Capítulo 3

16.1K 743 213
                                    

"Papá" 

Camila tomó un profundo respiro luego de llamar a Alejandro. Estaban en la sala de su casa viendo un partido de fútbol cuando Lawrence decidió que era un buen momento para llegar. 

"¿Qué, flaca?" Respondió Alejandro sin apartar su vista del televisor. 

Era extraño, pero estar con su hija en aquella casa le hacía sentir como un hombre diferente, ya no vestía de traje, ni se pasaba la vida encerrado en un despacho. Parecía un hombre común de mediana edad, comiendo nachos, usando camisetas nada elegantes y pantaloncillos cortos para estar más cómodo y de alguna forma, eso lo hacía sentir más cercano a su hija. 

Aquellas últimas semanas conviviendo con ella, dejando un poco de lado su bufete y sus diversos negocios -poniéndolos bajo la supervisión de sus empleados de confianza-, le habían dado más felicidad de lo que jamás podía recordar. Se había dado cuenta de todo el tiempo que había desperdiciado y se había determinado hacer lo mejor posible para el bienestar de su hija y de su nieto, esperando que algún día ella pudiera ser completamente feliz.  

"El bebé ya viene" Respondió haciendo un gesto, no de dolor, pero si de incomodidad mientras intentaba ponerse de pie. 

"¡¿QUE YA QUÉ?!!" Gritó Alejandro alarmado quien de inmediato se levantó de golpe, haciendoque los nachos que reposaban en su barriga salieran volando para después comenzar a caminar en círculos completamente nervioso. 

"¡Papá tranquilízate!" Le gritó Camila una vez que se incorporó.Su fuente se había roto y el líquido escurría entre sus piernas. 

"¡Pero hija! ¡Tu! ¡Mi nieto! ¡Yo!" Gritaba Alejandro totalmente sin sentido y Camila se permitió reír un poco, apreciando un momento que jamás en toda su vida había visto antes. Alejandro Cabello casi arrancándose la cabellera por los nervios. 

"¡Papá!" Volvió a gritar Camila "Estoy bien, tu nieto está bien, pero necesito que me lleves al hospital, a menos que quieras ser tú quien reciba a Lawrence en el sillón de la sala." Le advirtió. Rápidamente el hombre hizo un esfuerzo para pensar con la cabeza fría. Corrió escaleras arriba para tomar la maleta que previamente habían organizado para cuando llegara el gran día y finalmente tomó las llaves del auto para poder llevar a su hija al hospital. 

Durante el camino Camila se mantuvo serena, a pesar de que a veces hacía pequeñas muecas de dolor e iba contabilizando el tiempo en su reloj de muñeca. También se dio la tranquilidad para llamar por teléfono al Dr. Combs, que fue quien se encargó de ella durante su proceso de gestación y sería, finalmente, el encargado de recibir al pequeño Lawrence para traerlo al mundo. 

Un Alejandro empapado en sudor como no lo había estado desde hacía muchos años, ayudó a su hija Camila descender de la camioneta. Rápidamente un par de jóvenes la sentaron en una silla de ruedas y la llevaron a una sala en la que tendría que esperar para que la labor de parto iniciara mientras el nervioso abuelo llenaba la documentación necesaria con los datos de la castaña. 

Horas más tarde, Camila se encontraba en una sala rodeada de médicos que trabajaban en conjunto para que ella pudiera conocer a su pequeño ángel finalmente. Sostenía con fuerza la mano de su padre, que se encontraba vestido igual que los doctores que se encontraban en el lugar y a pesar de que sentía dolor por la fuerza del agarre de su hija no se quejó en ningún momento y contrario a eso, se mantuvo alentando a su hija para que pujara cuando el Dr. Combs se lo indicaba. 

Le parecía tan extraño como maravilloso el hecho de poder compartir ese momento con su hija. Sabía que le había fallado mucho como padre, pero ahora, con la llegada de su nieto, todo se sentía como un nuevo comienzo, ahora veía a su pequeña bebé convertirse en una mujer que le había dado la vida a un pequeño ser que sería un depósito de amor y cariño por toneladas. A ese niño no le haría falta absolutamente nada, pero sobre todo, no le haría falta el calor y el afecto de una verdadera familia. 

Believe Me - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora