Una Simple Pregunta

Capítulo 8 - Compañero de apartamento.

Llegué a mi casa y, vaya sorpresa, Genda estaba ahí.

Me gustaría decir que se volvió una rutina que venga a mi casa, pero... Él muy cretino ya se instaló en mi departamento.

Le lancé una pluma a la cabeza mientras hacíamos las tareas en el comedor.

- ¡Oye! - le llamo - No es por correrte ni nada pero... ¿¡Cuando te vas a ir de mi - enfatizó el "Mi" - departamento!? Ya ha pasado más de un mes - muevo mi brazo izquierdo ya no tengo el yeso pero si una "linda" cicatriz - Y ya está demostrado que no haré ninguna tontería -

Genda vuelve la vista a su trabajo.

- Tsk - trueno la lengua molesto.

Así es, ya ha pasado más de un mes y Fubuki sigue perdido en su propia mente, buscando el camino para regresar.

Me levanto y voy por un poco de agua a la cocina.

- Es que Kidou y Sakuma ya no te soportan más y te sacaron del apartamento - cuestioné al ex portero del Instituto Imperial.

Kidou, Sakuma y Genda bien podrían ser los tres mosqueteros o algo así, hasta donde sé Sakuma y Genda han sido amigos desde la primaria y cuando entraron al Instituto y Kidou se les unió no se han separado ni cuando Kidou fue al Raimon siempre salían juntos cuando podían.

- Siento que estoy demás - susurra tan bajo que me tengo que acercar para escuchar.

- No entiendo... Ustedes tres son los mejores amigos, no creo que uno este demás...- dije llevando el vaso a mis labios.

Genda se sonroja.

- Sakuma y Kidou se han vuelto demasiado unidos. ¿Ya entendiste? - dice jugando nervioso con la pluma que tenía en su mano mientras que yo casi me ahogo.

- Espera, espera, espera...- con una mano limpio la comisura de mis labios y con la otra golpeó mi pecho - Quieres decir que... ¿Ellos están saliendo? - pregunto sonriendo de lado nervioso.
- Eso creo - susurra afligido.

Imagen mental por Akio Fudou.

- Sakuma te amo - dijo Kidou acariciando la mejilla del nombrado.

- Y yo a ti - dice Sakuma acercándose a besar a Kidou Yuuto.

Imagen mental interrumpida para no romper la mente de Akio Fudou.

- ¡No, simplemente es imposible! - grito fuerte pongo los brazos en X y muevo de lado a lado la cabeza - Genda, eso que dices no puede ser... - acarició mis sienes con las manos ya que me dolió imaginar eso - Además ¿Por qué te afecta? -

- He estado enamorado de Sakuma desde los 14 años...-

- ¿¡Cómo dices!? - desde hace tanto tiempo y no ha dicho nada, ni por desliz. O lo que es más, Sakuma no se ha dado cuenta aún... <El burro hablando de orejas> me dice mi molesta consciencia.

- Sé que...- Inhaló y exhaló - No soy bueno dándole vueltas al tema así que ¿Porque no se lo dices y ya?-

- Si que eres estúpido - sonríe y mira sus manos como en ellas estuviera la respuesta - No es fácil; Sakuma se ve feliz a lado de Kidou y yo... Bueno no quiero interponerme entre ellos -

- Ah - y eso es todo, no puedo decir nada más, no soy del tipo romántico y si vemos mi vida amorosa... Es un desastre, aún en el pasado solo tuve algunos ligues con chicas todos temporales nada serio.

Suspiro y alzó la cabeza mirando el techo.

- ¿Sabes qué? Yo me voy a visitar a Fubuki - dije mirando el reloj que estaba en la pared, pasaban de las 6 de la tarde, los padres adoptivos de Fubuki ya no estarían.

Me topé con ellos cuando llegaban de Hokkaido y, bueno...

Todavía me duele la cachetada que su madre me dió de aquel día.

[...]

- Hola, Fudou - dice Fuyuka en la recepción del hospital.

- Hola -

- Como un pequeño dato, los padres de Fubuki están todavía aquí - doy un salto sorprendido - están conversando con el doctor Goenji, y seguro vuelven con Fubuki en un momento -

- Será una visita rápida entonces - suspiro y voy a la habitación 305.

La habitación, con el paso de los días, se fue llenando de cartas, globos y flores todas cosas de amigos y familiares.

- Hola - susurro acercándome a la silla donde normalmente me siento - ¿Hum? - junto a la mano de Shirou hay un libro delgado, las orillas están gastadas y el lomo algo roto, se le notaban los años por la ligeramente gastada tapa.

"Un mounstro viene a verme" de Patrick Nees.

Nunca lo he leído así que no entiendo que tiene este libro que le fascina, lo cita cuando puede y cada vez que posa sus ojos en estas páginas se pierde en ellas, siempre deja que esas palabras lo envuelvan y lo lleven al interior del libro.

- Deberías leerlo alguna vez - me dijo él.

- Debería, si - respondí sin interés.

- Métete en líos y léelo -
- Si, cómo digas - dije sin interés.

- Seguro que te han estado leyendo esto - hojeo rápido el libro, tiene rayones y dobleces por todas las hojas. Y en la última una nota, parece la letra de un niño de tal vez 8 años, dice: "Odio cuando te pierdes en este libro pero si estás feliz yo también lo seré" con cariño Atsuya.

- Bueno es algo en común que tenemos Atsuya y yo - con delicadeza cierro el libro y lo pongo donde estaba - Ambos queremos verte feliz - acarició su mejilla, está fría igual que siempre. Empiezo a platicar con él en susurros, no sé porque lo hago así. Mientras lo hago paseo la mirada por la habitación, las flores de los jarrones están perdiendo sus pétalos, y los tallos empiezan a verse oscuros, los globos empiezan a perder el helio quedando casi en el suelo.

Escucho que tocan la puerta.

- Ah, solo eres tú - digo al ver a Fuyuka.

- Si, los padres de Fubuki ya vienen - susurra.

- Bien - miro el lugar, los globos y las flores marchitas que se suponen harían una habitación alegre y acogedora se está convirtiendo en un recordatorio del paso del tiempo - En serio ha pasado mucho tiempo...- suspiro pesado, apretando los puños mirándole con el ceño fruncido aunque no estoy enojado, pero si tratando de alejar esos pensamientos negativos.

- Nos vemos, Fubuki - susurré.