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-¿No quieres que te acompañe?- Harry pregunta mirando a Liam guardar un par de conjuntos más en la maleta, los movimientos son temblorosos y dudosos.

El resto de la semana fue tan rápido para Liam que su mente dudo en viajar al extranjero, aun no se hacia la idea de Zayn creyendo serle infiel y que Duke había ido la evidencia. Dolía, si, mucho a decir verdad. Parecía que a su corazón le pincharon con un alfiler y este voló lejos, tan deprimido y vacío.

El hombre que amo por tantos años le había roto el corazón por falta de comunicación, no haberle dicho de su supuesta condición "estéril" fue un secreto que debió saber. Liam era un libro abierto para el moreno y el ciegamente creyó lo mismo del hombre.

Louis le había comprado el boleto de avión y le dio gentilmente la dirección del moreno, había insistido un poco en acompañarlo pero Liam se reuso. Debía afrontar la situación por si solo, además ellos hicieron su parte de contarle la torcida historia y no quería meterlo en problemas en la amistad de Zayn.

Liam suspiro dejando caer las manos en la ropa, se sentía demasiado cansado que las bolsas bajo sus ojos eran como piedras, no había conseguido el sueño toda la semana y muy apenas su apetito se abría. Hasta su hijo se dio cuenta que pido dormir con el todas las noches, de alguna manera eso ayudaba mucho a su autoestima, su niño era como medicina que aliviaba todo mal.

»-Por última vez, Harry, no, gracias- El rizado suspiró, rendido. Se sentía algo culpable por guardar algo tan importante, pero quería evitarle a su amigo más sufrimiento.

-Al menos, ¿puedo saber qué harás cuándo estés allá?

-¿No es obvio?

Harry lo miró con curiosidad, posando su vista en los caídos, pero tensos, hombros de Liam.

-No irás a aventar la prueba a su cara, y gritarle lo idiota que fué todo éste tiempo, ¿o sí?-«

Liam quedo callado unos segundos antes de asentir, literalmente eso fue lo que se imagino todos estos días. En el momento justo en que viera a Zayn le lanzaría el papel, luego le insultaría con todo el vocabulario posible y tal vez darle una bofetada. Teniendo esperanza que eso fuera suficiente comparado al daño que sufrió.

Harry bufó dejando a su amigo seguir con el equipaje, se giró para mirar al niño dormido en medio de la cama consumido en un profundo sueño que a kilómetros su padre envidiaba. Harry se sentía algo culpable al ocultarle el secreto a Liam, debió decirle el día en que Louis se lo contó. Tal vez habría una posibilidad donde Liam y Zayn se hablaran como dos personas civilizadas y tuvieran en cuenta que tenían un niño en medio.

También poniendose del lado de Liam, él se sentiría de la misma manera en que su amigo la esta pasando ahora, si Louis le dejara por sin ningún motivo en pleno embarazo y luego de años se entera que le fue infiel, probablemente se lanzaría al hombre con garras listas para degollarlo. Pero Liam no podía hacer eso.

Una, Liam no usaba la violencia

Dos, es muy pequeño para atacar al hombre de una forma bestial

Y tres porque... Simplemente era Liam.

Al terminar la noche Harry tuvo que despedirse cuando Louis le espero abajo, le dio un sermón más largo que la muralla China y Liam tuvo que botarlo a patadas, ya estaba nervioso y Harry no ayudaba de mucho.

Eran las once de la noche cuando Liam salió del baño después de estar unas largas horas metido en la tina, sumergido en sus pensamientos que obligaban a su mente recordar los años vividos con el hombre de nombre Zayn. El mismo que le provocó tanta felicidad y tristeza.

Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora