Capítulo 15

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—Esto se está volviendo demaciado tedioso… yo no sirvo para las rutinas.

Thiago me escuchaba atentamente mientras mecía sus pies al aire. Estamos sentados en la cima de una de las enormes torres del edificio.

—Te entiendo. Me pasa lo mismo, pero mi padre no me deja salir de aquí… por cierto, te conseguí esto—sacó de su bolsillo derecho un frasquito.

—¡Las gotas! ¿Ya se nota?—tomó mi barbilla y me hizo verle a los ojos, luego negó.

Thiago sabe que soy Tucker. No le ha dicho a nadie.

—Oye, he estado pensando… tal vez quieras que te enseñe a usar tus habilidades—se ofreció el pelirrojo—después de todo, el camuflaje de las gotas no durará mucho más…

Tiene razón. Ya llevo bastante tiempo utilizando esas gotas y creo que en algún momento, cuando todo se descubra, deberé pelear y dar lo mejor.

—Sí, creo… creo que sería una buena idea…

—¡Estupendo! Ya verás, cuando ganes la Batalla de Noah y te conviertas oficialmente en una Tucker, pediré tu mano ése día.

¿Qué? No pude evitar sonrojarme. La verdad es que él es un tipo increíblemente lindo y creo que podría encariñarme mucho con él. Escuché que reía tan tímidamente que me enternecí.

* * * *

—Voy a empezar con ataques de tierra. Supongo que ya tienes suficiente de pelea limpia cuerpo a cuerpo, ¿o no?

—Ya.es.suficiente.de.eso—le dije entre mis respiraciones agitadas.

Aparté los mechones que se desataban de mi coleta de mi frentr sudorosa, y separé mi camisa negra de mi abdomen, igual, sudoroso. Hace tres días que entrenamos, cuatro horas cada día en peleas físicas sin armas y la verdad, he progresado muchísimo.

Thiago  soltó una carcajada.

—Bien. Pues haber si puedes defenderte, trataré de ser suave. ¡En guardia!

Me puse derecha con mis brazos flexionados frente a mí, cerrando mis manos tan fuerte que mis nudillos de ponían blancos. Doblé mis rodillas para moverme mejor ante cualquier ataque que pudiera predecir. Él se puso en la misma posición, con un media sonrisa en su boca.

Cerró los ojos y empezó a mover las manos frente a su rostro como si con ellas amasara algo, pero yo no veía nada. Entonces, cuando iba a pensar que solo quería distraerme, la tierra entre nosotros empezó a temblar…

—Thiago…—susurré dando dos diminutos pasitos hacia atrás.

Una protuberancia puntiaguda dirigida a mi cara salió de la tierra en una fracción de segundo, pero gracias a que estaba alerta la pude evitar. Luego salió otra a mis espaldas, y otra más cuando salté para no ser perforada. Ahora un mar de agujas de tierra salían hacia mí, buscando atacarme. Una de ellas me hizo dar un paso en falso hacia atrás y tropezar, cosa que Thiago aprobechó para, de la tierra, sacar una espada hecha de piedra y correr a atacarme con ella. La levantó en el aire y por un segundo, ví en sus ojos un destello diferente, un brillo de furia.

Instintivamente me protegí con mi antebrazo y cuando estaba a punto de recibir el golpe, cerré los ojos.

Pero el golpe nunca llegó.

Abrí mis párdados temerosa y mi boca formó una perfecta O cuando ví que la espada estaba rota. Yo la rompí cuando de forma inconciente, saqué de mí un hueso que comenzaba desde el codo y terminaba poco más arriba de la muñeca.

—Vaya, eso está mejor. A éso me refería—pero él no se refería a mi brazo, sino que señalaba a mi rodilla derecha.

El mismo hueso que salió la vez que soñé a Gorahk morir, ahora se asomaba aún más que en aquella ocación e inclusive se veía más liso y con forma.

Entre el Cielo y el Infierno I: "Batalla de luces y sombras".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora