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2.4

Justin Bieber

—Ves, Bieber, Lucas Thorn ha estado trabajando a mi lado por un tiempo ya, y de verdad pensé que estaba yendo bastante bien; nos pusimos en ello, teníamos los mismo intereses. Pero cuando lograste escapar de donde te puso supe que no iba a funcionar de la forma que yo quería. Me di cuenta de que tenía que tomar el asunto con mis propias manos. —Clyde sonrió, y yo no deseaba nada más que apretar el gatillo y ver cómo la bala hacía su camino a través de su cabeza sin cerebro.

—¿Así que pensaste que podrías volver aquí y jugar, como si fueras tú el que saliera del distrito como el ganador de esta pelea? —me burlé, viéndolo apretar los dientes con ira. Él sabía que no iba a serlo.

—Créeme, un día voy a atraparte, y no hay nada que puedas hacer. Primero venceré a Thorn, créeme, es un blanco fácil, después vendré por ti y, bueno, seré el maldito líder de cada distrito. El 2043 será mi año. —Su discurso me tenía un poco distraído, la manera en que hablaba era tan confiada, como si no tuviera una pistola apuntándole.

Me enfurecía haber dejado que se me fuera la concentración por un solo segundo, fue suficiente para que él me pateara en el estómago, haciendo que me doblase de dolor. Con rapidez llamó a sus hombres y desaparecieron, yo solo me quedé viendo desde donde me hallaba agachado en el piso.

Mientras me levantaba de manera lenta y sosteniendo mi estómago, miré a mi alrededor para asegurarme de que estábamos bien antes de darle a mis hombres la señal de que lo estábamos.

Sacando mi teléfono de mi bolsillo de repente recordé que todavía tenía el de Hunter y que debía regresárselo.

Hunter Thorn.

La la tensión en el distrito era una que podía cortarse con un cuchillo. Lucas estaba afuera al igual que todos sus hombres, yo los estaba observando desde la ventana. Creo que sabían que Clyde no iba a venir esta noche. Sería demasiado obvio. Aunque me alegraba que estuvieran asegurándose de que el distrito estuviera seguro.

De verdad esperaba que Justin estuviera bien, yo nunca habría sabido cómo lidiar con la situación en la que estuvo hoy. Ni siquiera estaba preparado para nada. Para ahora ya podía estar muerto, lo cual yo rezaba para que no sucediese.

Decidí salir de la casa y encontrar a Lucas, decirle que no sería inteligente de parte de Clyde venir también esta noche. Quién sabe cuántos hombres le quedaban después de invadir al distrito uno. Pero yo no tuve que hacer nada, Lucas vino por su cuenta.

—Estoy seguro, sí, no lo sé, hombre, fue tan repentino. No sabía cómo reaccionar. —Lucas mascullaba por teléfono mientras cerraba la puerta detrás de él y se aseguraba de ponerle pestillo.

Cuando terminó de hablar yo entré, haciéndole clara mi presencia.

Levantó la mirada, se veía muy estresado.

—No creo que venga hoy. Pero me aseguraré de que estemos preparados, para que nada le pase a nuestra gente. —Lucas dijo y yo asentí, acercándome más a él.

Vacilé, peo al final envolví mis brazos a su alrededor en un fuerte abrazo. Él todavía era mi hermano, sin importar lo mucho que pudiésemos pelear, y yo ni siquiera podía recordar la última vez que le di un abrazo.

Se paralizó un segundo antes de relajarse y rodearme con sus brazos también.

Nos quedamos así por un segundo antes de que él se alejara, sosteniéndome a la distancia de su brazo.

—Dime, ¿qué estabas haciendo en el distrito uno y qué le ocurrió a tu rostro? —dijo, y esta vez no podía esconderme al distraerlo con información más importante. Pensé en qué decirme, qué posible mentira podría hacerle creer.