Capítulo 5
Peeta me mira boquiabierto por unos segundos. Sus ojos divagan por mi rostro. Él no se esperaba mi respuesta. ¿Pensaría que yo no querría hacer el amor con él?
Espero unos segundos por su respuesta pero no llega. Su rostro a unos pocos centímetros del mío, mis manos aun rodeando su cuello, sus manos aun en mi cintura, acerco mi rostro al suyo y tomando su cabello lo acerco a mí. Mis labios tocan los suyos que están rígidos, comienzo a moverlos pero él se resiste y no me devuelve el beso. Continuo trazando su labio superior con mis labios y mi lengua, Peeta jadea. Al sentir su reacción, sigo con el labio inferior, el gime y aprieta la tela de mi vestido en mi cintura. Sigo sentada sobre él, me muevo suavemente para adelante y me abrazo aún más a su cuello, luego me muevo para atrás y siento la presión debajo de mí aumentar. Me siento satisfecha de provocar la reacción de Peeta con solo mis besos.
Me muevo una vez más para adelante y para atrás, el miembro de Peeta late contra mí y las cosquillas y el deseo aumentan. Él finalmente reacciona y me aprieta aún más contra su cuerpo tomándome de las nalgas, luego recorre con sus manos toda mi espalda mientras responde a mis besos con urgencia. Su respiración se vuelve entrecortada, se separa de mis labios para besar mi cuello, lo que provoca ráfagas de deseo ardientes por toda mi piel y mayormente en mi zona íntima, que late provocando espasmos de placer y anhelo. Peeta desprende el vestido de mi espalda y mi cuello suavemente pero con prisa mientras besa mi cuello y mis hombros. Yo jadeo al sentir que el vestido se desliza hasta mi cintura dejando al descubierto mis senos. Peeta se aparta de mi cuello y me observa, acariciando la piel de mis brazos y luego mi cuello, bajando hasta mi pecho y tomando con sus manos mis senos. Su caricia provoca un temblor en mi cuerpo y se escapa un gemido de mis labios. Siento su mirada quemarme y por extraño que parezca no siento nada de vergüenza de mostrarme desnuda ante él, ni de sus manos sobre mi cuerpo.
Peeta acaricia la piel de mis senos y con su pulgar traza suaves círculos sobre mis pezones que se endurecen al tacto. Cierro los ojos y mi respiración se vuelve pesada, siento electricidad por todo el cuerpo e instintivamente me muevo en círculos sobre el miembro de Peeta. Él exhala pesadamente y dirige su boca a mi seno derecho y con sus manos acaricia mis piernas levantando el vestido, luego mi trasero, empujándome más cerca de él.
-- Katniss… eres tan hermosa. - dice con su voz entrecortada apartando apenas su boca y su lengua de mi pezón. - Te deseo tanto.- su voz provoca que mi corazón se acelere al máximo y mi deseo se vuelva irrefrenable. Tomo su pelo tirando de él levemente hasta que levanta su rostro hacia mí y lo beso. Mis labios arden, enloquecen de deseo y anhelo, mi corazón da un vuelco con anticipación.
Ambos nos apartamos para tomar aire, Peeta lleva sus manos a su camisa blanca y comienza a desabotonarla, dirijo mis manos a su pecho y lo ayudo. Se quita la camisa y la deja en el suelo, yo miro su torso desnudo, los músculos de los brazos, su estómago endurecido, llevo mis manos hasta su pecho y acaricio sus músculos pectorales. Bajo mis manos hasta su estómago y en un impulso acaricio el bulto de su pantalón justo debajo de mí. Él se estremece y vuelve su boca a mis pezones.
- -- Peeta… por favor. - digo impaciente y anhelante. - Por favor calma este deseo. - Él se aparta de mis pezones, envuelve sus brazos en mi cintura y se pone de pie.
- -- Sí mi amor. - responde en mi oído mientras me lleva cargando hacía la cabaña.
Cruzamos el umbral y Peeta me besa por unos segundos. Me deja en el suelo y quita mi vestido por completo, dejándome solo en calzones. Me sonríe y se vuelve hacia afuera. Me quedo de pie temblando de deseo esperándolo. Regresa con unas mantas que asienta en el suelo de la cabaña, alejadas de la puerta. Luego se dirige hacia mí, me toma en brazos y me deposita sobre las mantas. Sentada expectante lo observo quitarse el cinturón, luego desabotonarse el pantalón, deslizar la cremallera hacia abajo y quitárselo por completo. Mi vista se dirige inmediatamente al bulto de sus calzones. Se ve tan grande, que me da escalofríos. ¿Ese apéndice largo tiene que entrar en mí? Peeta se termina sacando los calzones y tengo la primera vista de su miembro. Se mantiene rígido, parado, ¿cómo es que no se le nota a Peeta cuando lleva puesto pantalones?
Se acerca a mí y me acuesta en las mantas. Él se mantiene sobre mí sin tocarme, luego estira mis piernas y quita lentamente mis calzones. Su mano acaricia mi zona púbica, enviando espasmos de deseo insoportable por todo mi cuerpo. Se acuesta encima de mí, separando mis piernas, situándose entre medio de ellas, luego percibo su órgano sexual contra mi vagina. Él se sostiene con sus codos sobre mí y me besa suavemente, luego apasionadamente, baja una mano hacia la unión de nuestros cuerpos y siento cómo introduce su apéndice caliente y latente en mi vagina, lentamente, despacio hasta que está la mitad dentro de mí. Vuelve su brazo a la posición inicial sosteniéndose con sus codos sobre mi cabeza y empuja con sus caderas su apéndice aún más adentro mío con un gemido ronco. Yo siento una ráfaga de dolor y placer y se escapa de mis labios un pequeño grito. Peeta se detiene y me mira.
- -- Lo siento mi amor. Si te duele, me detengo… Podemos… intentarlo otro día. - dice Peeta con voz ronca y sus ojos ennegrecidos de deseo.
- -- No, se supone que la primera vez puede doler. Mi madre me explico. - digo ansiosa, tratando de relajarme para así calmar el dolor latente que lentamente se desvanece de mi vagina. - Por favor no te detengas. -
Lo beso abrazando su torso y acariciando su espalda. Él se relaja y suavemente sale de mí y entra nuevamente. Ambos gemimos en la boca del otro. El dolor es apenas notable y el placer en mis entrañas crece. Peeta se da cuenta de eso y con más confianza embiste contra mí un poco más duro, una y otra vez. Me siento a punto de explotar de placer y levanto mis piernas hasta rodear sus caderas con ellas. Él cambia el ritmo a uno más acelerado y nos vemos envueltos en gemidos, jadeos, gritos de placer, respiraciones aceleradas hasta que con una embestida dura y profunda exploto de placer y Peeta grita antes de desplomarse sobre mí jadeando pesadamente sobre mi cuello. Su grito se parecía más a un aullido de oso, ronco y profundo. Sentí la explosión como un detonador de energía y luces de todos colores. Vi las luces prácticamente. Fue la sensación más increíble que he tenido en mi vida. Cómo subiendo una montaña hasta llegar a la cima y encontrarme con una luz cegadora que me calienta toda la piel. Aún mejor que eso.
- -- Te amo Katniss. - dice Peeta luego de unos minutos cuando su respiración está un poco bajo control.
- -- Y Yo te amo a ti Peeta... ¡Eso fue increíble! La mejor sensación que he sentido en mi vida. - digo acariciando su cabello con una mano y con la otra su espalda.
Él se levanta sobre sus codos y observa mis ojos, me besa suavemente y se aparta con una sonrisa.
- -- Para mí también ha sido la mejor sensación que he sentido nunca. -- dice riendo.-- Pensar que estaba nervioso. Pero contigo no debería estar nervioso. Eres el amor de mi vida y mi amor por ti es tan grande Katniss que no me arrepiento de haber pasado por todo lo malo que pasé solo para estar hoy aquí contigo, en este momento amándote. -
Se me estruja el corazón de pensar en todas las cosas malas que vivió Peeta, empezando por la pérdida de su pierna, prueba inmediata, ahora es de plástico y metal. Lo amo por amarme y por hacerme ver que lo que importa es el presente, el ahora, él y yo juntos, el panadero y la chica en llamas, amándonos, siendo felices. Él me hace feliz.
- -- Te amo. Te amo. Te amo. - susurro mientras le beso el cuello, y recorro con mis labios hasta su oreja, luego busco sus labios ansiosa. Siento como su miembro se endurece dentro de mí inmediatamente. La boca de Peeta responde a la mía con urgencia como si necesitara de ella desesperadamente. Comienza a embestir nuevamente sin apartar sus labios de los míos.
Peeta se sienta y me arrastra con él haciéndome quedar encima de él. Su boca se aparta de la mía y se dirige a mis pezones, los succiona, los lame, me enloquece. Baja sus manos a mis nalgas y me levanta sobre su pene, luego me mueve sobre él, hasta que yo comprendo el ritmo y continúo por mi cuenta moviéndome hacia adelante y atrás, más rápido a medida que siento que estoy por llegar a la cima, a la explosión.
A punto de llegar, Peeta me tumba sobre mi espalda y embiste una y otra vez con prisa besándome, robándome todo el aire. Cuando llega la explosión grito de placer y quedo adormecida y en éxtasis, mientras Peeta me sigue en el clímax unas embestidas después. Cae sobre mí, sudoroso y susurra un "Te amo" antes de que ambos nos durmamos en los brazos del otro.
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Alianza - (Completa)
Fanfiction¿Qué sucedió luego de las muertes de Prim, Snow, Coin? ¿Qué sucedió con Katniss y Peeta para que decidieran estar juntos? Antes de los hijos, su reencuentro, la decisión de ser felices juntos, la necesidad del uno con el otro, fueron factores determ...