Suicide Club

ⅩⅩⅩⅠ

Solo sabía que alguien me estaba sobando una teta de manera familiar.

No fue una sorpresa cuando abrí los ojos para ver a Alice jugando con mi teta de manera más cuidadosa de la normal. Ella la empujaba levemente para que chocase contra la cara de Mackenzie, quien abrazaba mi brazo y lo utilizaba como almohada.

Me mantuve lo seria que pude y miré a Alice. El sol daba en su cara para hacerla parecer un ángel, a pesar de tener el pelo revuelto y maquillaje corrido. Alice era un ángel hasta que abría la boca. Entonces solo era un mono escapado del Zoo de Central Park.

-Entretenida esta mañana, ¿uh? –Murmuré mientras la miraba divertida. Ella me miró rápidamente y se encogió de hombros-. Buenos días, por cierto.

-Buenas –Masculló-. Oye, ¿te ha pasado algo? –La miré con el ceño fruncido y ella señaló con cuidado a las pequeñas marcas que habían de un tono oscuro alrededor de mi pezón (Visible bajo la camiseta fina que llevaba)-¿Te duele? ¿Debo patearle el culo a algún Sadler golpea mujeres?

Reí en voz baja para no despertar a Mackenzie. Esta chica tenía un sueño ligero.

-No, no. Es que Kyler es muy juguetón.

Alice abrió los ojos. Pensé que me pediría todos los detalles de lo que había pasado.

-¡¿Se atrevió a tocar a mi Bob?! –Exclamó con cara de falsa ofendida.

Entonces recordé que estaba hablando de Alice Swan, la chica que creía haberse embarazado de otra chica.

Reí con fuerza, ahora sí, al recordar tantos tiempos en la universidad. Desde que Alice salió del armario, su personalidad extrovertida salió aun más a relucir. Ella bromeaba con que se había enamorado de mis tetas y muchas veces las tocaba, al igual que el culo de Mackenzie.

Pero Alice Swan es un caballero con rímel, en realidad. Ella decía en el instituto que nos tocaba para que supiésemos cómo un hombre debería de tocarnos. Con suavidad, cariño y respeto. Y así es como ella lo hace. Si yo digo no, ella se aleja sin dudarlo un segundo. Si nos vemos feas, Alice nos repasa y nos habla sobre lo bien que nos vemos hasta que nos convertimos en tomates.

En la universidad creamos un pequeño símbolo uniendo los dedos impares de la mano que al ponerlos en la cadera quería decir que un tío nos estaba molestando. Alice siempre era la que venía a salvarme. Uno de mis recuerdos favoritos fue cuando después de quitarme al chico de encima ella dijo "No puedes esperar a que venga a salvarte siempre porque eso no va a suceder. No te dejes pisar, Sky. Tú eres el cielo y no solo por el nombre. Nadie está sobre ti."

-Tranquila, me trató como una reina todo el tiempo –Hablé mientras una amplia sonrisa se dibujaba en mi cara. Sentía cómo el cabello de Scarlett se movía contra mi pierna, pues Alice lo acariciaba con una mano. La otra estaba apoyada en su sien para poder mirarme sin dejar de estar de lado. Yo dibujaba patrones en su piel descubierta, dado que la camiseta estaba un poco subida-. Él fue muy cuidadoso con todo, cada rato me preguntaba si estaba bien, no paraba de repetir lo maravilloso que era mi cuerpo. Fue...