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Suicide Club era mucho más inteligente que los fotógrafos y periodistas

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Suicide Club era mucho más inteligente que los fotógrafos y periodistas.

Habían enviado su típica furgoneta negra por donde estaban las fans, en la puerta del local, esperando. Y habían hecho como que paraban y después arrancaban. Todos habían ido tras la furgoneta. Pero, realmente, estaban entrando por la puerta de atrás con la que supuse que sería Fleur.

Era guapa, eso no era ninguna novedad. Por ello no me extrañaba que Aiden no parase de mirarla.

Yo estaba sujetando a Scarlett mientras que Alice intentaba que no le diese algo. Mackenzie simplemente la grababa para reírse después. Una de sus venganzas porque Alice no le quiso comprar el teclado para su ordenador.

-Hola. -Les saludé mientras mecía a Scarlett. Todos me miraron extrañada por tener un bebé, excepto Evan, quien parecía estar teniendo diarrea.

-¿Es tu hija? -Preguntó Marshall. Se acercó a mí y, tras darme un beso en la mejilla, me arrebató a Scarlett.

-Más quisiera ella que yo fuese su madre. -Bromeé. Todos rieron, excepto Alice, quien me pegó una patada. La muy cabrona me iba a limpiar los vaqueros con la lengua.

-Es mi hija. -Habló Alice, quien no paraba de mirar a Aiden.

-Es preciosa, ¿no crees, Evan? -Marshall le acercó el bebé y él dio un paso atrás.

-Sí, hermosa. -Pasó por detrás de Kyler y miró a Mackenzie.

-Gracias por todo -Dijo Kyler, poniéndose frente a mí. Alice había ido a hablar con Marshall y Aiden sobre su bebé. Además de hacerse fotos con ella. Marshall parecía maravillado. Mientras, Evan hablaba con Mackenzie-. Creo que todo hubiese ido a peor si no hubieses estado ahí esa noche.

¿Qué colonia utilizaba? Olía de maravilla.

-No es nada, en serio -Kyler pareció querer algo más pero lo paré. Aparté mi bolso de mi hombro y saqué el "regalo" que traía para él. Se lo extendí-. Esto tal vez te sirva hoy.

-¿Es una bolsa de vómito? -Asentí.

-Y no una cualquiera, esta lleva tu nombre. -Le indiqué que la girase. Él rió al ver que estaba su nombre escrito en caligrafía cursiva.

-Oh, que honor. La venderé en Amazon. Me haré de oro. -Reí levemente. Kyler no paraba de mirarme con una sonrisa maravillada y me estaba poniendo levemente nerviosa.

-Bueno, si la toca el resto de la banda posiblemente valga más de mil dólares. -Kyler elevó una ceja.

-¿Tú crees? -Me encogí de hombros.

-Hay gente que ha ido a perseguir una furgoneta vacía durante manzanas completas y otras personas que llevan aquí horas. Créeme, si vomitas pagarían el doble. -Kyler sonrió.

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