Juegos de guerra I: Kingdom Of Wisdom

15-. El dia de Harry y Pansy

A las tres de la tarde de aquel día, Harry, Ron, Blaise, Theo y George estaban en el exterior de una gran carpa en el jardín, esperando a los invitados a la boda. Harry vestía un elegante traje de terciopelo negro con detalles en escarlata, cada cinco segundos se tomaba las manos o se arreglaba el cinto donde llevaba la espada.

-Calmate Potter, te vaz a casar con Pansy no con uno de los dragones de Charlie- bromeó Theo.

Harry sonrió, claro que su prometida y futura esposa no tenía nada que ver con las don grandes bestias aladas que Charlie había llevado consigo en su maleta y que ahora volaban libremente por todo el reino.

Habían transcurrido quince días desde que habían sabido los planes de Lucius, quince días llenos de alegría pero también de tensiones y peleas, tras mucho rogar Pansy había cedido a las súplicas de Harry y felizmente habían retomado su compromiso, Arya y Hermione poco y nada se hablaban, el rey Corbin los hacia entrenar más duro que nunca y todos daban lo mejor de sí cada día.

-Te recuerdo que el día de tú boda tú estabas peor que yo, acuérdate como tropesaste derribando a Luna y a todas sus damas de honor las que terminaron dentro del lago.

- Es una imagen que jamas olvidaré, recuerdas que Astoria salió con una rana en su vestido, cada vez que lo recuerdo me da un ataque de risa... Pero sabes Potter, Peter Pan no puede estar en el país de nunca jamás para siempre.... El matrimonio no es tan malo y tú ya haz convivido por un largo tiempo con Pansy así que no es una aventura nueva a la que te vaz a enfrentar ademas... Hombre derrotaste a Voldemort, no una sino que dos veces, sobreviviste dos veces a la maldición asesina y ahora estás aquí en este maldito lugar junto a un montón de entrometidos aprendiendo a luchar cómo muggles, esforzándote día a día para poder atrapar a Malfoy, hoy nada saldrá mal Harry, hoy es tu día donde unirás tú vida a la de la mujer que amas y te juro que serás el hombre más feliz del mundo.

En ese momento tras lo dicho por Theo, Harry sintió que toda duda y miedo se alejaban de él y sintió un gran aprecio hacia aquel Slytherin al que ahora sentía como un gran amigo, en un acto impulsivo lo abrazo para darle así las gracias por todo.

-Ya Potter, cálmate o terminaré pensando que en vez de querer casarte con Pansy deseas que yo me casé contigo- le dijo Theo mientras le daba palmaditas en la espalda.

-Gracias Nott, gracias- Harry le estrecho la mano y Theo solo asintió de manera amigable y camino hacia la carpa, Harry con este nuevo aire de esperanza y esperando que todo saliera bien se quedó de pie frente a la carpa esperando a la llegada de los invitados.

Detrás de Harry, la entrada a la carpa presentaba filas y filas de frágiles sillas doradas dispuestas a ambos lados de una larga alfombra púrpura. Los soportes de la carpa estaban adornados con flores entrelazadas blancas y rojas. Blaise y George habían colocado un enorme montón de adornos dorados sobre el punto exacto donde Harry y Pansy serían próximamente marido y mujer. Fuera, mariposas y abejas planeaban perezosas sobre la hierba y el seto. Ron y Theo se unieron a Harry para dar inicio a lo que sería un gran día.

- Preparaos... aquí vienen, mirad- Ron los hizo mirar hacia donde apuntaba pues muchas figuras de colores brillantes iban apareciendo, una por una, por todas partes en el extremo más alejado del jardín. En pocos minutos se formó una procesión, que empezó a serpentear por el jardín hacia la carpa. Varios Lores, los altos mando del ejército los consejeros y los comerciantes de mayor importancia en Orión desfilaban hasta donde se celebraría la boda, Harry estaba de pie junto al viejo sacerdote que había procedido la boda de Narcisa, seguía Jugando con las manos y cada cierto rato miraba nervioso hacia la entrada esperando que Pansy apareciera en cualquier momento.

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-¡Estás genial!

-Siempre con tono de sorpresa -dijo Hermione a Draco, aunque sonrió. Llevaba un vestido rosa pálido, con un cinturón dorado a juego y sandalias; su pelo estaba recogido en una trenza adornada con una docena de mariposas de oro.