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2.1

Justin Bieber

Tenía que mantenerme concentrado. No podía dejarme caer por Hunter, solo me causaría problemas. Tenía un plan, y la única regla era seguirlo.

Ella me estaba haciendo enloquecer, me volvía difícil seguir este plan.

Por eso es que tenía que mantenerme concentrado, tanto, que ni siquiera una chica como Hunter pudiera sacarme de ahí. Porque si lo hacía terminaría muerta.

Al igual que yo.

Hunter Thorn

Era temprano en la mañana cuando me desperté. Una cabeza estaba en mi regazo, una mano sobre mis rodillas. Incluso el sonido del televisor que habíamos olvidado apagar no me hacía quitar la vista del joven chico que dormía justo frente a mí.

Porque así era él, y yo estaba asombrada.

Era bastante atractivo cuando dormía. Tenía las cejas fruncidas, los labios presionados con firmeza. Se veía tan joven, tan ajeno a lo que sucedía en los distritos y en definitiva no como si él fuera la causa de todo eso. Odiaba saber que, mientras se veía inocente por el momento, era cualquier cosa menos eso.

Nos habíamos quedado dormidos viendo televisión hasta tarde anoche. Y supe que me había despertado demasiado temprano cuando vi el reloj que estaba colgado en la pared. Supongo que se debía a mi dolor de cuello debido a la posición en la que había dormido.

Solo necesité un ligero movimiento de mi pierna para que Justin se despertara y me mirara como si algo andara mal. Tenía el ceño fruncido.

Cuando me vio sentada ahí, sus hombros se relajaron y su ceño fruncido cayó.

—¿Por qué demonios estás despierta tan temprano? —Revisó el reloj, y luego me dijo con voz ronca.

—No podía seguir durmiendo. —Me encogí de hombros y él suspiró, echándose para atrás en mi regazo otra vez.

Por más dulce que fuera, mis piernas dolían por su peso al igual que mi cuello y espalda, tenía que levantarme.

Con cuidado quité su cabeza de mi regazo y él se incorporó de nuevo, suspirando una vez más mientras se pasaba una mano por su cabello alborotado.

Me levanté y caminé hacia donde dejé mis cosas anoche. Las tomé e hice mi camino al baño, poniéndomelas de nuevo. No podía regresar vistiendo la ropa de Justin, Lucas enloquecería acerca de por qué tenía ropa de chico y todo eso.

Cuando volví Justin ya estaba parado en la cocina y bebiendo un poco de agua. Vi que también me había servido un vaso.

—¿Quieres que te lleve a casa? —preguntó tan pronto como terminé de beber el agua y puse el vaso en eel mostrador.

Asentí y él tomó las llaves de su auto, haciendo su camino hacia la puerta. Supongo que tenía que regresarme pronto, ni siquiera se había cepillado los dientes —yo tampoco—, pero por mí estaba bien si me regresaba ya.

Caminamos hacia el auto en silencio, y durante el viaje no hablamos mucho tampoco. Senría que tenía que ver con los eventos de anoche, pero no me atreví a preguntarle qué pasaba.

Detuvo el auto en el lugar de siempre, lejos y seguro del distrito tres para que nadie viera dónde estaba yo, y antes de salir del auto, me incliné sobre él y le di un beso en la mejilla.

De inmediato me sonrojé después de eso, sorprendiéndonos a ambos con mis acciones. Él solo sonrió mientras que yo intentaba mantenerme seria, como si estuviera segura para defender mis acciones.