Capítulo Veintiocho

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            Capítulo Veintiocho

Emma cumplió un mes de vida el día de ayer. Aún no logro caer en la realidad de lo feliz que soy en este momento. No sé si es un sueño demasiado largo del cual despertaré... Mi hija es hermosa, sus grandes ojos azules me desarman y me provocan lágrimas de felicidad cuando me mira y sonríe con sus rojas encías. Está tan grande y rechoncha, el doctor dice que mi leche materna es excelente.

Peeta es un padre orgulloso y dulce. Emma nos ha alegrado aún más nuestra vida. No sé por qué tuve miedo antes de ser madre. Es el sentimiento más hermoso y es la función, el trabajo más placentero que puede haber. No había sentido nunca antes tan grande y profundo amor. El amor que siento por Peeta es diferente, es profundo e inmenso, pero es otro tipo de amor. Yo vivo para ellos y por ellos ahora. Por mi familia. Mi vida ha cambiado por completo y me alegro. Ya no soy ni volveré a ser la misma chica que se presentó voluntaria por su hermana, tan llena de odio y resentimiento.

Ahora vivo agradecida y trato de pensar en el pasado como un mal necesario para la paz y la felicidad que complementan mi vida ahora. Quizás es egoísta, pero hablando con Peeta, con Johanna y Gale, ellos piensan igual.  Cada persona de Panem sufrió a causa de la Revolución, pero ahora sus vidas han mejorado notablemente.

Dentro de unas horas se casarán Johanna y Gale. Está todo el jardín decorado y listo para la ceremonia. Emma usará un vestido rosa de tul y seda, regalo de su padrino Haymitch que viajó hace unos días al Capitolio a ver a Plutarch. Regresó ansioso por ver a la pequeña y se sorprendió de que haya crecido en tan solo cuatro días.

Mi madre es feliz, es una abuela orgullosa y amorosa.  Está pendiente de Emma todo el tiempo. Es de gran ayuda, solo espero que se quede un tiempo más antes de irse de nuevo a su trabajo. Con Haymitch están cada vez más cercanos, quizás sea mejor que se vaya por más que me entristezca. No quiero que sufra si él no le corresponde.

Haymitch se ha encargado del cuidado de las cabras por completo, dice que le divierte. Cuando no está en su trabajo, está en nuestra casa consintiendo a Emma. Se ve mejor, animado. Creo que mi hija fue un regalo para él y para todos, pero más para él porque le ha cambiado el ánimo y le ha renovado las ganas de vivir después de Effie.

Con Peeta dormimos realmente cansados en las noches, él trabaja en el día y cuando llega a casa juega con Emma y yo estoy todo el día con la pequeña. Nos sentimos agotados pero felices. La niña se despierta todas las madrugadas a las cinco, nos dividimos en turnos con Peeta para atenderla. Las madrugadas de mis turnos, las aprovecho mientras Em duerme para ir al bosque a cazar.

No hemos hecho el amor con Peeta porque no me he sentido a gusto con mi cuerpo después del parto, además de la cuarentena. Pero él me entiende y trabaja duro para llegar a casa y dormir el agotamiento. Ya he recuperado mi figura y ya no sangro más por lo que esta noche pienso sorprenderlo. En verdad lo necesito y sé que a él le está costando controlarse.

-       Katniss. Johanna ya llegó. – grita mi madre desde el primer piso. Peino mi cabello húmedo y me hago una rápida trenza.

Bajo las escaleras y escucho a Johanna con voz infantil haciéndole juego a Emma. La niña le responde con grititos. Rio y me acerco más.

Alianza - (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora