Capítulo Veintinueve: Nuestro merecido final feliz

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- Éste te quedará mejor -dijo la hermana de Violeta pasándome el décimo vestido. La dependienta estaba cansada y yo también. Pero al parecer, a ella le emocionaban mucho estas cosas. 

- Me gusta más el blanco -comentó Violeta quien estaba sentada en un sillón blanco de cuero al otro lado de la habitación. La pequeña Ellie estaba dormida entre sus brazos.

- ¡No opines! -le reclamó Lucía a su hermana señalandola furiosa con un dedo-. A ti no te gustan los vestidos.

- Que no me gusten no significa que no sepa lo que le favorece más a Emma. Al contrario de mí, a ella sí le gustan los vestidos pero ya la tienes mareada. 

- ¡Es su primera cita! Tiene que lucir radiante, o ¿no quieres que Chris se quede sin palabras al verte? -sonreí. Era todo lo que deseaba.

Cuando Chris me había propuesto que saliéramos juntos esa noche, no pude evitar mi emoción y mi rubor cubrió mi rostro por completo. Ése debía haber sido nuestro primer encuentro, por lo menos, así lo había soñado durante mucho tiempo antes de aquella noche en la que me topé con Chris por accidente en ese bar.  

Mi emoción había sido tan visible para él que fue él quien me sugirió que le pidiera ayuda a Violeta para arreglarme "como una diosa".  Y no quería decepcionarlo, quería lucir como él había dicho, como una diosa. Y me alegraba que la hermana de Lucía me estuviera ayudando porque, no era muy buena escogiendo ropa bonita y de mi talla. 

- A mí también me gusta el blanco pero lo que tu creas que es mejor, estará bien para mi -le confesé. 

- Pues seguiremos buscando... -lucía rebuscó en un perchero de prendas que la dependienta le acaba de llevar y sacó de entre los vestido, uno color Beige con un hermoso bordado de rosas negras que caían hermosamente en un costado hasta el muslo donde se abría el vestido. Era largo hasta el suelo y brillaba con pequeñas destellos azules. Era simplemente hermoso, pero creía que era demasiado pequeño para mi cuerpo.

- ¡No hay manera de que esto me sirva! -exclamé escandalizada. 

- Por supuesto que te sirve, solo se ve... ajustado. Pero te quedará hermoso. Con unos cuantos bucles en tu cabello y un maquillaje clásico con labios rojos. Quedaras espectacular. 

- No lo se -dudé. El vestido era hermoso pero no creía sinceramente que me quedara tan bien como Lucía me hacía creer.

- Pruébatelo. Sólo así sabrás si te gusta o lo amas -miré a Lucía, ella me extendía el vestido con cara de no dejarme otra opción. Así que tomé el vestido de su mano y entré en el probador.

Luché para no romperlo porque parecía tan frágil y estrecho que dudaba seriamente que me quedaría. Pero al parecer, el vestido podía expandirse lo necesario para poder ponérmelo. Al final, el vestido me calsaba como guante pero puesto en mí no había duda de que me favorecía. Salí del probador y el rostro tanto de Lucía como de Violeta quedaron sorprendidos. 

- ¡Se lo lleva! -le gritó Lucía a la dependienta que traía más vestidos y al escuchar esas palabras, el alivio fue evidente en su rostro-. Te ves perfecta. Ven a verte. 

Di cuidadosos pasos hacia el espejo que había en la tienda y me quedé perpleja. Ni en mis más locos sueños hubiera imaginado que pudiera lucir así de hermosa. El vestido era muy bello y puesto en mí lucía espectacular. 

- Ahora tenemos que volver a casa para ocuparnos de tu maquillaje y de tu cabello. ¿A qué hora dijo Chris que pasaría por ti?

- A las ocho -respondí sin apartar mi mirada del espejo. 

Segunda chanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora