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Tembloroso Liam tocó el timbre y desde afuera se escuchó el sonar por toda la casa, apretó ligeramente la mano de Duke y le sonrió cuando este le miró curioso. No duro mucho la puerta en abrirse, su madre pareció sorprendida al verlo después de unas semanas.

El castaño tiro las comisuras de sus labios tímidamente, Karen suspiró extendiendo los brazos y su hijo aceptó dándole su disculpa. Duke beso gentilmente la mejilla de la mujer y entró, posiblemente a lo que antes era la habitación de Liam.

Ambos adultos entraron a la cocina, el aroma de carne con pimientos y salsa de champiñones se olían en el aire. Liam mordió su labio y no queriendo sentarse, se acercó a su madre tomando vista de lo que ella había dejado de hacer unos minutos. Se encargó de cortar los vegetales en un silencio puro.

Como su propósito Liam inclinó un poco para mirar a Karen y captar su atención.

—Lamentó haberte corrido de mi casa la última vez, literalmente te heche con mi mirada— murmuró apenado.

Karen le miró con su sonrisa maternal, sintiéndose aliviada por escuchar el arrepentimiento de su hijo.

—Tuve un mal día esa vez

—Lo comprendo— dijo la mujer frotando la espalda de Liam.

Liam quedó callado, él había venido para disculparse con su madre por haberse comportado como un total idiota, estaba cegado por el miedo del rechazo y la soledad que volvía a cubrir su vida. Además, Karen era la única persona quien falta por saber que Liam está embarazado.

Casi tenía el tercer mes completo y su estómago dejó de ser plano, había una hinchazón pequeña y Liam se vio sumergido por los recuerdos de su primera gestación con Duke, provocando lágrimas en medio de los baños de su trabajo. Asistió al centro comercial para comprar unas blusas de la siguiente talla a la suya, todavía no quería que nadie supiera de su condición así que no quería exagerar con usar ropa de cinco tallas más grandes.

—Tenias razón, mamá— Liam corto lo ultimo de las zanahorias y las aparto con el cuchillo. —Yo estaba mimando a Duke más de lo que debería, quería asegurar mi amor antes de que Zayn regrese.

Karen lo abrazo por detrás y le beso la cíen. —Me alegra que te hayas dado cuenta, cariño. No es malo querer consentir a tu hijo, sólo no excedas y malcríes al niño solo por ser hijo único y que ambos padres estén separados.

Con un último suspiro, Liam dejó el cuchillo y giró totalmente para mirar de frente a su madre.

—Hay algo que debo decirte.

—¿Ya me dirás que estás embarazado?— reclamo Karen cruzándose de brazos, dejando al castaño parpadeando en grande.

—¿Lo sabías?

—¡Claro que si! Soy tu madre Liam Payne, ¿crees que las nauseas y los antojos solo me dieron por que si?— las cejas de la mujer se fruncieron al igual que las líneas de expresión. —¡Era porque tú estás preñado!

Tomo los hombros de su hijo y lo sentó en una de las sillas, como si fuera un adolescente preparado para escuchar su sermón.

—Lo siento, yo tenía miedo de decírtelo— mirando a su madre, se creó un puchero en los labios y los ojos se empeñaron.

—Bebé, pero si soy tu madre, nunca me enojaría contigo— Karen arrastro la silla de a lado y se sentó, suavemente tomó el mentón de Liam y le alzó la mirada. —Estoy feliz por el bebé que llevas dentro, se que es de Zayn y no voy a juzgarte.

Lágrimas abordaron los ojos de Liam y se lanzó a los brazos de su madre, la calidez maternal le recibió de la misma manera que cada vez recurría a ella. Finalmente el diminuto peso en sus hombros se esfumó y pudo espirar sin aquel nudo en la garganta que cada vez se hacía grande.

—Gracias— susurró.

Duke entró corriendo con los brazos alzados al aire.

—¡Ya me lave las manos! Quiero comer ahora, por favor— el niño se encargó de retirar su lugar y subirse por si mismo, al estar cómodo miró a ambos esperando su plato.

Karen parpadeó más que sorprendida y miró a Liam quien sonreía orgulloso por su hijo.

—Él se está tomando muy enserio su lugar de hermano mayor— Liam se levanto buscando los utensilios requeridos. —Harry lo ha estado cuidado por este tiempo y le está enseñando hablar en primera persona.

Karen gesticuló unas señas con las manos y se alzó para ayudar al hombre, dejando que el tema fuera de conversación en la mesa.

. . .

Liam estaba iniciando su cuarto mes cuando Harry decidió celebrarlo en una ligera reunión en el patio de su casa, Louis estuvo total de acuerdo y se ofreció hacer lo que quisiera que Liam y el bebé se le antojaran. El castaño no dudó en pedirle unas brochetas de carne y pescado a la parrilla, hamburguesas bañadas en grasa y papas asadas.

La tarde era acalorada pero bastante buena para que todos asistieran, Liam optó por vestir un pantalón corto y una camisa de botones azul marino. Él había quedado sorprendido por el vestido playero que su madre llegó a casa de Harry, no había visto a su madre usar algo más que solo pantalones de oficina.

Se encontraba en la cocina con Duke sentado en el mostrador, tratando con el raspón que se hizo al dejarse caer a una montaña de hojas apiladas en el fondo del patio y Duke no sabía que había leña oculta debajo. El timbre sonó y Duke se removió tratando de bajar para ir con Harry cuando este paso por el pasillo, Liam gruñó intentando colocar una bandita sobre la herida desinfectada.

—¿Tendrás mas cuidado?— preguntó.

Sus manos acunaron las mejillas del niño, besó su frente antes de inclinarse y dejar un besito en la rodilla herida. Duke asintió risueño y pidió ser bajado del mostrador, justo cuando tomaría al niño por las caderas entró Harry.

—¿Que pasa?

El hombre de ojos verdes mordió su labio y señaló con su cabeza hacia atrás, una figura bastante reconocible para él apareció detrás de su amigo y pudo jurar que su alrededor tembló.

Zayn

Espero les guste
JazD'z

Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora