Capítulo 11 Celos del pasado.

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Llaman a la puerta. Me duele tanto la cabeza que ese simple ruido hace que me duela más.

Sigo acostado en el suelo de la sala. Escucho como Genda va a atender la puerta.

- Buenos días - dice Sakuma - Yo... -

- Vayan a hablar... Genda, necesita aire y ustedes arreglar sus cosas - dijo Hiroto.

Escuche como empujan a ambos fuera del apartamento, suspiré aliviado de estar solo por fin.
Pero, fue demasiado bueno para ser verdad.

— Fudou, despierta — dijo Hiroto aventándome un poco de agua a la cara.

— ¡Ahh!, ¡Kiyama desgraciado! — le reclamé molesto — Me duele la cabeza — puse ambas manos en mi cabeza haciendo un poco de presión — ¿Porqué estás tú aquí?—

— Te traeré algo para el dolor — se va sin responder mi pregunta me levanto como puedo para ir al sillón y sentarme.

¡Dios, la espalda me estaba matando! Me dolía horrores en la parte baja y media, si se le suma eso al horrible dolor de cabeza, siento que vomitaré en cualquier momento.

— Aquí tienes, solo bébelo y no preguntes que es — dijo Hiroto tendiéndome un vaso con un líquido tinto tirando a marrón, como si... Mejor no hacer una comparación en este momento. Le hago caso y lo bebo todo de un sorbo pues estaba muerto de sed y pese a ese color tan... peculiar, se sentía refrescante en mi garganta y el dolor de cabeza disminuyó un poco.

— Buen chico —

— No soy un perro, Kiyama — le dije molesto — ¿Se te ofrece algo? —

— Si, dos cosas de hecho — dijo sentándose junto a mi — Primero hablemos de lo importante, Kidou me dijo lo qué pasó ayer —

— Por eso acompañaste a Saku tu en lugar de él — concluí — ¿Tú lo sabías? De sus sentimientos hacía mi, de ambos —

— Era más que obvio — me dijo con una sonrisa de lado — Tu nunca te enteras de lo qué pasa a tu alrededor —

— ¿Desde cuando? —

— ¿Qué cosa?—

— ¿Desde cuando están así?— se encoge de hombros y va a la cocina.

— No puedo poner una fecha exacta, pero si te puedo decir cuando lo noté — regresa de la cocina con el desayuno: huevo revuelto, pan tostado con mermelada, café y un vaso de leche. Tome la tostada y la comí de cuatro mordiscos — ¿Recuerdas un pequeño incidente que ocurrió cuando Shiro nos alcanzó en la Isla Lotticon?— asiento.

— Lo recuerdo bien — suspiro y empecé a contar la historia, la parte que yo conocía —

Flash Back

— ¿Porque tienes que hablar tú con Kidou? — cuestiono al defensa de hielo.

— Por qué tú solo lo empeorarías — responde sin dudar. Desde hace unos días, (desde el regreso de Fubuki para ser más preciso) Kidou ha actuado muy raro, cuando entrenamos no pasa el balón, cuando lo hace falla rotundamente y ninguna de sus estrategias ha dado frutos. Me saca de quicio ese hecho, falla en lo más básico del futbol. Aunque claro no soy nadie para hablar, me he integrado bien a este equipo.

El entrenador Kudou lo saco de la práctica de hoy. Cuando Fuyuka trajo las bebidas paramos a descansar un poco y a discutir qué hacer con Kidou.

El capitán propuso que él mismo hablaría con el estratega pero, Fubuki dijo que lo mejor sería que él hablará con Kidou.

— ¿Cómo sabes que eso pasará? —

— Bueno ya — toma una de las toallas que había en la banca y se la pone como capa, pide los googles de Tsunami y se los pone — Soy Kidou enojado, ¿qué me dirías? —

— Bueno, pues... Kidou — frunce el ceño y cruzando sus brazos sobre el pecho. No lo soporte más y estalle en risas — Jajajajaja, lo siento... Jajaja - no podía parar de reír, Fubuki se ve ridículo así. Me doble poniendo mis manos en el estómago.

— ¿Ves que tengo razón? — dice poniendo sobre su cabeza los googles.

— Jajajajaja, perdón pero Jajajajaja, es difícil tenerte en cuenta Jajajajaja vestido así Jajajajaja — me limpiaba las lágrimas que salían mientras me moría de risa.

— Increíble — escucho a Tsunami susurrar mientras Fubuki le regresa los googles — Nunca pensé que Fudou pudiera reír tan limpiamente —

— Es algo que solo Fubuki puede hacer — dice Endou sonriendo — Entonces, te dejamos a Kidou —

— Si, puede estar tranquilo — le sonríe — ¡Oye, Fudou ya deja de reírte debemos entrenar! — no le hago caso — ¡Fudou!—

— Ya... Entendí...— digo cuando el me moja con lo que quedó de la botella de agua.

Fin del Flash Back.

***

— Después de eso, recuerdo que todo regreso a la normalidad. Kidou Yuuto volvía a ser el mismo y todos entrenábamos igual que siempre — me encojo de hombros y tomo un poco de café.

— Déjame completar un poco eso — dice Hiroto — Cuando Kidou termino de comer, Fubuki fue tras él apesar de que aún no había terminado de comer. Salieron a caminar un poco por los alrededores de la posada, hablaban normal hasta que Fubuki dijo: "Concéntrate en el entrenamiento, todos necesitamos de ti" Kidou evitó su mirada y sonrisa, así que Fubuki se puso serio: "Dime, viniste aquí a ligar o a ganar el FFI" "De qué hablas" "Por Dios, en serio crees que tus sentimientos por Fudou pasarían desapercibidos. Estas celoso es más que obvio" Kidou se quedó callado un momento mirando serio a Fubuki "Mira quien decidió hablar. Tú también sientes lo mismo por Fudou" Fubuki se sonrojo, pero no dejó su gesto serio "Puede ser que sea cierto, aún no lo sé. Pero, no dejó que eso afecte mi juego, ni los celos ni otro sentimiento. Venimos a competir contra el mundo, venimos a ganar. Parece que lo has olvidado por completo" Kidou ya no puede sostener más la mirada de Fubuki (ya sabes que cuando se pone serio da miedo). "Piensa bien en eso" dice y deja a Kidou en ese lugar pensando — Inhala y exhala — Eso me contó Fubuki cuando regresó solo a la posada —

Pestañeo varias veces, sorprendido. En serio debí prestar más atención​ a mis mejores amigos, debí haber hecho algo, aclarado las cosas pero... Solo estaba siendo egoísta al pensar en mí.

— Al día siguiente, Kidou estuvo normal o tal vez mejor que antes — continúe el relato del pelirrojo — Por eso Fubuki no me quiso decir lo que pasó entre ellos — suspiro — Y tampoco me dijo porque se hablaban tan formal, incluso más frío era el trato entre ellos — tomo otro sorbo del café — Soy de lo peor —

— Si lo eres. Qué se le va hacer —

— Me encanta tu manera de animarme, es la mejor — dije haciendo la cabeza atrás apoyándola en el respaldo del sillón.

Una Simple PreguntaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora