Capítulo 26

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Verónica le tenía un gran cariño a Lauren. A pesar de que su verdadera personalidad no tenía nada que ver con aquella que ella conoció cuando estudiaron juntas.

Extrañaba a su compañera de juergas. La chica que se sentaba junto a ella en la barra de un bar y se mantenía a su lado observando la carne fresca que aparecía, luego, se ayudaban la una a la otra a elegir a quién se llevarían a la cama. Si, definitivamente extrañaba a esa Lauren.

Pero lo cierto era que, jamás vio a esa Lauren tan feliz como lo era cuando la descubrió casada con Camila. Los ojos de la Lauren que ella conoció nunca brillaron tanto como cuando miraban a Camila, nunca sonrió tanto, ni estuvo de tan buen humor como aquella chica que tenía una relación monógama y un par de hijos.

Por eso, aunque Verónica extrañaba a la otra Lauren, ayudaría a su amiga a arreglar las cosas con su esposa. Sólo por ver a su querida amiga feliz, sólo para que no tuviera que regresar a la vida vacía que llevaba antes, a pesar de que esa misma vida vacía era la que en su opinión personal, definía a la perfección el paraíso.

"Y... listo." Habló la enfermera que atendía las heridas de Lauren.

Le habían limpiado el labio y los nudillos, le habían vendado las manos y curado el labio abierto haciendo lucir a Lauren algo remendada, pero mucho mejor que antes.

"Ahora solo hay que llevarte a comprar algo de ropa para que te veas decente." Habló Verónica mirando la vestimenta sucia y ensangrentada de su amiga. "No puedes ir a ver a Camila luciendo así."

"Le estás dando muchas vueltas a todo esto." Se quejó la ojiverde, estaba ansiosa por buscar a Camila, hablar con ella, rogarle que volviera a su lado. Entre más pensaba en el asunto más cuenta se daba de lo doloroso que sería volver a casa y no encontrarla ahí.

Verónica soltó un bufido, pagó lo necesario por los servicios médicos brindados a su amiga y luego la sacó del hospital.

"Tu ropa apesta alcohol, tiene sangre, mugre. Estuviste tirada en la calle anoche. Lo que queremos es que Camila recuerde por qué se enamoró de ti, no que le des lástima." Explicó Verónica mientras abordaba su auto y Lauren hacía lo mismo en el asiento del copiloto. La ingeniera suspiro, por un lado sabía que su amiga tenía razón, pero por otro... Sentía que estaba perdiendo el tiempo, que debía estar ya suplicando para que Camila le diera la oportunidad de explicarle las cosas, y ofreciéndole una disculpa a su hijo por haberlo lastimado.

Aún así, no dijo nada, permitiendo que Verónica hiciera con ella lo que quisiera, entre más pronto terminaran mejor, mientras tanto podía usar ese tiempo para pensar en lo que iba a decirle a su esposa.

[...]

Camila se sentó en la cama, sentía que se desvanecía. Sólo había visto dos fotografías pero eso bastó para que un gran vacío se instalara en su alma y su pecho comenzara a dolerle de forma intensa.

El peso del sobre le hacía saber que por lo menos había unas seis más, no obstante se sentía incapaz de mirarlas, ya había tenido suficiente con las otras.

En una podía ver a Lauren de perfil, sentada en una cama, las piernas ligeramente flexionadas y sobre su regazo, a horcajadas estaba la otra mujer. Lauren tenia sus manos en la espalda de ella, y la tipa tenía su csbeza escondida en el cuello de la ojiverde, probablemente la estaba besando.

Toda la escena estaba rodeada de una luz neón de coloración entre púrpura y rosa, y el resto estaba cubierto de sombras, dándole a todo una carga erótica demasiado fuerte. Las dos estaban desnudas y el claroscuro beneficiaba las curvas de ambas, resaltaba la forma de sus pechos, e iluminaba la cara de placer de Lauren que tenia los ojos cerrados.

Believe Me - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora