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Advertencia: contenido sexual

Seguí caminando de aquí para allá entre el lavabo y la pared, y pensaba si debería salir y pretender que él nunca me preguntó acerca de Clyde para después seguir comiendo, o irme a casa.

Elegí la primera opción porque en realidad no podía irme caminando a casa, era demasiado lejos, Lucas tenía espías en el distrito uno que en definitiva le contarían si me viesen aquí, y Justin iba a enojarse si yo desaparecía de la nada. Básicamente no tenía otra opción más que volver a nuestra mesa y terminar de comer.

Así que eso hice.

Y cuando volví, había un nuevo plato con un trozo de pastel y dos tenedores. Se veía delicioso, pero miré a Justin con suspicacia.

—No debí haber preguntado por eso, acepta esto como una disculpa. —Sonrió y enterró su tenedor en el pastel, entrándoselo a la boca. Actuaba como si tuviera que masticar el bocado más grande de comida, haciéndome reír un poco. Lo repitió y le dije que se detuviera, no porque no fuese gracioso cuando intentaba serlo, sino porque la gente nos miraba otra vez.

Tragó lo que estaba en su boca para luego sonreírme.

—Tienes que parar de dejar que las otras personas te molesten —dijo, encogiéndose de hombros.

Bueno, era más fácil decirlo que hacerlo. Él no tenía que preocuparse por lo que los demás pensaban de él. En su mayoría porque era su líder, y no tenían permitido pensar mal de él.

—Tú puedes decirlo. Es raro que me miren sin importar lo que haga —murmuré, clavando el tenedor en el pastel y dándole un mordisco. Estaba tan bueno como se veía.

—Es que no están acostumbrados a verme aquí, en especial no con una mujer así de bella.

—Basta. Eres cursi —dije y le golpeé el hombro, ante lo cuál el fingió una mueca. Pero el rubor que subía a mis mejillas no podía detenerse.

Justin estaba distinto hoy, muy distinto. Parecía haberse soltado un poco durante el tiempo que estuvo conmigo. Tal vez quería actuar diferente, ser un líder significaba ser despiadado y frío, tal vez necesitaba un cambio, incluso si fuese solo por un par de horas.

—¿Estás lista? —preguntó luego de que me comí el último bocado de pastel, no sin antes preguntarle si lo quería.

Justin solo negó con la cabeza y llamó al mesero para pagar. Yo estaba a punto de sacar mi bolso y darle algo de dinero, pero él apartó mis manos con el ceño fruncido.

—Yo te invité, así que yo pago. Además, no costó casi nada, ya sabes, por ser el  líder de esta gente de aquí. —Sonrió y estiró su mano para tomar la mía. Todavía era una sensación a la que tenía que acostumbrarme.

¿Pero en realidad quería hacerlo? Es decir, él era peligroso, frío y a veces demasiado iracundo para que yo pudiera lidiar. Estallaba de un momento a otro, pero no podía negar que tenía algo que me hacía regresar a él, que me mantenía cerca suyo.

Durante todo el camino al auto no me quiso soltar, mientras que yo seguía mirando a mi alrededor para ver si alguien que yo reconociera nos pudiese ver. Suspiré de alivio cuando no vi a nadie.

Solo me soltó la mano cuando me senté en el coche, aunque durante el viaje se aseguró de tocarme de alguna manera. Ya fuera si sus dedos se entrelazaban con los míos o si tenía su mano en mi muslo, de cierta forma siempre me estaba tocando. Y tampoco me molestó porque esta vez su toque era más gentil; por lo general solía apretarme y ser agresivo.

Me gustaba mucho más cuando era gentil.

Me puse nerviosa cuando de repente vimos que estábamos conduciendo en otra dirección y no en la que guiaba fuera del distrito.

2043 → j.b → spanish versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora