Capítulo 10 - El peor estratega

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Saben es curioso.

Siempre di por sentado que Shiro estaría a mi lado. Nunca dude ni la distancia nos ponía aprueba.

A veces hablabamos durante horas por teléfono, luego me regañaba por lo larga que fue el recibo del teléfono ese bimestre; aunque era él quién le costaba trabajo poner fin a la conversación.

Cuando me dijo que se mudó a Raimon para estudiar la universidad, ambos nos alegramos de estar juntos otra vez.

- Es que ahora quieres que te pague lo del teléfono a base de malteadas - le dije enojado después de dos meses camprandole malteadas.

- No, pero sería lo justo - dijo sonriendo - Tal vez una noche de películas en tu casa compense todo eso -

- Ni lo sueñes - dije eso pero, si hicimos la noche de películas.

Cada maldito momento en el que fui feliz, en los que sonreía y reía, todos al recordarlos en el presente se vuelven tristeza.

Es irónico que eso pase, siempre pensé que los momentos felices permanecieran así, pero solo siento tristeza al recordarlos.

- Hey, Fudou, ¿a dónde vas?- me pregunta Genda preocupado cuando me ve tomar mi chaqueta y poner mis zapatos.

- Tsk, que te importa - me detiene del brazo - ¡Sueltame!- tire fuerte de mi brazo y salí sin más.

[...]

No sé en qué momento llegué a esta taberna, no sé cuando pedí y tampoco estoy seguro de cuando llegó Kidou.

Pero como cuando niños discutimos, pero esta vez no es una tontería, es algo más serio que eso.

- ¡Deja de burlarte de mi!- le dije.

- ¿¡Por qué crees que estoy jugando con esto!?-

- ¡Ustedes no han hecho más que fastidiarme desde lo del accidente! - dije y bebí un trago de lo que tenía en el vaso.

- ¡Sigues siendo el mismo idiota de hace años!-

- ¿Y qué pasó con lo que dijiste hace un momento? ¡Espera! En serio era una broma estúpida -

Kidou me toma del cuello de la camisa.

- ¿Vas a golpearme?- lo reto.

Pero, en lugar de sentir un golpe de parte suya, siento sus labios posarse sobre los míos.

Sus labios se sienten raposos y fríos... Un sentimiento de asco pasa por mi cuerpo e instintivamente pongo una mano en su pecho y lo empujó lejos de mi.

- Ya me crees - responde sonrojado y no por el alcohol - Contigo solo funcionan las acciones -

La niebla que el alcohol creo en mi mente se disipa.

Miro a Kidou como si fuera la primera vez que lo veo.

Mi respiración es agitada y siento mi cuerpo temblar.

La realidad me golpea y no puedo evadir lo que sucedió.

Kidou Yuuto se me declaro y me beso para callar mis negativas y burlas.

- ¿Por qué no me dijiste cómo te sentías?- pregunté con voz grave.

Era una simple pregunta, pero muy difícil de responder al parecer.

- Por lo más obvio del mundo - dice serio soltando un suspiro de dolor - A ti te robó el corazón Fubuki, no yo - eso me sorprendió.

- ¿Cómo afirmas eso? - pregunto con voz grave.

- Eres un gran estratega, pero cuando se trata de amor no sabes que piezas mover - dice llevándose el vaso con vodka - Pongamoslo así... Si Fubuki estuviera aquí, en mi lugar y te besara cómo yo hice ¿Reaccionarias así? - dice mirándome tras sus gafas.

Lo miro a los ojos por un segundo antes de agachar la cabeza.

En mi mente los coloco a ambos tal como los veo.

Kidou Yuuto, serio, inteligente, buen amigo, estratega con que discutir de planes de juego, alguien con quien charlar tranquilamente.

Fubuki Shirou inocente, de mirar tierno, risueño, alguien con quién bromear y reír hasta que no encuentre mi voz, alguien con quien hablar de cosas personales (él es quién sabe más de mis problemas familiares y yo sé que aún conserva la vieja bufanda de Atsuya y que a veces se siente triste de no oír su voz) Fubuki el único que me llama por mi nombre, que lo dice de forma especial.

Si re-creo la escena del reciente beso pero cambio al estratega por Fubuki...

Cierro los ojos.

¿Los labios de Fubuki estarán fríos? Sus manos y mejillas usualmente lo están. Pero aquella vez, ese roce de labios me transmitió calidez, tal vez iría a la luna de ida y vuelta.

¿Cómo reaccionará él (Fubuki) cuando sienta que le correspondo el beso?

Aunque no puedo responder esas preguntas, sé que preferiría a Shirou una y mil veces más, aún cuando la escena no está del todo completa en mi mente...

- No, no trataría de agredirlo como traté contigo - dije alzando la vista - Perdón por eso y por no sentir lo mismo que tú... - lo miraba a los ojos.

El estratega me mira con resignación y da una pequeña sonrisa.

- Perdóname a mí por la tontería que hice - aunque trato de disimular, pude ver una lágrima correr por su mejilla - Lo mejor será irnos - asiento y pago lo que debía.

- Gracias por traerme a casa - le dije a Kidou.

- Tenía qué, apenas puedes caminar recto, ve a la cama ya mismo -

- ¿Por qué tú y Genda se comportan como mis mamás?- dije con el ceño fruncido con los ojos cerrados.

- Hablando de Genda, ¿Por qué no regresa al apartamento con nosotros?-

- Y yo que sé...- respondí rascando mi nuca molesto -
Vete, seguro Sakuma te está esperando -

- A quién Sakuma espera ver llegar es a Genda no a mí -

Eso no es lo que cree Genda, según él Kidou y Sakuma están involucrados sentimentalmente.

Empiezo a sentirme mareado, recargo el brazo en el marco de la puerta y apoyo la cabeza en este.

- Ya, adiós, me voy a acostar y a pensar en Dios sabrá que hasta dormir - dije cerrandole la puerta en la cara.

Esto del amor es muy complicado, es enredoso, doloroso y las personas siguen diciendo que es lo más maravilloso que te puede pasar. Pero si es así, porque te hace sufrir tanto.

Tal vez si me pase con las copas, no pude llegar hasta mi alcoba, me quedé acostado en la sala, mirando el color azul de esta hasta que caí en el mundo de los sueños, donde todo es fácil, y te hace olvidar tus problemas, cómo quisiera vivir ahí, ¿será que Fubuki también lo desea y por eso no despierta?

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Bueno yo también quiero perderme en el mundo de los sueños, ahí todo es más fácil.

Una Simple PreguntaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora