CAPITULO 11

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—Para ti será muy común defender gente acuesta de tu vida, pero para mí no-me aferre aún más a su pecho, me negaba a soltarlo—Si tú quieres trabajar para mí, evita lastimarte si no serás despedido. Y si llegan a herirte déjame curar tus heridas

— ¿Olvidas que ni siquiera puedes sanar tus propias heridas? —rio desafiante.

—¿Por qué crees que decidí estudiar medicina?. Después de ver como sanabas mis heridas, no podía dejar de pensar en que esa acción era una deuda que debería pagar—después de mucho tiempo me había sentido protegida. Sus brazos parecían ser las murallas que no permitían que me lastimara y su pecho el escudo con el cual empezaba a sentirme segura.

—Deja de decir cursilerías y vámonos—hizo un sonido con la garganta y se apartó de mi— jamás termino de conocerte—comenzó a caminar pero a los segundos se detuvo, giro y me miró de pies a cabeza—creo que deberían llevarte a un psiquiatra estás completamente loca—Añadió señalando la cabeza.

Camine detrás de él mientras analizaba mis acciones; jamás me había comportado así, siempre había agradecido cuando debía agradecer o maldecido cuando debía maldecir. Sacaba a la luz mi verdadera personalidad solo cuando estaba sola y fuera de casa, pero con él, así deseara comportarme como mis padres querían no podía, siempre o en cualquier momento salía a relucir mi verdadero "Yo".

[Narra Línea 97]

Odiaba las cosas cursis o quizás simplemente era porque jamás me las habían dicho y me hacía sentir un poco incómodo escucharlas ahora.
Fuimos en silencio todo el camino. Hasta que llegamos a su casa, sin decir palabra alguna solo se encerró en su habitación.

Eso era magnífico, no tendría que soportarla más, pero por más que quería irme no podía hasta que terminaran mis horas de trabajo.

Estaba en patio trasero hasta que la noche llego, vi como el cielo iba oscureciéndose con el paso de los minutos, el azul se iba intensificando cada segundo más y las estrellas junto a la luna tomaban el control, haciéndose dueñas y señoras.

Por ratos miraba a la ventana de su dormitorio y la luz aún permanecía encendida; estaba empezando a ser curioso por su forma de vida ¿Acaso esas cuatro paredes era todo su mundo?

"¡Que dices! Eso a ti no debe importarte. Aunque muy en el fondo tengan similitudes, tú y esa chica no se parecen, ella ni siquiera podría saber qué es el verdadero dolor", me rectificaba al tener clavadas tantas preguntas en la mente.
—No debo meter mi nariz donde no me incumbe, su destino ya está predicho y nadie lo podrá cambiar —Murmuré antes de llevarme la lata de soda a la boca— "así es la vida"

—Sigues aquí—Dijo alguien acercándose. Se puso a mi costado, era Hyung "El alegre Hyung". Intenté hacer una reverencia pero él me detuvo.

—No es necesario que hagas esto ahora, cuando nunca lo hiciste cuando eras pequeño.

—Ahora entiendo porque no regresaste—Dije dándole una de las latas de soda que tenía al costado.

—Si regresé a despedirme pero no los encontré, me dijeron que un hombre se los había llevado y no podían darme más información porque era niño además la información era confidencial

El orfanato hubiera sido aún peor si este Hyung no hubiera llegado allí.

Aunque yo era de muy poco hablar siempre se las ingenió para ser cercano a mí. Desde muy pequeño guardo la imagen de él llegando en un gran auto acompañado con su chófer, siendo él aún pequeño fue bondadoso con todos los de la casa hogar. Llevaba alimentos y ropa mientras yo me escondía detrás de unos árboles.

Observaba cómo jugaba con todos, hasta que un día de tanto verlo sonreírme desde lejos me acerque a él y desde allí él, Tae Hyung y yo jugábamos, nos hicimos inseparables pero jamás le mencioné mi nombre.
Cierto día, hace aproximadamente más de cinco años, él no volvió a llegar.

—Sí, nos fuimos— Respondí al recordar que al día siguiente que nos dijeron de Hyung se había ido, él nos sacó del orfanato.

—Pero mira cómo es la vida que ahora nos vuelve a juntar y por lo que observo haz cambiado pero a la misma vez siento que eres el mismo ¿Puede ser esto posible?—sonrió.

—Ya no soy el mismo y tampoco creas que ahora somos cercanos—Hable seriamente mirando al cielo.

—Está bien, está bien. Hemos cambiado, comprendo eso—abrió la lata y bebió un sorbo— ¿Ella es buena contigo?—cambio de tema de repente.

— ¿Ella? ¿Hablas de tu hermana?

—Si de ella ¿Está haciendo tu trabajo fácil?

—Es alguien que puedo controlar

—Es un poco terca — río—pero es buena—me quedé callado si refutaba lo que había dicho seguro le molestaría porque era su hermana.

—Mmm...—Me limite a decir.

— ¿Puedo pedirte un favor?

— ¿Qué deseas?

—Por favor por sobre todas las cosas cuídala, no permitas que nadie la lastime, no permitas que alguien la llegue a tocar o poner un dedo encima de ella—la sonrisa desapareció de su rostro.

—No te preocupes, no tienes que decirlo ese es mi trabajo

—Lo sé, lo sé—puso su mano en mi hombro y dio unas palmaditas.

—Y a todo esto ¿Por qué dices eso?

—No es lógico. Porque es mi hermana y se cada pensamiento que ella tiene, aunque lo niegue sé que poco a poco está perdiendo las últimas razones que tiene para vivir

—Creo que ella está bien

—Justamente por eso, porque los demás piensan que está bien, sé que ella no lo está. Nada, nada es lo que parece en este mundo, el sol pareciera estar cerca pero está a millones de kilómetros de la tierra, todo está al revés

—Entonces si sabías que está en ese estado ¿Por qué la dejaste acá? Y te fuiste a otro lugar por años

—En este caso es preferible tenerla cerca del enemigo que lejos de él, sé que estando cerca, él no puede hacer otra cosa que salvaguardarla y tenerla como un trofeo con vida, en cambio sí se ve perdido, él intentara matarla para que no sea de nadie más, pues si llegarán a tenerla sería el fin de todo—no lograba descifrar todas sus palabras.

— ¿Todo? —pregunte curioso.
—Es todo lo que necesitas saber—suspiro y miró las estrellas que estaban en el firmamento—creo que ya hablé demasiado, debo ir a descansar.

—Está bien

—Por favor no olvides nunca lo que te dije y no solo la cuides de los evidentes enemigos, cuídala también de su protector—susurro como para que nadie más lo escuche.

— ¿Su protector?¿Acaso me estás hablando del...

—Sí, cuídala también de mi padre

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Lo siento por la demora.Muchas muchas gracias por tomarse el tiempo de leer lo que escribo,espero les guste ¡Hasta la próxima!¡Que tengan bonitos días!

Muchas muchas gracias por tomarse el tiempo de leer lo que escribo,espero les guste ¡Hasta la próxima!¡Que tengan bonitos días!

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LINEA 97 ( BTS  - JEON JUNGKOOK )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora