Juegos de guerra I: Kingdom Of Wisdom

4.1-. las rastreadoras, ojos grices, la explocion.

El día de la llegada de las rastreadoras Londres amaneció gris y frio, Harry las recibiría en el ministerio por lo que aquella mañana se levanto temprano para llegar a tiempo, se despidió de Pansy con un beso en la frente ya que aun seguía dormida, se acerco a la chimenea y tomo un puñado de polvos flu 《oficina de Harry en el ministerio》dijo y desapareció entre las llamas verdes que lo envolvieron por completo, al llegar a su destino se dio cuenta que aun no había llegado nadie ni siquiera Ron, camino a su oficina e hizo aparecer una taza de café.

Harry tomo asiento y paseo la vista por su oficina, a su cabeza volvieron las imágenes de los mortifagos y Voldemort, la batalla de Hogwarts, la muerte de sus amigos y conocidos... como pensó que tras la muerte de Voldemort todo seria paz, el mundo mágico no volvería a sentir miedo otra vez, era una gran responsabilidad su trabajo, sabia que no iba a ser fácil, sabia que el mundo mágico dependía de su capacidad para mandar y habilidades... pero al igual como había sucedido en la batalla de Hogwarts necesitaba ayuda para resolver lo que sucedía, él solo no podía y daba gracias a merlín que Kingsley trajese a las rastreadoras pues sabia que con la ayuda de ellas seria mas fácil dar con el paradero de los mortifagos.

☆☆☆

-Permiso doctora Granger- Draco había irrumpido en la oficina de Hermione en san mungo, la castaña estaba leyendo unos archivos concentradamente cuando la voz de Draco la distrajo.

-Hola Draco, adelante- dijo la castaña. Draco entro y tomo asiento frente a ella.

-Te quería invitar a cenar- dijo el rubio.

-a cenar... ¿quien mas ira?- pregunto Hermione.

-Solos tu y yo Granger, que dices- le respondió Draco.

Hermione lo observo y vio el típico rostro de suplica que Draco utilizaba cuando quería obtener algo.

-esta bien, hoy a las ocho- dijo la castaña.

-pasare por ti para que vamos juntos. bella signora con gli occhi marroni- Le dijo desde la puerta de la oficina. Hermione le dedico una sonrisa y sintió como sus mejillas se sonrojaban.

Siguió ordenando los archivos que estaba leyendo, pero su cabeza ahora estaba en otra parte si bien Draco le atraía hacia tiempo, ellos solo eran amigos no imaginaba una vida junto a él, además Draco era un mujeriego que solo usaba a las mujeres no era un hombre para forma una familia como la que ella imaginaba... pero disfrutaría de su compañía, disfrutaría el tiempo que pasaban juntos pues ella lo quería aunque para el solo fuera su amiga.

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Tres chicas ataviadas de unas largas capas negras con detalles en blanco y carmín eran precedidas por Kingsley hasta la oficina de Harry, las tres rastreadoras habían llegado hacia minutos al ministerio.

-bueno señoritas yo me despido aquí. Nuestro jefe de aurores les informara todo lo sucedido y espero que su estadía sea de agrado al igual que su ayuda- Kingsley se despedía de las recién llegadas y las dejaba con Harry en su oficina.

Harry las observaba con una sonrisa, las tres chicas poseían un aire sofisticado y reservado, Sansa era alta y de cabello castaño casi pelirrojo, de ojos verdes y piel blanca. Arya era muy diferente a su hermana, de cabello negro hasta los hombros, ojos verdes y  piel blanca como la de Sansa, de estatura media y rostro severo. Elsa en cambio tenia el cabello castaño, y ojos grises, de la misma estatura que Arya, pero en cambio ella tenia una mirada dulce y rostro amable.

Tras las respectivas presentaciones los cuatros iniciaron una ardua reunión que duro casi toda la mañana, pergaminos, planos de Azcaban, mapas y coordenadas cubrían el escritorio de Harry, las chicas trazaban rutas y marcaban ciudades donde posiblemente se encontrarían los mortifagos fugados.

-Harry, tu y el equipo de aurores céntrense en investigar quien ayudo a escapar a los mortifagos de Azcaban. Nosotras partiremos ahora mismo a Bulgaria pues ayer al norte de Samokov, fueron descubiertos cincuenta muggles muertos por el maleficio asesino- dijo Arya.

-tenemos una lista de sospechosos a los cuales interrogaremos hoy- les comento Harry.

-eso ya es un buen comienzo, estaremos aquí al atardecer- dijo Elsa antes de que las tres desaparecieran rumbo a Bulgaria.

Harry se junto con Ron, Neville y Cormac, con los cuales iniciaría los interrogatorios de varios sospechosos que tenían. Desde el primer minuto cuando se dio aviso de la fuga todo el cuerpo de aurores inicio un registro minucioso en las celdas de la prisión, recaudando hasta el mas mínimo detalle para analizarlo y así saber como habían escapado diez reos del área de mayor seguridad sin ser vistos y aun mas sin haber destruido nada a su paso.

Samokov, Bulgaria. Un pueblo de gran encanto donde sus pobladores se dedicaban en su mayoría a la agricultura, Arya, Sansa y Elsa se habían reunido con el jefe de aurores del lugar Víctor Krum, quien tras una grave lesión en u  partido de quidittch, decidió ir a la academia de aurores, había conocido a las rastreadoras hacia unos años cuando las chicas lo habían ayudado en una investigación.

-tenemos a un niño en custodia, presenció todo lo ocurrido-comento Krum.

Gracias a los recuerdos que lograron rescatar del pequeño niño, las chicas supieron dos cosas.
1.- Lucius y sus amigos habían sido culpables de aquellas muertes. 2.- No eran solo los diez fugados de Azcaban los que andaban, sino que eran doce los magos que el pequeño había visto.

De los doce magos que habían atacado a aquellos muggles las rastreadoras sabían quienes eran diez de ellos pero la interrogante era  los otros dos, serian tal vez quienes les ayudaron a escapar, o tal vez estaban reclutando a mas magos para atacar otro lugar.

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En "Le Gavroche" un hermoso y fino restaurante se encontraba Hermione y Draco, el rubio había cumplido con su palabra y a las ocho en punto estaba en la puerta de la oficina de la castaña esperandola para ir a cenar, ahora ambos se encontraban en el centro de Londres degustando los finos platos que el lugar ofrecía. Draco comía Caldo de Pato Claro con Flan de Nabo y Pato ahumado, mientras que Hermione había elegido Salmón marinado de Var con limón y jalea de vodka.

-debo de decirte Malfoy que esto es lo mas delicioso que he comido en toda mi vida- dijo Hermione llevándose un trozo de salmón a la boca.

-Y tu que querías comer en "Duck & Waffle"-.

-en mi defensa en aquel lugar sirven los mejores Waffle y el mejor caldo de pato que he probado en mi vida- dijo Hermione entre risas.

La cena paso asi entre risas y charlas amenas, el vino que Draco había pedido al iniciar la cena ya había desaparecido y fe de eso era que ambos chicos reían por cosas muy tontas.

-Gracias por la cena-. Draco y Hermione se encontraban en el estacionamiento del lugar, las horas habían pasado y ya eran cerca de las diez de la noche, Hermione estaba cerca de su auto acompañada por el rubio.

-no fue nada Hermione, cuando quieras lo repetimos nuevamente- dijo Draco.

-seria estupendo- respondió la castaña.

Draco se acerco a ella lentamente para despedirse, pero cuando estaba apunto de besarla en la mejilla se detuvo y sus ojos grises se toparon con los avellana de ella. -eres preciosa- le susurro mientras le acariciaba el rostro. Hermione se sonrojo y no supo que contestar, Draco se acerco mas a ella y le levanto la barbilla quedando a escasos centímetros de sus labios, Draco sentía como Hermione temblaba, no sabia si era por el frio de la noche o por que estaba nerviosa, así que hizo lo que mejor sabia hacer, acerco sus labios a los de ella y la beso... primero pausado y luego con mas necesidad, sus labios eran únicos suaves y deliciosos, la castaña besaba torpemente pero poco a poco iba cogiendo el ritmo de Draco.

Se separaron y sus ojos chocaron, Hermione sonrió y supo que solo disfrutaría el momento, ella era racional y siempre pensaba en todo porque aquel beso solo había sido un beso. Tenia la importancia que ellos querían darle, podía no significar nada o podía cambiar toda su relación para siempre.

-Hermione...- fue lo único que alcanzo a pronunciar Draco, mas nada pudo decir pues un fuerte estruendo lo obligo a lanzarse sobre Hermione y protegerla de la lluvia de escombros que habían comenzado a caer sobre ellos.