10.- El Rey de Castle Orión.

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Un enorme cometa surco el cielo de Kingdom of Wisdom como una herida en el cielo rosado y violáceo.

El anciano rey lo observaba por la gran ventana que había en su habitación, desde su cama que ahora era su prisión.

Observo el cielo como si fuera un mal presagio.
Él no creía en las profecías. Aun así, pese a su avanzada edad,
nunca había visto un cometa ni la mitad de brillante que aquel, ni de aquel color, aquel color espantoso: el color de la sangre, las llamas, los ocasos…

Muchos años atrás cuando él recién había aparecido en aquel lugar, un cometa igual había aparecido en el cielo de Wisdom, provocando el miedo en todos los reinos, y con justa razón habían sentido miedo pues tras la aparición de aquel cometa se había desatado una gran guerra en el lugar, guerra que había acabado con la vida de muchas personas... sentía terror y en su interior algo le decía que ahora sucediera lo mismo... Pero las profecías existían por algo y claramente las brujas grises lo habían predicho al terminar la guerra donde los reinos se habían separado "cuando cruce nuevamente el cometa rojo por el cielo, los reinos deberán prepararse para combatir nuevamente la oscuridad que espera propagarse, la amenaza extranjera sera la que extienda el terror y la muerte... Pero también los salvadores, los que unirán reinos vendrán de tierras extrañas y salvaran el mundo de la oscuridad". Ya habían pasado más de setenta años desde aquel acontecimiento y aun lo seguía recordando como si hubiese sido ayer.

Aparto la vista de la ventana y contempló durante bastante tiempo cómo crecía la vela mientras decidía si prefería la muerte o la vida. Sabía que sería más fácil morir. Todo lo que tenía que hacer era clavarse la daga que tenia sobre su cama y la muerte lo encontraría y no tendría que preocuparse de cometas, profecías y futuras guerras. La fiebre llevaba varios días consumiéndolo, convirtiéndole las tripas en agua marrón y obligándolo a tiritar en un duermevela agotador. Cada mañana estaba más débil.

«Ya no falta mucho», se repetía a sí mismo. Si la fiebre no lo mataba sin duda decidiría matarse a si mismo, sus empleadas le cuidaban bien pero el necesitaba a quien dejarle su reino, si no había nadie quien mandara, todo su pueblo sufriría pues cualquiera tomaría el control de Orion y podía ser el fin de todo el lugar. Rogaba a los dioses encontrar la solución a su predicamento para al fin morir en paz. Tenia la garganta tan reseca que decidió levantarse un poco para beber agua de la jarra, la luz de las velas eran su única compañía. En aquel momento estaba tan débil que lo único que pudo hacer fue tumbarse con los ojos cerrados nuevamente en su cama y la boca abierta.

Había llegado a Wisdom con solo veintidós años, había terminado en aquel lugar escapando de la horrible guerra que se desataba donde el vivía, una guerra que cobro la vida de toda su familia, ademas de verce obligado a abandonar a su amada por salvar su vida... No había día que no la recordara, a pesar de tener noventa y dos años aún recordaba su rostro tal cual era... Pero todo eso era parte de su pasado, él estaba aún vivo aunque solo quería morir para poder al fin descansar en paz de todas las cosas por las que había pasado.

Un golpe se hizo escuchar en la puerta de la habitación del rey Corbin quien abrió los ojos lentamente. -si- fue su respuesta.

-mi rey unos jóvenes quieren verlo le aviso la voz de su empleada desde el otro lado de la puerta.

Jóvenes pensó el anciano, tal vez eran enviados por alguno de los otros gobernantes de Kingdom of Wisdom quienes enviaban a menudo algunas comarcas para visitarlo. - hazlos pasar- grito el hombre.

Cuando la puerta se abrió el anciano creyó morir, no podía creer lo que sus ojos veían, su gran amor estaba delante de él, no cabía duda que era ella, su amada Dorea Black, aquella mujer que lo había hechizado desde que la había visto por primera vez cuando tenia tan solo once años, su gran amor estaba delante de él... No cabía duda que era ella.

Juegos de guerra I: Kingdom Of WisdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora