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Central Park jamás dejaría de sorprenderme

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Central Park jamás dejaría de sorprenderme.

Cuando entras en esos cinco kilómetros, la ciudad se queda por completo atrás. Es un lugar en el que puedes relajarte y caminar, olvidándote de todo lo que ocurre en el interior de la ciudad.

Harlem Meer se encontraba a mi derecha, extendiéndose y ayudando a barcos de pesca a navegar por ahí. Estábamos por dejar atrás este maravilloso rincón de Central Park para salir a Harlem de nuevo.

La mano de Scott acariciaba de vez en cuando la mía. Sinceramente, estaba un poco inquieta. ¿Quería que le cogiese la mano? ¿Qué me alejase un poco? ¿O estaba esperando el momento perfecto para lanzarme al lago?

-... Y por eso soy tendencia en Rusia. -Terminé de explicarle a Scott todo lo sucedido con Suicide Club. Había decidido relajar mis dedos y no hacer nada. Si él quería cogerme la mano, que lo hiciese.

Cabe resaltar que me salté la parte en la que Kyler me había pedido el correo y que llevábamos dos días hablando por correo electrónico. Era ciertamente agradable.

-Wow, es increíble. Tu amiga Alice debe de estar muy feliz de haber visto a su banda favorita dos veces. -Asentí.

-Sí. ¿Sabes? Creo que le caerías bien. -Scott arqueó una ceja. Comenzó a acariciar más y más mi mano. Hasta el punto de comenzar a entrelazarla.

¡Mi corazón se iba a tirar al maldito lago de la emoción!

-¿Tú crees? -Arqueó una ceja. Ahora me había cogido de la mano. El hombre que me gustaba me había cogido de la mano. ¿A qué edad se supone que estas ilusiones adolescentes se marchan? Ya os digo yo que a los veinticuatro no.

-Sí -Respondí en un susurro. Tosí un poco para aclararme la mente y decirle lo que había estado pensando desde hacía un tiempo-. Es más, dicen que quieren conocerte. Así que... ¿Quieres venirte a cenar a mi casa mañana por la noche? -Scott apretó un poco mi mano. Supuse que sería por la sorpresa.

-C-Claro. Sería genial -Oh, Dios mío, era demasiado adorable cuando se ponía nervioso-. ¿A qué hora?

-¿Sobre las nueve?

-Está bien. Llevaré vino.

-No hace falta...

-Te aseguro que te encantará -Me cortó-. Es procedente de la rioja española. Los mejores viñedos de mil novecientos ochenta y seis. Es exquisito. ¿Tenéis aceitunas?

-Acei... ¿qué?

-Tranquila, yo llevaré. Te encantará. -Asentí. Ahora mismo no era capaz de formar más de una frase.

-¿Viajas mucho? -Scott asintió. Giramos a la derecha para ir al puesto de helados que había justo a la salida de Central Park.

-Sí. He ido a muchos países hispanohablantes. También a Inglaterra, Escocia...

Suicide ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora