Juegos de guerra I: Kingdom Of Wisdom

13.- Primeros días en el reino

Antes que nada gracias por leer esta historia, les adelanto que pronto comenzare a subir los capítulos donde la historia se pondrá más interesante e intensa. Además necesito que sepan que estoy leyendo los libros de Game of Thrones, por lo que me he inspirado en esos libros para ir desarrollando Algunos capítulos de esta historia. Sin más que agregar espero que disfruten mucho esta historia.

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Las puntadas de Pansy volvían a estar todas torcidas. Las contempló con ceño fruncido, desalentada, y miró de hurtadillas hacia donde estaba Astoria con las otras chicas. Las labores de costura de Astoria y de Ginny eran siempre exquisitas. Todo el mundo lo decía. «Las labores de Astoria y Ginny son tan bonitas como ellas- había dicho días a tras la institutriz Mordane a Narcisa.
-Tienen unas manos tan hábiles, tan delicadas... -Cuando Narcisa le preguntó por ella y las demás, la institutriz lanzó un bufido -Pansy, Hermione, Arya, Sansa, Elsa, Luna y Daphne tiene manos de herrero.» Pansy echó una mirada furtiva hacia el otro extremo de la sala, temerosa de que la institutriz Mordane pudiera leerle el pensamiento, pero aquel día no le prestaba atención. Se había sentado con Fleur y Gabrielle y era todo sonrisas y adulación. La mujer no tenía ocasión de instruir a unas chicas tan delicadas y hermosas en las artes femeninas todos los días y aun mas que hablaran una lengua diferente a la que se hablaba en el reino como había dicho a Narcisa cuando las llevó por orden del viejo rey Corbin para que estuviera con ellas, el anciano no dejaba que las chicas practicaran tareas de hombres, Pansy los veía practicar con arcos, lanzas y espadas algo que se veía bastante entretenido, pero ella y las demás se veían obligadas a pasar toda la tarde con aquella anciana insoportable que les enseñaba cosas que realmente a Pansy le importaban un pepino.

Casi un mes se había cumplido desde su llegada al castillo,

A Pansy le pareció que las puntadas de Fleur también estaban algo torcidas, pero por la manera en que las alababa la institutriz Mordane nadie lo habría imaginado. Examinó de nuevo su labor, buscando alguna manera de rescatarla, y al final
suspiró y dejó la aguja. Miró a Astoria con gesto abatido. Astoria charlaba alegremente con Hermione mientras cosía. A sus pies estaba sentaba Sansa, Ginny, a su lado, le susurraba algo al oído.

-¿De qué estáis hablando? -preguntó Pansy de repente. Ginny la miró sobresaltada, luego dejó escapar una risa. Astoria pareció avergonzada. Sansa se sonrojó. Nadie le dio respuesta.

- Decídmelo -insistió Pansy.
Ginny miró de reojo para asegurarse de que la institutriz Mordane no las estaba
escuchando. Fleur dijo algo en francés en aquel momento, y la mujer estalló en carcajadas igual que Gabrielle.

-Hablábamos de que vamos a tener que cocer los calzoncillo para todos los chicos -dijo Sansa con voz suave.

-A ti te dejaremos el trasero real del rey Corbin para que le tomes las medidas-. Le dijo Astoria riendo.

-Y a ti te dejaremos el real trasero de Ser Collins -reprendió Pansy de manera irónica, Ser Collins era un anciano yerbatero del castillo, se encargaba de hacer ungüentos y "pócimas" como ellos les decían a hervir un montos de hojas secas, era un viejo arrugado, pelón y feo pues tenia una verruga en la nariz tan grande como un poroto.

Sus risas se oyeron claramente en el silencio de la sala de la torre. La institutriz Mordane alzó la vista. Tenía el rostro huesudo, ojos perspicaces y una boca de labios
finos que parecían hechos para fruncirse. Ahora estaban fruncidos.
-¿De qué estáis hablando, niñas?.

-De las agradables y muy interesantes clases que usted nos da, Madame Mordane- le dijo Ginny con cierto dejo irónico en la voz.

La mujer las observo con sus penetrantes ojos y se fijo en Pansy que estaba jugando con las manos en ves de estar cociendo.