Capítulo 7 - Lo sé

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- Auch - susurré cuando mi cabeza golpeó contra la pared de mi habitación.

Es difícil hacer cosas con un solo brazo y que el otro no sea más que un lastre.

Traté de ponerme la camisa y choque contra la pared.

- Dios, si necesitas ayuda solo pídela - dice Genda entrando.

- No soy un bebé - le digo molesto.

- ¿Seguro que quieres ir a la Universidad? No creo que sea la mejor idea -

- Genda, han pasado tres semanas o algo así. Ya estoy fastidiado de estar aquí contigo, ¿no tienes casa propia o qué?-

- Yo también te aprecio amigo - suspira y pone los dedos índice y pulgar en el puente de la nariz - Solo nos preocupa que hagas una tontería, eres demasiado impulsivo y Fubuki...- se calla de repente, aún así, sé lo que quiere decir "Fubuki no está aquí para impedir tus imprudencias"

- Necesito distraerme un poco - solo eso quiero, dejar de pensar en lo que pasó y en lo que pasa con Fubuki en el hospital - Si empiezo a sentirme mal - tomo mi mochila - Me regreso -

Genda suspira pero no me impide irme.

[...]

Al llegar al salón, las miradas y murmurllos no se hacen esperar, muchos estan enterados del accidente y de el estado de Fubuki.

Por suerte o tal vez mi mirada de maleante de siempre hizo que nadie me hiciera preguntas ni los profesores, que solo me recibieron con sus comentarios de "Me alegra verlo de nuevo" "Estudie pues no ha estado aquí en largo tiempo" "Bienvenido de vuelta".

Durante el receso decidí quedarme en el salón, no solía almorzar aquí así que estaba seguro que los recuerdos de Fubuki no me alcanzarían aquí.

- Fudou-kun, ten - dice la delegada de la clase entregándome una hoja - Ah, es que... Bueno... Pensé que podrías hacerla llegar a Fubuki-kun, yo no sé, no me dejan entrar y...-

- No soy cartero ni nada que se le parezca - le digo cortante dándole la espalda.

"No entiendo porque es el mejor amigo de Fubuki-kun" la oigo susurrar cuando se acerca a sus amigas.

- Tsk - digo fastidiado - Yo tampoco lo entiendo, pero es un hecho - susurré para mí.

Saqué mi celular, tenía un mensaje del hospital.

Lo abro, deseando que sean buenas noticias más no es así, el mensaje dice que debo ir al hospital a que me hagan un chequeo para ver qué tal van sanando mis lesiones.

Suspiro. De repente el cielo parece gris, como si alguien decidiera quitar el azul brillante de siempre.

Por suerte, logré hacer que Genda no me acompañe a la cita. Ese chico parece ser serio pero en serio se preocupa de más, si quisiera hacer algo estúpido ya lo habría hecho.

Me hacen una radiografía y me muestran como mi brazo va mejorando poco a poco, tal vez en un mes o mes y medio más podrán quitarlo.

Doy las gracias y salgo del consultorio.

Camino, según yo a la salida... Pero termino frente a la puerta 305 con el pomo en mi mano. Me sorprendo, no quería venir aquí, no...

El pomo bajo mi mano gira, lo suelto y al abrirse la puerta sale Fuyuka con un Doctor algo mayor.

- Ah, Fudou-kun ¿vienes a visitar a Fubuki? Qué bueno, pasa terminamos con los exámenes que debíamos hacerle - se hace aun lado para dejarme pasar.

Mis pies se mueven por si solos para entrar, escucho la puerta cerrarse tras de mí, dejándome solo con el sonido de las máquinas y Fubuki dormido sin más.

- Hola, Fubuki...- digo en un susurro - Perdón por no... Venir a verte en este tiempo... No me gusta verte así... Me duele cómo no tienes idea... - aprieto los ojos fuerte para evitar que salgan las lágrimas - ¿Sabes? No preguntaré algo a lo que ya tengo respuesta... Sé bien lo que harías si la situación fuera inversa, harías lo mismo que aquella vez... -

Me siento en la silla que hay aun lado de su cama.

Flash Back.

Estábamos entrenado tiros, para que los porteros, el capitán y Tachimukai los detuvieran.

Era mi turno, di algunos pasos a atrás para tomar impulso.

La cabeza no dejaba de dolerme desde esta mañana y el cuerpo lo sentía pesado. Aún así entrené igual que siempre.

Mientras avanzaba hacia el balón, cuando estaba a poco pasos de chutar, mi vista se torna borrosa y me detengo, pongo una mano en mi cara.

- Eh, qué pasa - grita Endou esperando en la portería.

Las piernas me flaquean y casi caigo.

- Ya sabía yo que estabas más raro de lo normal - dice Fubuki colocando mi brazo izquierdo sobre sus hombros mientras uno de sus brazos rodea mi cintura.

- O-oye... - gruñó.

- Vamos a la enfermería, ya regreso - dice y sin esperar permiso de nadie sale del campo medio cargándome.

- Al parecer eso de que a los idiotas nunca se resfrian es solo un mito urbano - comenta cuando me acuesto en la cama de la enfermería.

- A quién dices idiota, tarado -

- A quién más que a ti, vaya - se cruza de brazos - Solo a ti se te ocurre entrenar en tu estado, cielos - dice molesto y...¿preocupado?.

- Tengo mis razones, no me juzgues -

- Y esas razones se cumplirán si estás medio muerto -

- Mmm...- ya no pude decirle nada pues mis ojos empezaban a cerrarse.

Al despertar a la mañana siguiente, Fubuki estaba aquí.

- Buenos días, Fudou - me saluda, noto que bajo sus ojos hay pequeñas marcas azules por no dormir.

- ¿Porqué no fuiste a dormir?-

- Tu fiebre no bajaba, o más bien estaba como loca - dice divertido para quitarle importancia al asunto.

- ¿Porque te quedaste? Esperas que te deba algún favor luego, o para sentirte bien contigo- le digo molesto, lo que hizo por mí no tiene sentido.

- Fudou, eres mi amigo - me interrumpe serio - No necesito ningún motivo para hacer algo por un amigo ¿sabes?- bosteza y me regala una sonrisa, que a pesar de ser somnolienta, irradia calidez y ternura.

Fin del Flash Back.

- Yo solo he huido, me he refugiado por ahí mientras tú estás aquí solo ¿eh?- le digo - Perdón... De verdad lo siento - extiendo mi mano para acariciar un poco su rostro pero me detengo...

Por un momento me pareció que hizo un movimiento de cejas... Tal vez fue cosa de mi imaginación.


Esto no es nada de lo que tenía planeando pero me gustó el resultado.

Nos vemos la próxima.

Una Simple PreguntaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora