2. Invitaciones provocativas

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Jimin y Taehyung eran amigos hace un año. Se conocieron en el metro por una increíble coincidencia. Su amistad se forjó cuando se dieron cuenta que vivían uno en frente del otro. Tantos años en el edificio del frente y nunca se habían encontrado.

Jimin se convirtió en una parte importante del grupo de amigos de Taehyung. Esos 5 imbéciles se habían transformado  en su familia, él era de otra ciudad y había viajado a la capital para estudiar, así que naturalmente se sentía bastante solo. De repente, pasaba mucho tiempo en el apartamento que compartía Taehyung con sus mejores amigos Hoseok y Namjoon, en frente vivían el resto de idiotas, Yoongi, Jin y Kookie. El seguía sólo en su piso, pero cuando alguno estaba aburrido solía hacerle visita.

En un día como este se acordaba de todos los cambios que surgieron en su vida. Toda esa alegría y felicidad que lo inundó después de darse cuenta que se había convertido en un amigo más. Esa tarde, se encontraba pintando un cuadro realmente grande, el olor a óleo llenaba la estancia. Su siguiente entrega estaba cerca y los nervios le recorrían por completo. Si este cuadro quedaba perfecto, como esperaba, lograría conseguir la pasantía en la galería Jinhwalang y por fin encontrarse con esos escultores y pintores que tanto deseaba conocer. El timbre le sacó de su ensoñación y mientras se acercaba a la puerta gritó

—¡¿Quién es?!.

— Soy Yoongi, Minnie... ábreme.

—Voy — respondió mientras tomaba el picaporte.

Allí estaba Yoongi con una perfecta chaqueta de cuero negro que resaltaba su blanca piel y sus delicadas facciones. Jimin sabía que algo raro sucedía en su relación pues eran muy cercanos, no de la misma forma en que él era cercano con Taehyung, en definitiva era diferente y aunque sabía que algo pasaba prefería alejar esos pensamientos.

No queria experiencias incómodas con los chicos. Cosas así ya habían pasado. Namjoon y Jin habían estado saliendo sin contarle a nadie en el grupo y la forma en que todos se enteraron fue excepcional. Un día mientras decidieron ir a almorzar a la casa de Jin, al abrir la puerta estaban ellos sobre la mesa del comedor semi desnudos, sudorosos y sonrojados. Definitivamente la mejor forma de salir a la luz.

— Jimin te estoy hablando — dijo Yoongi arrugando el entrecejo.

— Perdón Hyung me distraje ... ¿Qué me decía?.

— Que esta noche iremos al bar de siempre por unas cervezas ... ¿Vendrás?.

— Mmm ¿No sé? — respondió Jimin dudoso, aún tenía un cuadro que terminar.

— No seas amargado, mochi. Mira que todos saldremos por última vez, las pasantías ya han acabado lo que significa que pronto el trabajo vendrá.

El menor se lo pensó un momento, pero la cercanía de Yoongi lo sacó de su cabeza.

— Jimin, de verdad quiero pasar esta noche contigo — afirmó el peli negro con un acento seductor y una mirada llena de fuego.

— E-esta bi-bien hyung ... estaré listo a las 7 — respondió Jimin con un leve sonrojo.

Con una sonrisita traviesa en el rostro Yoongi se levantó del sofá no sin antes decir

— No me falles.

Ceguera «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora