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Kyler Riddle había nacido para interrumpirme

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Kyler Riddle había nacido para interrumpirme.

Cogí rápidamente la llamada -Sí, al fin había conseguido su número de teléfono. Había tardado diecisiete tartamudeos en pedírselo- y comencé a cerrar todo. Pues Kyler tenía la horrible manía de quedarse hablando conmigo hasta tarde.

-Hola, ¿qué tal? -Fue lo primero que dijo. Su voz se notaba un poco decaída. Necesitaba averiguar por qué.

-Hola. Bien, gracias por preguntar. Estaba trabajando un rato. Creo que has nacido para interrumpirme -Kyler rió de una manera grave. Escuché cómo se tiraba al sofá. Parecía venir cansado, pero hoy no tenía ensayo, se suponía-. Hablo en serio. Me veo en agosto preparando todo el curso por tu culpa.

-Lo lamento, de veras. Pero vengo cabreado de la reunión y quería olvidarme un poco de todo. -Suspiró, dejando claro que quería contar algo pero que no lo diría hasta que yo preguntase. ¿Por qué a la gente le preocupaba molestar? Yo cuento lo que quiera, y si no quieren escucharlo que se aguanten, son mis amigos.

-Antes de olvidarlo, dime qué tal os ha ido. -Kyler bufó con fuerza. Eso no era una buena señal.

-Vale, nos han dado hasta octubre para tener todas las canciones. Es decir, amplían el plazo un mes. Pero tenemos que darles dos canciones más. Les hemos dado el nombre del disco y dos canciones más. ¡Y aun así siguen pidiendo! -Exclamó. Sí, parecía que el acuerdo no había sido de su agrado.

-¿No podíais haber peleado un poco más? -Quise saber mientras cerraba mi portátil y miraba los altos edificios que se divisaban desde la cristalera de mi habitación.

-Sí, podríamos -Respondió tras suspirar-. Pero a Marshall le entró un mensaje de Deanna y entró en la nube del amor dónde cree que todo es posible. ¡Y no, joder! No nos va a dar tiempo. Más si él se larga corriendo a Chicago a verla.

Cuando iba a responder, escuché la puerta de la habitación abrirse. Me giré para ver quién era pero ya había cerrado la puerta. Sin embargo, en mi cama se encontraba una Scarlett cubierta por dos toallas y un papel estrujado en sus manitas.

Puse a Kyler en manos libres.

-Vale, sé que estás enfadado por eso. Pero todos tenéis muchísimo talento. ¿Por qué no escribes canciones absurdas hasta que salga una buena? Un día con Mackenzie escribimos una canción sobre un pedo de Scarlett.

La risa de Kyler llenó mi habitación. Cogí a la pequeña Scarlett pero me di cuenta de que estaba desnuda. Así que preferí dejarla con su mordedor mientras leía la nota que traía.

"Como siempre, llego tarde a mi entrevista. Cuida tú a la niña. Mackenzie llega a las siete. Si tienes planes simplemente encasquétasela. Alice." ¡¿Cuándo comprendería esta mujer que su hija no era un relevo?!

-Esa es una gran idea, cielo. Creo que te la voy a robar. -Bufé ante su sarcasmo.

-Kyler, tengo que ir a vestir a Scarlett. Darle la merienda, acostarla para la fiesta y después viene Scott para ver una película. ¿Te importa si hablamos esta noche? -De nuevo, la habitación retumbó en un suspiro de su parte.

Suicide ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora