Believe Me - Camren

Capítulo 28

Algunos años atrás...

Aquella noche de viernes Lauren había vuelto a casa con Camila como cualquier otro fin de semana. Habían dejado a Taylor y Lawrence en la mansión de Alejandro, mientras que Sofi se habia quedado con ellas, ya que era una bebé de meses que requería del cuidado de sus dos madres.

A pesar de que aquel mismo día habían tenido una deliciosa sesión de sexo sobre el piano de Camila que había estado seguida de un pequeño rapidín en la cocina por la mañana, Camila y Lauren todavía estaban con ganas de pasar la noche entera comiéndose a besos y recorrerse cada centímetro del cuerpo con las manos.

Ansiosa, Camila esperaba a Lauren dentro de la bañera, mientras que la ojiverde ponía a dormir a su pequeña hija dentro de su cuna. Cuando estaba camino a encontrarse con su esposa tuvo la sensación de algo vibrando en su pantalón, era su teléfono, y sus asuntos pendientes la estaban llamando.

Lauren tenía una sola regla cuando se relacionaba con una chica nueva. Nunca repetir. Y había faltado a esa regla con Ashley.

Se había acostado con ella la noche que se conocieron, la chica de Nueva York la había llevado a su alternativo departamento y habían follado por bastante tiempo sin que la ojiverde se sintiera intimidada o inhibida por las cámaras que Ashley tenía repartidas por toda la habitación. "Cada quien con sus fetiches." Pensaba Lauren, y bueno, con un par de copas encima y un cuerpo tan bueno como el de la chica entre sus manos... ¿A quién le importaba lo demás?

Por supuesto, no contaba con que se la encontraría tiempo después por casualidad, en un viaje que la, en ese entonces, estudiante de ingeniería, había hecho para cumplir un encargo de su jefe, el señor Maxwell.

Al parecer Ashley no se había olvidado de la placentera noche que pasaron juntas y cuando le propuso a Michelle repetirla, la ojiverde pensó que valdría la pena romper su regla una sola vez, después de todo, ella también había disfrutado mucho el encuentro que compartieron, aunque al final, como con todas las demás terminara sintiendo remordimiento.

Al término de aquella segunda vez, luego de haber roto su única norma, creyó que no volvería a saber nada más de Ashley. Que nunca más se la toparía y sería asunto olvidado. Pero aunque los años siguientes para fue así, para Ashley fue distinto.

La chica del bar no podía sacarse a Michelle de la cabeza y una obsesión disfrazada de amor se quedó dentro de ella. El problema era que no sabía nada de la chica en cuestión, nada más que su nombre, pero dedicó años de su vida a encontrarla hasta que lo consiguió.

Esa noche, llamó a la que ahora sabía, se llamaba Lauren Michelle Jauregui. Lauren por su parte, se sintió amenazada en cuanto escuchó la voz de Ashley al otro lado del teléfono y antes de siquiera dejar hablar a la mujer, le dejó lo más claro que pudo que lo que había pasado entre ellas no sucedería de nuevo.

¿Cómo podría repetirlo? Lauren ya ni siquiera sentía el más mínimo deseo por ella. Tenía lo que siempre quiso, todo aquello que quiso borrar entre los brazos de Ashley y muchas otras más, ahora la estaba esperando en aquella tina de baño y por su puesto, si le dieran a elegir entre Camila y todas las mujeres con las que se había acostado más otras mil, Lauren seguiría eligiendo a Camila, porque lo que tenía con ella era mucho más que sexo y había dado como fruta dos preciosos hijos y un maravilloso matrimonio.

Ashley, que desconocía aquello, tomó la negativa de Lauren como un reto, un apego a su estúpida regla de no repetir, pero si ya había caído una vez, podía hacerlo otra. Por eso los días siguientes estuvo insisitiendo e insistiendo hasta que Lauren accedió a reunirse con ella. La ojiverde estaba decidida a sacar de su vida a Ashley, a dejarle claro que era una mujer enamorada y felizmente casada, alguien que estaba formando una preciosa familia que no estaba dispuesta a perder por un rollo que no le valía más que una noche.