Termine el desayuno de Kiyama y me sentí un poco mejor pese a sus burlas y comentarios sarcásticos sobre lo despistado que soy. Quien diría que es una buena medicina.
— Recuerdo que dijiste venir por dos cosas... ¿cuál es la segunda?— le pregunte.
Kiyama sonrió.
— Lo qué pasa es que los padres de Fubuki necesitan regresar a Hokkaido por mas ropa — asiento — Quieren que alguien se quede cuidando a Fubuki, Mido y yo no podemos hacerlo porque es época de exámenes en la Universidad, sólo nos queda que tú lo hagas —
— ¿Sabes que sus padres me odian? — asiente — ¿Que soy el responsable accidente de su hijo? — vuelve a asentir — Y también sabes que cada vez que su madre me ve pone cara de "Ajj"— frunzo la boca y arrugo la nariz como si hubiera olido algo podrido. Una vez más Kiyama asiente — ¿¡Entonces porque me lo pides a mi!?— cuando está por contestar escuchó que llaman a la puerta. Hiroto hace una seña de que vaya a ver quién es y luego seguimos hablando.
Suspiró y me levanto para ir a abrir la puerta, encontrándome con, nada más y nada menos, que con Ryusuuke Fushihara, padre adoptivo de Fubuki.
— Hola, Fudou — a este hombre siempre me ha sido difícil descifrarlo, es muy frío y serio como una máquina, pareciera que sus gestos están medidos para que no sepa en qué está pensando y su tono de voz es tan monótono que no distingo ninguna emoción.
Cerré la puerta y la volví a abrir para asegurarme que era él.
— Si haces eso otra vez, me daré media vuelta y me iré de aquí — me amenaza con ese tono que tiene. Suspiró y asiento. Ryusuuke hace un gesto para que lo siga fuera de mi apartamento.
— Necesito que cuides a Shirou mientras Rinka y yo estamos en Hokkaido — y una vez más me quedo pasmado — Te lo estoy pidiendo como un favor, Fudou — pestañeo un par de veces — Cuando estás con Shirou, algo cambia en él, aún en estado de coma puedo ver qué lucha por despertar y es más por ti que por nosotros, su madre y padre — me mira de manera seria, sin embargo, alcanzo a distinguir un poco de súplica en esa mirada — Ayúdanos, Fudou —
— Está bien, yo lo cuidaré hasta que ustedes regresen — le prometo. El satisfecho con mi respuesta asiente... Aliviado, tal vez.
Lo acompaño hasta la parada del camión. Cuando regreso, una vez más me quedo pasmado por lo qué pasa enfrente de mi puerta.
Genda estaba devorando a Sakuma con los labios, daban ganas de echarles un balde de agua fría, con hielos y toda la cosa para ver si se les enfriaban las hormonas.
— Cof — se aclara la garganta Kiyama y ambos se separan — Creo que las cosas ya se arreglaron entre los dos —
— Si, cuanto me alegro que así sea — tercie viendo a la pareja sonrojada — ¿Ya te vas de mi casa?—
— Ah, Si, ya te regresó tu cueva de la soledad — dice sin mirarme por lo avergonzado que está.
— Muy bien, pues — saco a Kiyama de mi casa — Todos largo de aquí, te mandaré tus cosas por correo — señaló a Genda, luego a Sakuma — Gracias a Dios correspondiste los sentimientos de este chico... Así que felicidades y todo eso — Sakuma me sonríe cohibido y Genda gira la cabeza para otro lado avergonzado. Señaló a Hiroto — Buena suerte en los exámenes, me encargaré de lo que estábamos hablando. Y ya es todo, Adiós — cierro la puerta poniendo la llave y los seguros. Voy a mi habitación y caigo en mi cama. Por fin recuperé mi casa, sólo me falta recuperar a Fubuki y mi vida sería la de antes, otra vez.
¡Ja! Como si eso fuera tan sencillo.
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Y me encuentro otra vez en esta habitación la 305, con Fubuki inconsciente y las miles de máquinas que miden sus signos vitales recordándome con sus ruidos, que Fubuki está vivo. Suspiró y tomó su mano entre las mías para infundirle calor, incluso acerco su mano a mis labios.
Le empecé a relatar todo lo qué pasó esta mañana.
— ¿Sabes que es lo que sentí más raro?— pregunte — Que tu padre me llamara Fudou, usualmente me dice "Chico" "Ese" "Pelón" bueno ese último lo cambio a "Greñudo" hace tiempo — suspiró al ver los ojos cerrados de Fubuki — Extraño que digas mi nombre — me recuesto en la cama sin soltar su mano — Recuerdo lo espontáneo e imprudente que fuiste al llamarme Akio — sonrió de lado un poco somnoliento — Teníamos tal vez 15 años, fue poco después de mi cumpleaños... Sólo nos hicimos amigos por... ¿qué serán? Unos seis meses y tuviste el valor de usar mi nombre de pila, aunque la situación no era la mejor, de hecho me sorprende no haberte dado un golpe por ese descaro —
Cierro los ojos para dormir y los recuerdos empiezan a abordarme.
Fue dos semanas después de mi cumpleaños número 16, mi madre se había olvidado por completo de mi cumpleaños, pero no me molesto, después de todo no me gustaban las fiestas de cumpleaños aunque no puedo negar que me hubiera gustado un regalo por simple que fuera. Ahí es donde entra Fubuki... Dándome un lindo regalo.
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Esto se dividirá en dos partes espero que sean pacientes.
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Una Simple Pregunta
FanficTal vez no sea el Fuego y Hielo al que estas acostumbrado pero, nada cuesta darle una oportunidad ¿cierto? Para Fudou, el amor es algo nuevo, descubrirá que el sentimiento hacia su mejor amigo Fubuki no es solo amistad, es amor. Tendrá que pasar por...