Capítulo 5

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Lauren caminaba con una sonrisa en el rostro a través de los pasillos de la planta de ensamblaje. Aquel día estaba irradiando felicidad, no podía creer lo mucho que deseaba ser madre de nuevo hasta que Camila se lo propuso. 

Los empleados estaban agradecidos de su buen humor. No es que la mujer fuera una tirana, pero nadie podía negar que Lauren Jauregui era bastante estricta y exigente con ellos, por lo que el hecho de que la ojiverde les diera una hora extra para comer y que además los dejara salir temprano no sólo los había dejado sorprendidos, sino también agradecidos pues no les cabía ninguna duda que la razón de aquella repentina benevolencia era a causa de Camila Cabello. La felicidad de Lauren desprendía el nombre de esa mujer a cada paso que daba y ya todos en la empresa la conocían puesto que en varias ocasiones la doctora se había dado el tiempo de visitar a su mujer en horas de trabajo, provocando que la puerta de la oficina de  presidencia de la sede se cerrara por tiempo indefinido y que la secretaria abandonara su escritorio con la orden de no volver hasta que la ingeniera Jauregui así lo solicitara.

Los pasos de Lauren se sentían ligeros, su corazón bombeaba sangre con la alegría que lo hace alguien que canta su canción favorita, su rostro estaba entumido debido a su imborrable sonrisa y sus dedos tamborileaban sobre el barandal de las escaleras mientras descendía al estacionamiento para abordar su automóvil. Sabía que no era correcto abandonar el trabajo así como así, pero también estaba consciente de que las cosas en la empresa estaban mejor que nunca, por lo que no consideró que pudiese haber demasiadas consecuencias por su desliz. ¡Todo el mundo se merecía un descanso de vez en cuando! 

Se acomodó las gafas sobre el cabello, abrió la puerta del conductor y se relajó en el asiento justo antes de escuchar el ronroneo del motor al encenderlo. Quería sorprender a su mujer en el hospital y aprovechar para que los médicos y su esposa le explicaran a fondo cuál sería el proceso para llevar acabo la inseminación que daría como producto un hermoso bebé de las dos. 

Por supuesto, no era que considerara que Lawrence no era hijo suyo, o que Sofía no era hija de Camila, pero mentiría si dijera que no se había pasado por su mente la idea de cómo sería un hijo con información genética tanto suya como de su esposa. Imaginarse un niño o niña con los labios y sonrisa de su esposa, al igual que su nariz, pero que tuviera esos ojos verdes tan increíbles de los que sabía que ella era poseedora. Aunque... los ojos marrones de Camila también eran maravillosos, sí... Podían tener los ojos de Camila, pero sus pequeños dientitos de conejito, como Lawrence los llamaba, y el tono casi pálido de su piel, o las casi imperceptibles pecas ocultas en sus mejillas, como si fueran gotas salpicadas de un suave capuccino. 

No era que no considerara a Lawrence y Sofi como hijos de ambas... Pero este nuevo niño o niña que aún ni siquiera existía, le estaba causando demasiada ilusión. Por lo tanto, sí, tenía en su corazón esa urgencia de ver a Camila y poner todo en marcha para poder expandir la maravillosa familia que habían formado juntas. No obstante, primero tenía que hacer una parada en otro lugar. 

Lauren condujo por las calles de la ciudad con tranquilidad, a pesar de la ansiedad que tenía, con el tiempo, había tenido la precaución de nunca aumentar demasiado la velocidad, digamos que no tenía muy buenas experiencias relacionadas con los autos. Sin embargo, pronto, llegó a su destino el restaurante "Jaguar Jauregui"

Quizás, el nombre parecía no tener gran relación con el restaurante y la comida en sí, pero Christopher lo había elegido como un símbolo familiar y también como un homenaje a su hermana mayor. Jauregui evidentemente por el apellido que los tres hermanos compartían y Jaguar porque identificaba a Lauren con ese animal, fuerte, entregado, resistente y hermoso. Lauren los había defendido a él y a Taylor con gran tenacidad y valor y él jamás se olvidaría de ello, por eso le dedicaba a ella su primer restaurante, que luego de casi cuatro años de haberlo puesto en servicio, había ganado gran popularidad y se abría camino entre los restaurantes preferidos por la élite social de la ciudad, creando así su reputación. 

Believe Me - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora