Suicide Club

ⅩⅩⅠ

Este juicio iba a acabar con Alice Swan.

-Nunca me he sentido mal con mi sexualidad –Se sinceraba Alice con nosotras. Mackenzie se encontraba sentada en el sofá a su lado mientras que yo estaba en el suelo frente a ella. Scarlett se encontraba jugando con un par de peluches. Se me hacía muy extraño que en Febrero cumpliese un año-. Siempre me he sentido bien cuando he admitido que me gustaba una chica o que me la había tirado. Pero cuando estábamos en el juicio y ese hombre dijo "¿Cómo crecerá Max sabiendo que su madre besa a otra mujer?" no podía contenerme, quería pegarle una gran patada. Había sido mejor la primera vista, cuando solo se expuso el caso. Pero esto ha sido desgarrador. ¿Max debe de pensar que no es natural? Y si piensa eso, ¿quiere decir que yo no soy natural?

Mackenzie pasó su brazo por los hombros de Alice y yo apoyé mis manos en sus rodillas.

-En absoluto, Alice –Murmuró Mackenzie mientras la apretaba contra ella-. No hay nada malo en nada de lo que haces. Siempre buscas lo mejor para las personas y no encuentro algo mejor para Gillian que tú.

Suspiré. Alice se miraba sus manos, como si ahí estuviesen las respuestas a todo.

-Aun recuerdo cuando nos lo comentaste el primer año de universidad –Sonreí de manera ladeada y tras eso dejé escapar una risita de mis labios-. Recuerdo las palabras exactas. "Oye, chicas, estuve pensando... ¿Podré pedir en el McDonald a la cajera para llevar? Es que está que arde".

-También lo recuerdo –Soltó Mackenzie sonriente-. Mi colesterol temió ese día con subir más que la factura de la luz estas navidades. No nos dejabas de arrastrar hasta ese lugar hasta que te la tiraste.

-Y desde entonces tenemos que bajar al Uper East Side para poder comer una jodida hamburguesa. Y encima al Burger King.

Alice se rió, algo calmó un poco mi preocupación. Scarlett se acercó a Alice y ella la cogió.

-Vosotras siempre me habéis apoyado... -Masculló. Yo asentí-. Estuvisteis a mi lado cuando casi repito, me soportasteis en el embarazo, cuidasteis a Scarlett conmigo, me mantuvisteis cuando mis padres no quisieron ayudarme y seguimos aquí...

-Sí, somos geniales, Alice –Bromeó Mackenzie y las dos comenzamos a reír-. No es tan difícil decirlo. ¿Ves? Pero tú también eres genial.

Alice tiró de nosotras y la abrazamos también, con Scarlett en medio.

-Os quiero, chicas.

-Y nosotras a ti. –Murmuré mientras le daba un beso en la frente.