obra de Jin Hyung pensó.

Fue con torpeza hasta la habitación donde encontró a Yoongi descansando.

Al menos tomó un baño. Pensó viendo su cabello húmedo.

 Dejó las bolsas en el suelo, tomó el radio y se sentó a su lado.

— Hyung 
— ¿Mochi? — preguntó Yoongi mientras se levantaba.

— Si Hyung soy yo — se sonrojó a pesar de que nadie le veía — le te-tengo un regalo — viendo la expresión de interés en el rostro del pelinegro continuó — Yo.. este yoo.... yo no quiero que usted esté aburrido mientras recupera su vista ... así que ... le traje esto.

Yoongi no logró apartar la felicidad cuando sintió el viejo radio de pilas en sus manos. Pensó en lo fácil que sería prenderlo y buscar alguna estación gracias a todos los relieves que tenía. Con una gran sonrisa susurró — Gracias.

— Hyung ... no es lo único. Estuve buscando en internet y encontré este libro ... es... es para personas ciegas... podríamos aprender a leerlo entre los dos ... 

Su voz murió cuando Yoongi lo tomó del brazo y subió lentamente su mano pasando por su hombro hasta sus mejillas, se acercó y susurró sobre sus labios — Te amo Jimin — sin vacilar, sin duda y con completa seguridad.

 Sonrío después de besarlo — ¿Por qué recibo tantos regalos? 

— Porque, no quiero que se rinda Hyung. Por favor no lo haga.

Espero les guste. Quedo algo largo.. creo que esta será la extensión normal. Si tengo que agregar más capítulos les iré avisando. Errores en los comentarios. Sonrían mucho y hasta el próximo capítulo.