PROLOGO.

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"Juega para hacerte mas fuerte. 

Nada se puede hacer sin poder, sin ser fuerte. 

Se alguien fuerte que pueda cambiar a la gente. 

Tengo que ser alguien fuerte para que no me lastimen". 

Crecí con esos pensamientos. 

Pero un día, sin aviso él entró. Abrió la puerta por simple curiosidad tal vez, le lastime el rostro con el balón. No me disculpe, no tenía por que hacerlo y él no me pidió que lo hiciera; sonrió y me regreso  el balón. "Nos vemos en el entrenamiento" dijo.  

Mas sin embargo, ese día el entrenador nos ordeno estar todos encerrados en nuestras habitaciones "No hay entrenamiento por hoy" sentencio el adulto. 

Le hice caso, creía entender el porqué su acción. 

Sin más me puse a patear el balón dentro de mi habitación, haciéndolo rebotar en las paredes como esa mañana... Y como en la mañana ese niño de piel nieve y ojos grises abrió la puerta; fingí no saber que estaba ahí, tal vez se venia a quejar - ya que su habitación está junto a la mía- por el ruido. No lo hizo. Entró y me robó el balón. 

"Vamos, intenta quitármelo" dice burlándome en el espacio tan pequeño de la habitación que tiene la cama empotrada en una de las paredes y el ropero en el lado opuesto, no había mucho espacio para movernos a nuestras anchas. 

"Si eso quieres"  no sería suave con él, si por las malas tengo que quitárselo, por las malas sería. 

No sé cómo, pero de un momento al otro estaba jugando con él. No de mala manera, no para ser fuerte, solo lo hacía para divertirme. 

Sonreí con amor y felicidad al soccer.

Nunca entendí el amor y la felicidad que sentían al jugar... O más bien no quería admitir que yo también sentía lo mismo que ellos. 

Mi único propósito al unirme al Inazuma Japan era buscar y obtener poder para lo que ya antes mencione. No pensé que ese niño de pelo plata, ojos grises y piel nívea me harían cambiar de opinión en una tarde. 

Cuando el sol se estaba poniendo y mi habitación se empezaban a teñir de color amarillo y naranja de los pocos rayos del sol, ambos estábamos sentados en el suelo recargando la espalda uno en el otro, podíamos sentir la espalda del otro subir y bajar tratando de regular la respiración. 

De mi valija saque un par de botellas de agua y le ofrecí una, acepto y gustoso tomo el agua. 

"¿Por qué... viniste?" le pregunte limpiando mi boca, sentándome frente a él. 

"Te dije que te vería en el entrenamiento"

"Esa no es respuesta"

"Si lo es"

"¿Para qué viniste? No me puedo creer que quisieras mi compañía, después de todo yo los odio a todos ustedes" 

"Si, claro. Se nota sobretodo por tu intento desesperado de sacarme de aquí... ¡Ah! Espera no hubo ningún intento de tu parte" 

"No te burles de mi" le reclamo dándole un suave golpe en el hombro, tenía razón pero no se lo diría. Ni yo entiendo porque no lo saque de aquí, pero supongo que no me arrepiento de nada. 

"Vine porque quería preguntarte una cosa..." mira para la ventana y tamborilea los dedos contra la botella de agua que aún tenía en manos -Años después descubriría que esos gestos los hacia cuando estaba nervioso y mentía- 

"¿Y creíste que te respondería solo así porque si?" 

"Fue muy fácil, de hecho" 

"¡Ja! No te diré nada. No importa lo que..." al ver su sonrisa lo entiendo "E-en qué momento preguntaste..." digo nervioso. Tal vez estaba tan distraído que él pregunto y yo respondí de manera inconsciente. 

"En ningún momento hice la pregunta" toma el balón "Y tú respondiste sin saberlo" ríe. 

Sorprendido me lo quedo viendo. ¿Qué fue lo que paso mientras jugábamos? ¿A qué se refiere con que respondí sin saberlo? Y a todo esto ¿CUAL ERA SU DICHOSA PREGUNTA? Nada podía salir de mi boca, ni una pregunta, ni un sonido, ¡nada!. 

"Parece que ya es hora de la cena. Nos vemos en el comedor" me dice; antes de que se vaya le tomó del brazo para detenerlo. 

"¿Cual era tú en endemoniada pregunta?" Pregunte exaltado "¿Qué te respondí?"  

"Una simple pregunta, ¿te gusta el soccer?" le suelto el brazo "Respondiste que amas el soccer tanto como yo, como el equipo" me responde sonriendo "Ya vamos a cenar, que tengo hambre" 

Asentí y salimos juntos rumbo al comedor donde nos separamos. Él se fue a sentar en una mesa con Tsunami, Toramaru, Hijikata y Midorikawa, mientras que yo me fui al fondo del salón solo. 

Le veía alegre platicando y comiendo con el peli verde y un sentimiento se apodero de mi: envidia de Midorikawa que estaba a tu lado haciéndote reír, que puede tener tu compañía y sonrisa. 

Pero que tontería estoy pensando, no me importa estar solo... No me molesta estar solo, me gusta estar solo... 

Si eso es verdad... Porqué añoro su compañía, porqué añoro algo que tuve hace solo unos minutos por pocas horas. 

Otro pensamiento inquietante me asalto cuando regrese a mi habitación y me eche en la cama: Tal vez mi sonrisa de esta tarde no se debía solo al soccer, si no también a... Shiro Fubuki.

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Bien. este es el inicio de mi historia. Mi primer Yaoi. Sé que la pareja es poco usual, ya que las comunes son: Goenji x Fubuki; Fudo x Kido; Fubuki x Yukimura; Fudo x Kazemaru y más. Pero nada se pierde con darle una oportunidad a esta pareja. 

Dedicada a _Roxy_roxy_  

Nos vemos la próxima, gracias por leer, votar y/o comentar. 

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