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Dejándose caer en la gran cama que lo abrazo gustoso, Liam cerro los ojos dejando que el sueño y la pesadez invadiera su espalda. Tan solo aterrizó el avión tomo un taxi a la residencia del moreno, y ahora volvía después ir al restaurante del hotel. La vista a fuera de su ventana que se extendía en altura y ancho de su pared, revelaba la hermosa ciudad cuando la luna esta en lo más alto del cielo.

Liam parpadeaba lentamente con la mente volando lejos, barriendo las palabras que se clavaron en su pecho y el odio salpicar de la lengua de Zayn. No negaría que le dolió la reacción del hombre, inocentemente creyó abrirle los ojos, pudiendo defenderse como hace años no pudo. Y aun asi, Zayn lo hecho como perro bajo la lluvia, justamente como hace años.

Respondió el último mensaje que Harry le envío, diciéndole que iría a la cama y mañana le llamaría. Igual a Niall que le deseo buenas noches, básicamente se despidió de todos los que sabían su estancia en el extranjero. Resopló cansado mientras se revolvía por toda la cama, metiéndose por debajo de las sabanas y gimiendo por la suavidad de esta, mucho mejor que la suya.

. . .

Al amanecer Liam pidió el desayuno a la habitación, aprovecharia la situación para deambular por la ciudad. No iba a quedarse encerrado hasta que milagrosamente Zayn apareciera y tocara su puerta. Eso pasaría una ves de... ninguna. Dudaba en que el moreno viniera, anoche lo boto sin importarle que tenía evidencia clara de su paternidad.

Zayn debía creerle, por una pizca de amor que alguna ves tuvo, Liam no pedía más que le creyese.

Negándose a seguir desperdiciando tiempo y salud emocional en el moreno, Liam se levantó de la cama y dirigiéndose a su maleta a los pies de la cama comenzó a buscar algo con que vestirse.

Saldría, disfrutaría del lugar y la rica cultura, tal vez podría buscar unos souvenirs para sus amigod y algo para su pequeño Duke, tal vez un nuevo conjunto, su hijo crecía con mucha rapidez y la ropa poco a poco le dejaba de quedar.

Tomando una muda de ropa, el castaño se dirigió al elegante baño. Cuando volviera tendría que agradecerle con creces a Harry por pagar su estadía. No sabe como, pero de alguna forma le devolvería el dinero.

Moviendo levemente su cabeza, el hombre disipó los pensamientos que tanto abrumaban a su mente y entro al baño para darse una ducha energizante.

[...]

Mordiendo levemente su labio, Liam miro hacia los carteles que indicaban las calles para luego mirar el mapa en sus manos. Una sonrisa aliviada se dibujó en sus labios al ver que iba por el camino correcto.

Agradecía que el recepcionista del hotel le hubiera ofrecido aquel mapa y guía turística, si no de seguir ya estaría más que perdido.

Dándose media vuelta siguió con su camino hacia el lugar donde se encontraban las mayoría de las tiendas comerciales.

El castaño iba tan distraído mirando su mapa que inevitablemente termino chocando con una persona. Levantando su vista preocupado, Liam miro a la persona con quién había chocado.

—Pero si es el hombre de manos bonitas ¿Ya dejaste de morderte las uñas?—Liam miro confundido al hombre hasta que lo reconoció. Era su compañero de asiento en el avión.

Una adorable risa escapó de los rosados labios.

—Ya lo dejé, pero mi carrera de modelo de manos está arruinada.—Bromeo Liam y el hombre río divertido.

—Soy Andrew.—Se presento formalmente el hombre. Liam sonrió y estrecho la mano que el hombre estiraba en su dirección.

—Liam.—

Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora