Juegos de guerra I: Kingdom Of Wisdom

9.- Camino a Castle Orión.

En unos postes situados en un cruce de caminos, seis cadáveres se pudrían al sol. La caravana comandada por Draco, Harry,  Hermione y Arya se detuvo debajo para echarles un vistazo.

—¿Quiénes pensáis que eran? —los caballos de todos los que iban con ellos, agradecieron por el respiro, y comenzaron a masticar la hierba rastrera de las orillas del camino.
—Ladrones tal vez —dijo Blaise Montado sobre su caballo, que estaba mucho más cerca de los muertos
— Violadores. Asesinos. O quien sabe quienes eran—.

-Descansemos un rato- dijo Charlie bajando de su caballo, los demás lo siguieron e hicieron lo mismo, Charlie miro su vieja túnica verde que presentaba manchas oscuras en forma de círculo y se pregunto como había llegado a ese lugar y ahora estaban a punto de pelear otra guerra, en un mundo desconocido y sin magia.

Despues de la batalla de Hogwarts y la perdida de su hermano se habia prometido no volver a participar en algo asi nunca mas pues no queria ver morir a nadie mas y menos perder a alguien mas de su familia... pero ahora estaba en aquel lugar cargando aquella maleta con dos bestias, pasando hambre, frio y muchas penurias solo por una razon, aquella muchacha de cabello castaño que le habia robado el corazon y a la cual acompañaria hasta el fin del mundo si fuese necesario.

El cielo era azul y el sol resplandeciente y cálido, Draco se quitó el flexible sombrero ancho de paja. Debajo, su cabello estaba aplastado y mojado por el sudor. Usó el sombrero para espantar a las moscas. Había cientos sobre los cadáveres, y más aún revoloteando perezosamente por el aire caliente e inmóvil.

—Deben de haber hecho algo malo, para que los dejaran morir amarrados a esos postes- dijo Ron

—Hay señores y señores —dijo Arryn que se habia acercado a ellos junto a Narcisa.

—Algunos no necesitan muchos motivos para dejar que un hombre muera, simplemente los matan y punto sin importar lo que hacen- termino diciendo el niño.

-Pero  siempre debe de haber algún motivo para que le hagan algo así a las personas- inquirió Ron

-No se de que lugar vengan ustedes pero aquí las cosas no son así... hace mucho tiempo vi. como desollaban a un hombre vivo solo por haber lanzado barro por accidente a un lord. Aquí no se necesitan motivos para matar, la muerte esta en cualquier lugar y a la orden del día... cada día vivos es un regalo y hay que aprovecharlo al máximo- sentencio Arryn.

-recuerdan cuando llegamos hasta el muro de Brennan, en la entrada tenían aquellos cuerpos en esas cajas de hierro que apenas tenía el tamaño suficiente para contener un hombre, pero dos habían sido forzados a entrar. Recuerda como estaban cara a cara, con los brazos y las piernas enredados y las espaldas contra el caliente hierro negro de los barrotes, cuando vi eso me di cuenta que lo vivido con Voldemort había sido realmente un paseo en la playa- recordó Blaise

-Los muertos aquellos fueron unos salvajes que intentaron robar unos caballos en el muro... era una tortura escucharlos a diario gritar y clamar piedad, una semana les llevo morir, es un castigo que no le doy a nadie- les dijo el pequeño.

—Quienes quiera que fuesen, estos pobres desgraciados parecen haber muerto de hambre —dijo Ron.

-Esqueletos dentro de la piel, y la piel es verde y se está pudriendo. Quizá robaron algo de pan, o cazaron un venado en el bosque de algún noble— les dijo Arryn.

—Pudiera ser que formaran parte de alguna banda de forajidos. —Dijo Draco ahora.

George caminaba por el rededor de los postes. Los ojos vacíos de los muertos parecían seguirlo. Uno de los cadáveres tenía la cabeza gacha y la boca abierta. No tenía lengua, observó George. Supuso que los cuervos se la habrían comido. Los cuervos siempre picoteaban primero los ojos del cadáver, según
había oído, pero quizá la lengua iba en segundo lugar. O puede que quien los había puesto hay se la haya cortado por algo que dijo. George se pasó los dedos por su pelo. Los muertos estaban más allá de su ayuda.