Capítulo 11

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Al final terminamos en donde Tori otra vez, pero según dijo Mark solo estabamos de paso. La castaña me entregó una tarjeta blanca de plástico de unos 6.5 cm de cada lado, en ella se leía "C-6". Ni idea de qué quiera decir, aunque aparentemente con eso me registrarían al Rey.

Seguimos caminando por unos 20 minutos en los que del lindo pueblecillo de la era medieval terminamos en un terreno lleno de pequeña maleza solo con un pequeño camino de tierra; a lo lejos, detrás de varios árboles, tres torres de lo que parecía ser un castillo se asomaban con grandeza, y al abrirnos paso un imponente castillo se alzó al frente. Lo miré atónita.

—¿Ése es el castillo del Rey?—le pregunté a Mark quien me miró con la típica sonrisa que siempre tenía esbozada en sus labios.

—Sí… hablé con Gorahk para que arreglara todo para presentarte antes; la ceremonia oficial es por la tarde.

—¿Qué? ¿Enserio?

—Pero no te preocupes, todo saldrá bien—me tomó de la mano entrelazando nuestros dedos. Su mano es cálida y grande.

Las puertas, a diferencia de las de El Subterráneo son de acero, con detalles impresionantes de bestias gruñendo, con enormes colmillos y garras desgarradoras, peleando unos con otros. Al cruzar hasta el portón de 7 metros, Mark sacó una tarjeta parecida a la que Tori me dió y la introdujo en una pequeña abertura que estaba en la pared, cuando la sacó pude ver que ésta tenía grabado "C-9".

—¿Qué significa "C-9"?

—Significa que estoy autorizado a realizar trabajos fuera del Inframundo pero, que no puedo ir mas allá; y que puedo utilizar cuanquier tipo de arma. La tuya significa que puedes trabajar dentro del reino y NO puedes usar ningún arma.

Antes de hacer cualquier otra pregunta las puertas crujieron abriendonos paso a un pasillo pulcro, lleno de colores cálidos por todas partes, en la alfombra, los murales, los jarrones enfrente de los pilares que había de cada lado; me tomó de la mano otra vez y fuimos dentro, girando primero hacia la derecha, luego a la izquierda… todos los pasillos lucían iguales. Es muchísimo más inmenso que la casa de Mark. Una luz al final de un tunel casi me hace creer que iba a volver a morir, hasta que ví que daba a un balcón. Nos detuvimos ahí.

—¿Qué es éste lugar…?—la pregunta se fundió en el aire cuando ví cuan grande era la plancha de abajo.

Era como un jardín interno, rodeado aún por el castillo y  árboles y arbustos a la orilla. En el centro había por lo menos 120 demonios, todos uniformados como Mark y Rubén pero con boinas, espadas colgadas en su cintura y armas de fuego en las manos. Gorahk se paseaba de un lado a otro enfrente de la primera fila de soldados, mirándolos como si de mierda se tratase y con un pequeño látigo en la mano izquierda.

—¡Gorahk!—le gritó Mark, agitando su brazo al aire para saludar. Los soldados no se inmutaron en lo absoluto.

El ojiverde volteó y nos dió una sonrisa, invitándonos a bajar después de darles la orden de 'descansen' a sus subordinados.

Junto a mi, bajaban unas escaleras de metal negras que terminaban enbla plaza de abajo.

Significa que la entrada al castillo esta en el piso 4 o 5 y lo demás bajo tierra; aunque irónicamente desde el jardín donde estaba ahora se podía ver el cielo rojizo, igual que siempre.

—Mark, ratón…—nos saludó a cada uno con su boca torcida en una sonrisa burlona.

—Gorahk, entrenando a la nueva tropa, ¿eh?—le preguntó el castaño parándose junto a él y rodeando su cuello con un brazo.

Entre el Cielo y el Infierno I: "Batalla de luces y sombras".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora