Capítulo 14 Mi nombre

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Que más decir, la vida continuó después del FFI, para mí y para todos, si acaso en la escuela me miraban con respeto y admiración algo de lo cual estaba orgulloso. En cambio en casa, trataba de no dejarme llevar por los insultos de mi madre y de su estupido novio que resultó ser un alcoholico que se dedica a gastar el dinero de mi madre en sus vicios.

A veces Fubuki me mandaba mensajes o e-mail estaba tan ocupado como yo, sobre todo teniendo en cuenta que estábamos próximos a entrar a la preparatoria así que debíamos prepararnos para los exámenes de ingreso. Durante el último periodo de clases a los de tercero no se nos permitía participar en las actividades del club pues debíamos estudiar, así que las tardes me las pasaba con Genda y Sakuma estudiando ya sea en la biblioteca del Instituto o en alguna cafetería cerca del parque.

Un día en que Sakuma y Genda tuvieron que irse a hacer un recado a sólo Dios sabe dónde, me quede solo estudiando en la cafetería.

Hacía las ecuaciones del cuaderno de repaso cuando escuche que me llamaron.

— Ey, Fudou — alcé la cabeza y me encontré con Midorikawa Ryuji quien tenía un cono de helado de pistache en la mano derecha mientras que con la izquierda hace un gesto de saludo mientras se acerca a mi.

— ¿Qué quieres, heladito?— dije mientras continuaba con el ejercicio.

— ¿Porqué todo mundo me dice así? No soy un helado, no tengo nada en común con un helado — dijo molesto mordiendo la punta del helado.

— No tengo idea de porqué será — dije sarcástico mirando al helado y luego a él.

— Como sea — suspira — Vas a ir al partido ¿verdad? El que organizó el capitán para el Inazuma Japón, una reunión antes de graduarse —

— Si, si iré — respondí serio borrando un número que coloque mal.

— Que bueno, nosotros también iremos para jugar retas — me mira decidido — No perderé contra ti esta vez —

— Ja, hablas demasiado pronto — le sonrío de lado.

— No llegues tarde, es el viernes después de clases — asentí y lo vi salir de la cafetería antes de regresar la vista a mi trabajo. Es una locura un partido ahora pero también me alegra, quiero verlo una vez más y poder jugar... Además, aún me siento un poco culpable por la manera en que me despedí de él así que se lo compensaré, de alguna manera.

[...]

Azoté fuertemente la puerta de mi casa, jadeaba y tenía la cara lastimada.

Me puse la capucha de la chamarra negra que llevaba y me adentre a la ciudad. Desde hace días que está nublado y dicen que lloverá.

«¡Maldición!» Apreté los dientes «¿Porque justamente hoy? Desgraciado Maito... Como lo odio»

De nuevo peleamos pero esta vez pasamos de las palabras a los golpes físicos y es que ya me tenia harto que tomara el dinero de mi madre y lo gastara en alcohol o apuestas.

— Fudou — Sigo caminando, no deseaba ver a nadie y mucho menos a él— ¡Espera, Fudou! — Fubuki me alcanza y toma de mi hombro para hacer que le mire, la sonrisa que prendia de su rostro desaparece al ver mi mejilla raspada y mi labio roto el cual aún sangra.

— ¿Qué te paso?— dice preocupado.

— ¿Y tú que? Eso no te interesa — golpeó su mano que estaba en mi hombro y sigo caminando.

— Por favor Fudou — dice y me toma del hombro otra vez — Vamos a curarte —

— ¡De eso nada! — golpeó su mano fuertemente esta vez y lo miró con el ceño fruncido — ¡Largate que no te estoy pidiendo tu ayuda! —

Una Simple PreguntaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora